El Papa ha aceptado este viernes 26 de mayo la renuncia por edad de Mario Aurelio Poli, el hasta ahora arzobispo de Buenos Aires (Argentina). Poli había sido nombrado titular de esta diócesis en 2013, en sustitución del cardenal Jorge Mario Bergoglio.
El Pontífice ha nombrado nuevo arzobispo metropolitano a Jorge Ignacio García Cuerva, actual obispo de Río Gallegos. Nacido el 12 de abril de 1968 en Río Gallegos, García estudió Filosofía y Teología en el seminario de la diócesis de San Isidro y recibió la ordenación sacerdotal el 24 de octubre de 1997.
Con un perfil académico
Abogado, especialista en Historia de la Iglesia y Derecho Canónico, García Cuerva ha sido vicario parroquial y párroco en Beccar y Tigre. Ha sido Promotor de Justicia en el Tribunal Interdiocesano de San Isidro, Vicepresidente de Caritas Diocesana, Delegado Diocesano para la Pastoral Penitenciaria y Capellán de varias cárceles de la provincia de Buenos Aires.
Como algunos medios católicos recogen, Jorge Ignacio García Cuerva fue un "cura villero" durante sus primeros años de sacerdocio. Un párroco dedicado a la labor social y evangelizadora en las villas argentinas (barrios marginales de dimensiones inmensas, en las que las funciones de los curas pasan por recoger agua potable a construir el propio templo).
El 20 de noviembre de 2017 fue nombrado obispo titular de Lacubaza y auxiliar de Lomas de Zamora, recibiendo la consagración episcopal el 3 de marzo de 2018. El 3 de enero de 2019 fue nombrado obispo de Río Gallegos. Actualmente es miembro del Dicasterio para los Obispos y Vicepresidente de la Comisión Pastoral Penitenciaria Internacional.
El hasta ahora arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, cardenal Mario Aurelio Poli, presidió este mismo jueves el tradicional Tedeum en la Catedral Metropolitana, en conmemoración del 213° aniversario de la Revolución de Mayo.
Puedes ver aquí una conferencia ofrecida por el nuevo arzobispo de Buenos Aires.
Durante su homilía, Poli expresó una gran preocupación por diferentes problemas sociales. Unas palabras que pudo escuchar el presidente argentino Alberto Fernández, que llegó acompañado por buena parte de su gabinete. También estuvo presente el jefe de gobierno de la región Horacio Rodríguez Larreta.