Han pasado 20 días desde las elecciones presidenciales en Perú del 6 de junio y la situación política sigue inestable. El candidato Pedro Castillo (presentado como comunista o muy cercano al comunismo) obtuvo apenas 44.000 votos más que su rival, la derechista Keiko Fujimori. Pero la derecha ha impugnado casi 200.000 votos de zonas rurales, considerando que hubo fraude electoral.
En las calles de varias ciudades se producen manifestaciones a favor de uno u otro candidato, por el momento sin llegar a una violencia extrema.
En este contexto, la presidencia de la Conferencia Episcopal Peruana (CEP) ha emitido una nota pidiendo a la vez "fortalecer la democracia" y crear "puentes para la paz y la armonía en el país".
"El futuro del Perú depende de todos nosotros", continúa la nota episcopal, "por lo tanto, actuemos con serenidad, discernimiento y vigilancia para proteger la vida democrática".
Los obispos peruanos escriben: "La Iglesia cree en la democracia porque es el sistema que mejor protege y promueve los derechos y la participación de los ciudadanos". Por ello, "la Iglesia defiende el sistema democrático, alienta los esfuerzos que se realizan para perfeccionarlo" y "apoya los resultados indicados por los organismos electorales".
Con las calles llenas de manifestantes y cada peruano opinando sobre el atasco en que se encuentra el país, los obispos recuerdan "el derecho de todos los ciudadanos a expresar sus opiniones sobre la situación nacional", aunque especifican que "este derecho debe ejercerse sin recurrir a la violencia, ni física ni verbal".
Dentro de un mes, el 28 de julio, el país cumple 200 años de independencia de España. Los obispos expresan su deseo de que en esos festejos se "encuentre un Perú democrático, mantenido y defendido con tanto esfuerzo en las últimas décadas".
El comunicado es breve, sólo una página, y puede leerse entero aquí.