El presidente de Ecuador, Rafael Correa, fue el primero en anunciar que no aceptará otro presidente que no sea Fernando Lugo. Tras él, la argentina Cristina Fernández afirmó que no va a "convalidar el golpe"; el venezolano Hugo Chávez, dijo que no reconoce "al írrito e ilegal" gobierno de Franco, y el boliviano Evo Morales no acepta "un Gobierno que no surja de las urnas y del mandato del pueblo".

Los presidentes de izquierda radical responden así a la decisión del Senado paraguayo de destituir este viernes al presidente Fernando Lugo "por mal desempeño de sus funciones", después de que el 15 de junio un choque entre policías y campesinos dejaran 17 muertos. El ya ex presidente sólo tuvo 4 votos favorables, frente a 39 en contra.

Tras su destitución, Lugo ha sido sustituido por el vicepresidente, Federico Franco, quien asume la Presidencia de Paraguay "dentro del orden constitucional" y "de ninguna manera pone en riesgo la vigencia y principios democráticos universales", según afirmó en su investidura. Entregará el poder en 2013, al término del vigente mandato.

Fernando Lugo, de 61 años, fue consagrado obispo en 1994 y designado titular de la diócesis de San Pedro, donde tomó partido por la teología de la liberación. En 2005 renunció y en 2006 pidió la reducción al estado laical para dedicarse a la política, algo que obtuvo en junio de 2008, sólo dos meses antes de ocupar el cargo de presidente del Paraguay, tras ganar las elecciones.