Aun mostrando su respeto a quienes la defienden, rechazó que "traten de imponer sus creencias a todos", a saber: que "no existe hombre y mujer natural, que el sexo biológico no determina al hombre y a la mujer, sino las ‘condiciones sociales’. Y que uno tiene ‘derecho’ a la libertad de elegir incluso si uno es hombre o mujer. ¡Vamos, por favor! ¡Eso no resiste el menor análisis!".
Rafael Correa denunció además que se esté adoctrinando en esa ideología (que calificó de "peligrosísima") en muchos centros escolares: "No traten de imponerlo al resto, y no se lo impongan a los chicos, porque hay gente que está enseñado eso a nuestros jóvenes”.
Además, Correa, quien el pasado mes de octubre amenazó con dimitir si el legislativo aprobaba el aborto, se mostró partidario de la familia natural, aun a costa de parecer "cavernícola" y "conservador": "Creo en la familia, y creo que esta ideología de género, que estas novelerías, destruyen la familia convencional, que sigue siendo y creo que seguirá siendo la base de nuestra sociedad".
Con sus manifestaciones, el presidente de Ecuador descolocó a los grupos LGTB (Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales), con cuyos representantes se había reunido el día 13 para asegurarles que se opondría a su discriminación laboral o en otros ámbitos, pero sin que ello implicase considerar matrimonio sus uniones. Según recoge el diario El Comercio, el transexual Diane Rodríguez, muñidor del encuentro, sugirió tras conocer las opiniones de Correa que no se puede esperar que "un mundo antropocéntrico, falocéntrico y teolocéntrico... se destruya en dos semanas".