La reliquia del beato Juan Pablo II fue visitada por una ochenta mil personas durante su visita a la archidiócesis de Tijuana, en las tres ciudades que forman la jurisdicción eclesiástica: Playas de Rosarito, Tijuana y Tecate. El papa peregrino sigue suscitando fervor en un México, en el que le saludan en masa a donde llega, y al que hizo pasar momentos de gran alegría en sus visitas pastorales.
“Es una enorme alegría lo que pudimos vivir. Muchísima gente no obstante la lluvia. Un factor interesantísimo es que justo cuando llegaba a Rosarito apareció el arcoiris y doble y completamente de un extremo a otro. Bellísimo como un signo muy hermoso”, dijo el arzobispo Rafael Romo.
Resaltó –informa la archidiócesis a ZENIT- que fue un gran momento de alegría, como continuación del gran acontecimiento que vivimos, el V Congreso Eucarístico Nacional, y espera que el sentido de Iglesia se haga más fuerte para que la archidiócesis de Tijuana viva como una archidiócesis profundamente eucarística.
La archidiócesis tuvo la visita de la reliquia los días 12 y 13 de noviembre. El sábado 12 a las 6:00 de la mañana fue la recepción en La Misión, donde una comisión de la diócesis de Ensenada se la entregó a una comisión de la archidiócesis de Tijuana.
“Que el paso de la reliquia del beato Juan Pablo II avive nuestro compromiso cristiano, nuestro compromiso apostólico, y nos unamos a la intención de los obispos de México para que la Iglesia Católica, nosotros los bautizados nos comprometamos a promover la justicia y la paz. Que haya paz y que nosotros seamos los promotores comprometidos con la justicia, con la verdad, con la paz. Y que la bendición del Señor por mediación del beato Juan Pablo II llegue a todos nosotros y nos aliente y nos conforte”, comentó en la breve ceremonia el vicario general de la diócesis de Ensenada Francisco Javier Jaime.
Un grupo de sacerdotes, en su mayoría de Playas de Rosarito, religiosos y laicos participaron en la entrega de la reliquia, trasladada un vehículo con cristales transparentes para permitir la visibilidad de la imagen del beato con la reliquia.
El coordinador de la visita Alejandro Michaus, destacó que el hacerse presente del papa Juan Pablo II en las comunidades cristianas, por medio de su reliquia es para confirmarnos en la fe, en nuestra identidad bautismal y que descubramos el verdadero sentido de la vida. Ya cuando la caravana tomó la carretera escénica rumbo a Playas de Rosarito hermosos arcoiris dieron también la bienvenida al beato.
La primera parroquia que la recibió fue la del Santísimo Sacramento en Playas de Rosarito de las 7:00 a las 11:00 hrs., cuyo temas fue “Eucaristía y reconciliación”. Cuatro horas después la recibió la catedral Nuestra Señora de Guadalupe de las12:00 a las 16:00 hrs. Y el tema fue “Identidad cristiana y sentido de pertenencia a la Iglesia”. Posteriormente la futura catedral Nuestra Señora de Guadalupe, zona río, la recibió de las 17:00 a las 06:00 hrs. de noviembre 13 cuyo tema fue “La verdad del sacerdocio ministerial”.
En ese templo, se llevó a cabo la celebración eucarística, presidida por el vicario general, presbítero Juan García Ruvalcaba, con más de mil personas reunidas. Desde el inicio, ya esperaban cientos de personas haciendo fila para entrar al templo a venerar las reliquia.
Y, de las 22:00 horas hasta las 6:00 horas del domingo 13, los jóvenes estuvieron en una vigilia juvenil, donde el arzobispo celebró la misa a las 24:00 horas. Al día siguiente, fue trasladada a la parroquia Inmaculado Corazón de María, El Florido, de las 07:00 a las 13:00 hrs., cuyo tema fue “María, modelo de santidad”. Y finalmente fue llevada a la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe en Tecate de las 14:00 a las 04:00 hrs. del 14 de noviembre, cuyo tem fue “La paz del mundo y solicitud hacia los más necesitados”. Al día siguiente, a las 04:00 hrs. fue la salida hacia Nuevo Casas Grandes, Chihuahua.
Allí el beato Juan Pablo II regresó a tierras norteñas mexicanas –según informan los medios de la región--, y como aquel 10 de mayo de 1990, cuando el papa beato las visitó, la fe se desbordó en la diócesis de Nuevo Casas Grandes, cuando cientos de personas acudieron a venerar las reliquias del papa “peregrino de la paz” y a pedir su intercesión para que la paz regrese a estas tierras tan castigadas por la violencia.
Eran las 9:15 horas, y la unidad con las leyendas “Beato Juan Pablo II El amor está vivo”, se detuvo frente al gimnasio Anáhuac de San Buenaventura, repleto con fieles de Flores Magón, Zaragoza, Quevedo, Carbajal y Las Flores, para participar en la eucaristía presidida por el sacerdote César Alejandro Gómez.
“El amor puede vencer grandes obstáculos y el amor de Dios puede transformar al mundo”, se podía leer en el lado derecho del altar repleto de flores blancas y amarillas, flanqueado por la imagen de la Dolorosa y san Buenaventura, santo patrono del lugar, y del lado izquierdo, “La paz exige cuatro condiciones esenciales: verdad, justicia, amor y libertad”.
Los feligreses, tras participar en la eucaristía, formaron filas para venerar la reliquia, y las lágrimas de emoción, alegría y dolor no se hicieron esperar. Niños, jóvenes, adultos y ancianos por igual se unían en una sola voz pidiendo paz para esta tierra tan castigada por la violencia.
El reloj marcaba las 12:50 horas, era tiempo de despedir las reliquias, por lo que se formó una valla humana para escoltar la urna: “Juan Pablo, hermano, ya eres mexicano” era el grito que inundaba el lugar y una estela de esperanza en una tierra martirizada por la violencia.
A las 12:55 horas la caravana avanzó por la avenida Benito Juárez para tomar la carretera que la conduciría a Nuevo Casas Grandes. La caravana pasó por la escuela secundaria técnica 17 y los alumnos salieron a venerar las reliquias; también paso por Lagunitas, donde adultos mayores en sillas de ruedas se dieron cita a la orilla de la carretera para ver pasar el contingente mientras ondeaban sus banderines.
En la plaza principal de Galeana, ubicada en la avenida Progreso, ya esperaban decenas de personas que se dieron a la tarea de adornar el lugar con globos blancos y amarillos, así como con algunas banderas, entre ellas la de México. “Juan Pablo II, te quiere todo el mundo”, coreaban.
“Abran las puertas a Cristo, abramos de par en par las puertas de nuestro corazón para que Jesús esté siempre en nuestras vidas y nos dé la entereza necesaria para ser elementos de paz en nuestros ambientes, que con la visita del beato Juan Pablo II nuestra alma esté en paz, porque nadie da lo que no tiene", dijo el administrador diocesano de Nuevo Casas Grandes, Mario Hernández, al dar la bienvenida a la reliquias en la catedral de la Medalla Milagrosa.
“Quiénes somos nosotros para que Dios, en su providencia infinita, haya querido enviarnos a este peregrino de la paz en sus reliquias”, se preguntaba Mario Hernández.
El presbítero exhortó a rezar por la paz “que tanto necesitamos en México y en nuestras comunidades, al igual que la paz interior”.
“¡Viva Juan Pablo II!, ¡Viva la Iglesia!, ¡Viva Benedicto XVI!, ¡Viva Cristo Rey! Lanzaban vivas, a la vez que ondeaban sus banderines y las imágenes del beato Juan Pablo II”.
Luego la reliquia salió rumbo a Ciudad Juárez, la ciudad señalada en los medios de comunicación del mundo entero por ser una de las más violentas del planeta. Los mexicanos esperan un milagro de paz y esperanza del papa que tanto los amó.