La iglesia Nuestra Señora de la Merced, en Nicaragua, la más antigua y prestigiosa de la ciudad de Granada, a 45 kilómetros de Managua, fue agresivamente asediada el sábado por partidarios del presidente Daniel Ortega que intentaron incluso interrumpir la misa vespertina.
El sacerdote Juan Francisco Moreira, de 69 años, confirmó desde Granada que los simpatizantes del Gobierno asaltaron la iglesia cuando él estaba oficiando la misa del sábado por la tarde. Precisó que "a la hora de la celebración de la Santa Misa", las "turbas" entraron "gritando e insultando por el lado de la nave de la Virgen de Dolores".
Los orteguistas pasaban por delante de la parroquia en una manifestación. El sacerdote escuchó su griterío que se acercaba, pero no le dio importancia porque las manifestaciones de ambos bandos se suceden en la ciudad. Tampoco se dio cuenta del alboroto en la entrada: algunos entraron en la iglesia pero los feligreses rápidamente les bloquearon el paso y les sacaron, exigiéndoles "respeto a la casa de Dios".
"Algún día pueden necesitar ese refugio que ahora violan"
El sacerdote declaró a agencia Efe que el episodio le recordó la época en que eran los sandinistas los que se refugiaban en templos perseguidos por la Guardia Nacional del entonces presidente Somoza. Entonces era sacerdote en la ciudad de Boaco. “El 17 de julio, cuando Somoza se fue y la Guardia evacuó la ciudad, huyendo de las tropas sandinistas, el primer refugiado que tuvimos en la casa cural fue un guardia. Los seminaristas le dieron ropa civil y dejó ahí tirado en la casa cural el uniforme militar y las armas”, recordó.
“La gente que ataca a la Iglesia es ciega, porque algún día ellos pueden necesitar ese refugio que quieren violar”, dijo, con la seguridad de quien ya ha visto dar muchas vueltas al mundo y a las relaciones de poder.
La diócesis de Granada ha denunciado el hecho en Internet. "Rechazamos y condenamos este acto como una falta de respeto a nuestras parroquias", afirma una nota. En un tuit, el obispo de Granada, Jorge Solórzano, expresó su cercanía y oraciones con el sacerdote Juan Francisco Moreira y sus fieles y añadió: "Pido se respeten nuestros templos y nuestras celebraciones litúrgicas".
Incidente con un jefe de policía en Masaya
Otro incidente se dio en la ciudad de Masaya, la zona más crítica contra el gobierno orteguista. El domingo un subdirector de la Policía Nacional, Ramón Avellán, empujó al párroco de San Miguel de Masaya, el padre Edwin Román.
El sacerdote ya había recibido antes mensajes de texto amenazantes de activistas orteguistas y ya fue zarandeado por orteguistas el pasado 9 de julio, en la Basílica Menor de San Sebastián, en Diriamba, Carazo.
La agresión del policía Avellán se dio cuando el padre Román se acercó al subdirector policial para solicitarle que bajaran el volumen del altavoz que sonaba con música oficialista a la entrada de la iglesia donde se iba a celebrar una misa de aniversario de un difunto.
En la web de noticias Artículo 66 el párroco explicó que “ahí mismo fui agredido por Avellán, que me empujó, me dijo que me quitara de ahí”, expresó el padre Román. A continuación, “una jauría me empezaron a insultar palabras que no las puedo publicar”.
También sostuvo que fue amenazado en presencia de los fieles católicos. “Se dio un momento muy de forcejeo. Me sentí rodeado de los antimotines, inclusive del mismo Avellán (comisionado general) porque me estaba amenazando”, expresó el sacerdote.
El sacerdote era uno de los mediadores
El religioso cuenta con medidas cautelares dictadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Él era uno de los mediadores junto con el secretario ejecutivo de la Asociación Nicaragüense pro Derechos Humanos, Álvaro Leiva (en exilio forzado actualmente), por la liberación de los presos políticos, no solo en Masaya sino en Managua.
Masaya, ubicada al oriente del país y una de las que se levantó contra Ortega desde abril pasado, se mantiene sitiada por las autoridades que impiden manifestaciones. Tan solo dos marchas se han realizado —siempre bajo la intimidación policial— después del brutal ataque de paramilitares armados contra el barrio indígena de Monimbó, el pasado 17 de julio.
Reconocimiento internacional del acoso a la Iglesia
A mediados de julio, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Oficina Regional para América Central del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) alertaron de que miembros de la Iglesia católica estaban sufriendo ataques por su mediación en el diálogo y por proteger la integridad física de los manifestantes contra el Gobierno.
Nicaragua vive desde el 18 de abril una crisis social y política que ha generado protestas contra el Gobierno de Ortega y ha causado más de 400 muertos, según organismos de derechos humanos locales y extranjeros, mientras que el Ejecutivo cifra en 198 los fallecidos.
La oficina del Acnudh ha responsabilizado al Gobierno de "más de 300 muertos", así como de ejecuciones extrajudiciales, torturas, obstrucción a la atención médica, detenciones arbitrarias, secuestros y violencia sexual, entre otras violaciones a los derechos humanos.
En una entrevista a Efe en Managua, Daniel Ortega negó que se haya sofocado las protestas con represión, dijo no sentirse responsable de las muertes en las calles durante los últimos meses y culpó a Estados Unidos y al narcotráfico de financiar, apoyar y armar a grupos violentos.
Las manifestaciones contra Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, comenzaron por unas fallidas reformas de la seguridad social y se convirtieron en una exigencia de renuncia del mandatario, después de once años en el poder, con acusaciones de abuso y corrupción.
La Iglesia de la Merced en Granada, Nicaragua, en momentos tranquilos
El intento de asalto de los orteguistas el pasado sábado por la tarde en la Merced de Granada