Millones de católicos de América Latina, el "continente de la esperanza", celebraron la canonización de los pontífices Juan XXIII y Juan Pablo II.
Desde Argentina, el país natal de Francisco, pasando por Colombia, Centroamérica y el Caribe hasta México, los fieles católicos asistieron a oficios religiosos y otros actos para agradecer la elevación a los altares de Juan XXIII, el "papa bueno" que convocó el Concilio Vaticano II, y Juan Pablo II, el "pontífice viajero" que visitó varias veces el "continente de la esperanza".
"La devoción latinoamericana por los dos papas se explica porque uno de ellos impulsó el Concilio Vaticano, un evento revolucionario que acercó a la Iglesia a los países del sur, y porque el otro se identificó tanto con el continente que llegaron a llamarlo ´mexicano´, ´brasileño´, ´argentino´, ´colombiano´ o ´guatemalteco´, según donde estuviera", dijo a Efe Cecilia Dorado, profesora universitaria de historia de las religiones.
"Se trata, sencillamente, de santos de nuestro tiempo que pudimos ver y sentir de cerca, especialmente a Juan Pablo II, quien se enamoró y dejó huella en América Latina", añadió esta profesora colombiana.
La "comunión latinoamericana" con la ceremonia que se llevó a cabo en la Plaza de San Pedro en Roma empezó el domingo temprano al conocerse que Francisco llamó a los jóvenes argentinos a encontrarse con Jesús, no tener miedo e ir adelante, en un mensaje grabado en una vigilia de oración en Buenos Aires.
"No tengan miedo, miren a Jesús, miren a María y vayan adelante", dijo Francisco a los cientos de jóvenes que se reunieron en un paseo público de la capital argentina para celebrar la "Pascua joven", en vísperas del domingo de la Divina Misericordia y de la canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II, este último un papa nacido en Polonia.
La comunidad polaca en América Latina también asistió a oficios religiosos para celebrar a "su" santo.
En Brasil, el país latinoamericano con el mayor número de católicos, una pequeña iglesia de la ciudad de Salvador, capital del estado de Bahía, adoptó este domingo el nombre del Santo Juan Pablo II, en ocasión de la canonización de este papa y de Juan XXIII.
El templo que lleva el nombre del nuevo santo de la Iglesia católica está situado en el barrio de Alagados y allí se congregaron cientos de fieles para seguir por televisión los actos celebrados en el Vaticano por Francisco.
El párroco de Alagados, Etienne Kern, explicó a periodistas que esa parroquia fue fundada el 7 de julio de 1980, en coincidencia con una visita que San Juan Pablo II hizo a la ciudad de Salvador.
Los mexicanos también celebraron con diversos actos la canonización de "su compatriota" Juan Pablo II y la de Juan XXIII y recordaron que ambos papas "amaron de verdad" a la Virgen de Guadalupe, patrona del país y emperatriz de las Américas.
México, el país hispanohablante con el mayor número de católicos del mundo, le rindió un especial tributo al papa polaco, considerado como el pontífice más querido por los mexicanos, un afecto que se fraguó durante las cinco visitas que hizo a la nación latinoamericana, la primera en 1979 y la última en 2002.
Fue en esa última visita en la que Juan Pablo II ofició la ceremonia para canonizar al indígena Juan Diego, a quien, según la tradición católica, se le apareció la Virgen en cuatro ocasiones, en 1531.
A raíz de esas apariciones se levantó en el norte de Ciudad de México la Basílica de Guadalupe, el templo más venerado por los mexicanos y en donde se ofició el acto más importante de la celebración de este domingo.
Colombia, donde San Juan Pablo II estuvo en 1986, también evocó este domingo al "papa viajero" que rogó por la paz del país andino.
Precisamente, el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, dijo que el papa Francisco le envió un mensaje en el que le pide perseverar en el proceso de paz para el país andino.
Santos señaló que la portadora del mensaje fue la canciller colombiana, María Ángela Holguín, quien asistió este domingo en el Vaticano a la ceremonia de canonización de los papas.
Los católicos salvadoreños pidieron a los nuevos santos Juan XXIII y Juan Pablo II interceder para la pronta canonización del asesinado arzobispo de San Salvador, Óscar Arnulfo Romero.
En Honduras, la Iglesia católica celebró las canonizaciones de los dos pontífices y afirmó que la proclamación como santos de los papas fortalecerá la fe de los feligreses.
Guatemala se unió al júbilo por la elevación a los altares de los dos papas con cuatro marchas que convergieron en la Catedral Metropolitana de la capital del país para participar en una misa de acción de gracias.
Desde el Caribe, la primera dama dominicana, Cándida Montilla de Medina, invitó al papa Francisco a que visite el país y le recordó que San Juan Pablo II viajó en tres ocasiones a la nación caribeña.
Francisco agradeció este domingo a los fieles de todo el mundo, a las delegaciones de los países y a los religiosos, su presencia en San Pedro para rendir homenaje a los nuevos santos, "quienes contribuyeron de manera indeleble al desarrollo de los pueblos y de la paz", según dijo el papa argentino.