Pasa en Venezuela, en Estados Unidos, en toda Hispanoamérica... la Iglesia católica aún tiene prestigio, y sus ritos, sacramentos, devociones y vestimentas eclesiásticas son vistas por gran parte de la población como una fuente segura de espiritualidad.
Pero a menudo algún cura decepcionado con las exigencias de castidad y obediencia de la disciplina católica, sale de la Iglesia, crea su propio grupo, le pone la etiqueta "católico", a veces le añade "ortodoxo" o "anglicano", "tradicional" o "reformado", se disfraza de obispo con mitra, báculo y capa y proclama la creación de su propia "iglesia católica".
Este tipo de grupos pueden atraer a otros clérigos descontentos (no sólo católicos, a veces también luteranos o anglicanos molestos en sus propias congregaciones). Hombres formados como clérigos pero ya fuera de la Iglesia intentan ganarse un sustento (o enriquecerse) de esta manera. Mucha gente sencilla, al verlos vestidos como clérigos católicos, piensan que son católicos y que sus ceremonias son verdaderos sacramentos.
A veces, si la congregación no consigue respetabilidad o financiación, cambian el nombre y tratan de asociarse o adherirse a otra más grande y estable. "Ya somos parte de la Comunión Católica de Tal o Cual Observancia", anuncian. A menudo, no consiguen ni tener una web mínimamente decente, y su blogspot enseguida queda caducado. Pero en algunos barrios pobres pueden lograr engatusar a suficientes personas para que paguen diezmos o colectas como para sostenerse.
La protesta del obispo Del Prette: que no confundan a la gente
Esto sucede "de manera creciente", advierte en un comunicado Reinaldo del Prette Lissot, arzobispo de Valencia (Venezuela), una diócesis con más de 2 millones de católicos, tan sufrientes y empobrecidos como todos los demás habitantes de Venezuela.
"Aparecen de manera creciente grupos religiosos que usan nuestra misma simbología y nuestras formas litúrgicas y costumbres, algunos muy novedosos, otros un poco más antiguos", escribe el arzobispo en su comunicado titulado "A otras expresiones de la fe: evitar la suplantación de funciones y la confusión de los fieles".
La nota no se refiere a los protestantes evangélicos ni a las comunidades protestantes históricas (luteranos, anglicanos, metodistas) ni a "grupos religiosos de corte bíblico, que no comparten la fe en la Trinidad" (una forma de referirse a mormones y Testigos de Jehová). Unos y otros no intentan simular ser católicos ni visten como clérigos católicos.
El comunicado describe el objeto de la protesta con más precisión: son los grupos que causan "confusión" y "suplantación" con sus vestimentas y rituales.
Reinaldo del Prette, arzobispo de Valencia (Venezuela) pide a otros grupos religiosos que no confundan a la población con vestimentas, lenguaje y liturgias propios del catolicismo
El arzobispo lo describe así: "Estos grupos son dirigidos por personas que se presentan como obispos y sacerdotes, usan las vestimentas, actos litúrgicos, sacramentos, lenguaje y signos propios de la Iglesia Católica y de sus ministros legítimos, ofreciendo así los servicios propios del clero católico a nuestra población, sin aclarar que no pertenecen a la Iglesia Católica, que no están en comunión con el Santo Padre, el Papa, que no han sido ordenados por un obispo católico, y así se presentan ofreciendo sus servicios a la población en general, mayoritariamente católica, que tiene el derecho a saber que, según nuestra fe, ellos no son ni obispos, ni sacerdotes válidos y reales en nuestra Iglesia Católica. Lo que pedimos es evitar la suplantación de funciones y la confusión, aún involuntaria, de los fieles católicos".
Además, estos grupos "se presentan como 'católicos', añadiendo luego términos de otras denominaciones, en lugar de presentarse directamente como miembros de una comunidad separada con su propia identidad, lo cual se presta a confusión".
El comunicado no concreta más, pero un repaso a las hemerotecas puede ayudar a poner contexto.
Por ejemplo, Leonardo Marín-Saavedra se declara en la web Anglicano.org "arzobispo Primado de la Iglesia Anglicana Latino-Americana, Iglesia Anglo Católica", a la que describe como "una continuación de la Temprana y Antigua Iglesia fundada por Jesucristo cuando aún no se habían apoderado de ella los imperios religiosos ni los regímenes espirituales". Eso sí, su grupo fue fundado en 1975, dicen. Ofrecen diplomaturas (a cambio de donativos), una cofradía, una "comunidad benedictina anglocatólica" y protestan cuando los obispos católico en diversos países piden que no traten de hacerse pasar por católicos.
Grupo en Uruguay de estética -más o menos- católica, pero sin unión con la Iglesia Católica
En EEUU la diócesis de Santa Fe publicó ya en 2012 una lista de iglesias cismáticas locales que se hacían pasar por católicas o pseudocatólicas, con 15 comunidades. En 2020 han publicado una lista actualizada y ya son 21. Tienen nombres como: Iglesia Católica Ortodoxa de la Santa Trinidad, Misión San José de Guadalupe de la Iglesia Católica Romana Tradicional, Iglesia Católica Carismática de Canadá Virgen del Perpetuo Socorro, Iglesia Católica Contemporanea, Catedral Católica Carismática del Espíritu Santo, Iglesia de Antioquía Católica Apostólica o incluso Iglesia Católica Apostólica del Santo Grial.
Buscan sugerir elementos tradicionalistas, marianos, carismáticos, liberales o hispanos, a la búsqueda de un público.
"No es lícito para los católicos acudir a misa o recibir sacramentos en estas iglesias, porque la Iglesia Católica no las reconoce como válidas. Para ser católico, una iglesia necesita estar en unión con el Santo Padre, el sucesor de San Pedro, y con el obispo local de la diócesis", detalla el documento de Santa Fe.
La iglesia chavista de Venezuela, desde 2008
En Venezuela tienen su propio producto local nacido en 2008 en plena época de Chávez, con una iglesia "chavista" y "por los pobres". Con mitras, báculos y misales, se presentaban sus obispos para anunciar el nacimiento de una autoproclamada "Iglesia Católica Reformada".
En ese momento, en 2008, el arzobispo católico de Coro, Roberto Lückert, ya protestó. "Quieren dar la imagen de que la Iglesia Católica venezolana está dividida; se van a vestir como curas, van a bautizar, van a confirmar, todo pagado por el Gobierno que busca acabar con la Iglesia Católica, y no ha podido", dijo.
También dio datos de sus líderes: "el cura que preside (el grupo) ya pidió que lo liberaran de su ministerio", indicó. "Vivía escandalosamente amancebado con una mujer y unos hijos. Se llama Jon Jen Shu García, es joven, es militar de la Guardia Nacional, pertenece al equipo de los capellanes castrenses. El otro sacerdote hace ya tiempo que dejó el ministerio, se casó públicamente, hizo un reportaje en 'Panorama' en el cual manifestaba que el amor venció su vocación, es decir, se trata de dos sacerdotes que han abdicado", detallaba.
El arzobispo Lückert demostró que hay cierta tradición en el país recuperando datos históricos. "No han sido ni siquiera creativos, el gobierno de 1945 también fundó la 'iglesia católica apostólica venezolana' y se trajo un cura que se había ordenado con papeles falsos, estábamos en plena guerra mundial. Este bandido vino a Venezuela y el gobierno lo apoyó para fundar la iglesia católica apostólica venezolana, se rodeó de un poco de curas malandros por su mala conducta, que estaban excomulgados", precisó.
Los "obispos" de la "Iglesia Católica Reformada de Venezuela"
Ese mismo año, el obispo de Cabimas, William Delgado, aclaraba cómo valora el derecho canónico católico los actos de ese Jon Jen Siu. "El 29 de Junio de 2008 el P. Jon Jen Siu, en el templo luterano San Pablo de Ciudad Ojeda, recibió una supuesta consagración episcopal de parte de un grupo de “obispos” disidentes de la comunión anglicana que forman parte del movimiento llamado “Iglesia Anglicana Latinoamericana”. Al respecto hay que señalar que ese acto, el cual genera confusión en los fieles, carece de validez alguna; el P. Jen Siu no ha recibido la consagración episcopal, no participa de la sucesión apostólica y por consiguiente, su “consagración” no ha sido más que la simulación de un sacramento. Por ende cualquier acción ministerial por parte del falso obispo Jon Jen Siu no será más que la simulación de sacramentos; delito sancionado por el Código de Derecho Canónico", difundió en una nota.
Mientras tanto, en una época de pandemia, miedo, incertidumbre y hambre, se agudiza el ingenio: el de los pseudo-clérigos avispados para tejer una red de "feligreses", y el de la población necesitada para buscar arrimarse a quien le ofrezca algo, mejor si es pan, piensan, pero a veces basta con unas palabras de consuelo y compañía mencionando a Dios o la Virgen.