En la disputa entre el amor y la fe, finalmente terminó prevaleciendo la fe. El ex obispo de Merlo- Moreno, Fernando Bargalló, envuelto en un escándalo por la difusión de unas fotos con una mujer en una playa de México, comunicó a los sacerdotes de la diócesis que tenía a cargo que la relación sentimental terminó "hace tiempo". Además, les transmitió su decisión de seguir ejerciendo su ministerio religioso, lo que seguramente hará -luego de que el Vaticano le fije su destino- de un modo acotado, con bajo perfil y quizá fuera del país.
Valores Religiosos pudo saber ayer que Bargalló les hizo estas precisiones a sus sacerdotes la semana pasada, cuando los convocó de urgencia para comunicarle que el vínculo sentimental había existido y anunciarles que presentaría su renuncia como titular de la diócesis. Todo lo cual ratificó horas después en la Nunciatura Apostólica (embajada del Vaticano). Por lo tanto, ahora el ex obispo de Merlo-Moreno inició un período de reclusión espiritual en un lugar por ahora desconocido hasta que, como se dijo, el Papa le indique su destino.
En esa línea deben interpretarse las palabras del reemplazante interino de Bargalló hasta que se designe a su sucesor definitivo, el obispo Jorge Casaretto, quien dijo el jueves en la misa por los 15 años de la creación de la diócesis de Merlo-Moreno: "Ahora, a Fernando le toca un tiempo de retiro, penitencia y oración". Casaretto también señaló que piensa acompañar a su "hermano en su camino de reflexión".
La afirmación de Bargalló en el sentido de que la relación sentimental terminó "hace tiempo" guarda relación con la fecha en que fueron tomadas las fotos: enero de 2011. Sin embargo, recién fueron difundidas por un canal de noticias hace una semana.
Su difusión causó gran revuelo en la Iglesia, no sólo porque Bargalló es obispo, sino porque era muy valorado. De hecho, fue dos veces presidente de Cáritas Argentina, elegido por el voto de sus pares. Y actualmente lo era de Cáritas América Latina.
Especulaciones sobre el origen del financiamiento del viaje llevaron a Cáritas a aclarar que Bargalló no cobraba un sueldo por sus cargos, ni nunca manejó dinero de la entidad, sujeta -por lo demás- a auditorias internacionales.
Una versión dice que el viaje fue pagado por la mujer, la empresaria gastronómica María de las Victorias Martínez Bo, de buena posición económica. También se dijo que Bargalló –de una familia también acomodada- cobró antes de viajar una herencia y que parte la donó a la diócesis.