Por segundo año consecutivo, un decreto del gobierno concede a los cubanos un día festivo en la Semana Santa, después de que debido a las tensiones con la Iglesia Católica, durante décadas el gobierno de La Habana había cancelado las conmemoraciones católicas de los calendarios oficiales.
Este año, un decreto del gobierno establece que los cubanos tendrán un día libre con motivo del Viernes Santo como el año pasado, en respuesta a una petición de la Santa Sede a las autoridades de la isla.
La decisión llega tras la notable mejoría de las relaciones entre La Habana y el Vaticano experimentada paulatinamente entre las visitas de Juan Pablo II a Cuba, en1998, y de Benedicto XVI, en 2012.
Una nota publicada el 18 de marzo en el diario oficial del Partido Comunista de Cuba, Granma, señala que “se ha decidido por la dirección del país aprobar el receso de las actividades laborales el viernes 29 de marzo de 2013”.
La nota no explica las razones de esta decisión.
Después de la visita de Juan Pablo II, decretó como día festivo la Navidad, y el año pasado con la visita de Benedicto XVI se concedió con “carácter excepcional” una jornada libre con motivo del Viernes Santo.