En los días previos a la JMJ de Panamá se celebra un encuentro muy especial: el Encuentro Mundial de la Juventud Indígena (emji2019.org), con unos mil jóvenes y peregrinos de 30 pueblos indígenas de 12 países del continente americano. El lugar del encuentro no es muy accesible: Soloy, en la Comarca Ngäbe-Bugle, a unos 400 kilómetros de la capital panameña, y eso ha hecho que los asistentes fueran algunos menos de los inicialmente esperados.

Uno de los organizadores es Kevin Hernández, joven de la etnia guna, en Panamá. Este pueblo de lengua chibcha se originó en Colombia, pero queda pocos asentamientos en ese país y la mayoría de los guna se desplazaron en el siglo XVI y XVII a zonas inaccesibles de Panamá, donde se aliaban a menudo con piratas ingleses y holandeses contra los españoles.

Hace casi doscientos años que España no gobierna Panamá y hoy viven allí unos 60.000 gunas. La independencia y el pasado de guerra de los gunas contra los españoles ha hecho que muchos vieran la fe católica como una fe del "enemigo", aunque Kevin asegura en Deutsche Welle que "como joven veo que es posible vivir la religión católica como indígena”.

El misionero claretiano español Félix de Lama, que lleva 44 años junto al pueblo guna, cree que "ese pasado no se puede olvidar nunca" y que "es también una memoria purificadora para nosotros, para no repetir esos errores”.

Identidad indígena y fuerte fe católica

"Cuando hay una actitud honesta de acercamiento, de compromiso con sus luchas, hay un nuevo tipo de relación. A mí el pueblo Guna me ha acogido casi como un hijo. Y hay personas indígenas que tienen una identidad muy fuerte y reconocida, y se sienten también cristianas católicas. Eso es posible, lo he visto y lo he vivido en mí mismo”, asegura el padre Félix.

En su experiencia, "en el momento en que uno se abre a la realidad de los pueblos indígenas de manera cercana, con los ojos abiertos, descubre una religión en la que el espíritu de Dios ha estado muy presente y le ha dado la fuerza para resistir tanto tiempo tantas agresiones. Así llega a haber un diálogo interreligioso en el que todos nos enriquecemos”.

Emilda Santos, otra joven organizadora del encuentro, explica que "actualmente la Iglesia Católica tiene un papel muy importante en relación con los pueblos indígenas y nos da apoyo fraterno en las diferentes luchas que vivimos cada día, por nuestro territorio y nuestra identidad indígena”.

Emilda Santos pertenece a la etnia ngäbe, también de la familia de lenguas chibchas, que cuenta con unos 200.000 miembros, la mayoría en Panamá, con algunos enclaves en Costa Rica. En el siglo XVI el jefe ngäbe Urracá venció una y otra vez a los españoles y durante toda la época hispánica sus territorios nunca llegaron a estar controlados por las autoridades españolas. Miss Panamá 2018, Rosa Montezuma, pertenece a este pueblo y activamente busca darlo a conocer más.

Kevin, del pueblo guna, y Emilda, del pueblo ngäbe, dos de las principales etnias indígenas en Panamá; en EMJI se celebra a 400 kilómetros de ciudad de Panamá

Compartir fe y riqueza cultural con los hermanos

Hoy, en un mundo globalizado, los católicos de culturas indígenas, hermanos de todos los demás bautizados en Cristo, quieren compartir lo que tienen, su fe y su riqueza cultural. Los jóvenes lo harán al sumarse a la JMJ en ciudad de Panamá el día 22 de diciembre.

"Queremos mostrarle al mundo y a los jóvenes nuestra riqueza cultural e identidad como pueblos indígenas”, destaca Emilda Santos. "Los católicos indígenas también tenemos voz para la iglesia”, explica Kevin Hernández.

Mensaje en vídeo del Papa Francisco para los jóvenes del EMJI 2019 en Soloy, Panamá

Los desafíos para los indígenas son grandes y en varios frentes, reconoce el padre Félix de Lama: "asegurar y defender sus territorios que, aunque están demarcados y reconocidos desde hace tiempo, siguen siendo amenazados, y lograr el reconocimiento legal de los que aún no lo tienen”.

Igualmente importante es la transmisión de los valores y la cultura a las nuevas generaciones, asegura el sacerdote: "En ese sentido, la Iglesia tiene un papel muy grande, de abrir un espacio para que lo indígena se visibilice”.

Jóvenes católicos Ngäbe de Panamá estuvieron en la pasada JMJ de Cracovia

 

El himno de la JMJ 2019 de Panamá "Aquí estoy", en lengua Ngäbere