Sorpresa y alarma ha causado en el Vaticano el anuncio oficial del recién "jubilado" obispo de Santa Rosa de Copán (Honduras), monseñor Luis Santos Villeda, de su intención de presentarse a las próximas elecciones presidenciales en el país centroamericano.

Santos Villeda acaba de cumplir 75 años y su renuncia al gobierno de la diócesis -según la legislación canónica esa es la edad de jubilación episcopal- ha sido aceptada inmediatamente por el Papa Benedicto XVI nombrando como su sucesor al obispo Darwin Rudy Andino Ramírez.

El obispo renunciante justifica su decisión de participar en los comicios electorales apuntando que "la política deja de lado a los pobres".

El anuncio del "obispo rojo", como es calificado en la prensa católica italiana, ha causado sorpresa y alarma en la Santa Sede. "La candidatura política de un exponente de la jerarquía eclesiástica constituye un riesgo y un error, como lo demuestran los hechos en Nicaragua y en otros casos anteriores en América Latina", ha dicho el cardenal Achille Silvestrini, prefecto emérito de la Congregación para las Iglesias Orientales.

Según el cardenal, un diplomático de larga trayectoria, "el Concilio Vaticano II ha establecido adecuadamente la separación de las esferas espiritual y temporal" y defiende el "necesario carácter imparcial" de la Iglesia que "le permite aplicarse a todos los sectores de la sociedad".

Santos Villeda presentaría su candidatura a los comicios a celebrarse el 2013 por el ala progresista del Partido Liberal, agrupación política que llevó en 2006 a la presidencia del país a Manuel Zelaya, depuesto por un golpe en 2009 y expulsado de su partido en junio de 2011 por formar otro movimiento político e "impulsar" el socialismo en Honduras, según denunció la misma dirección de dicho partido.

"Yo no aspiro a ser presidente de Honduras. Esa no es mi idea" había declarado Santos a la agencia de noticias de los obispos estadounidenses Catholic News Service, revelando asimismo que el Partido Liberal le había pedido en 1990 y en 2009 convertirse en su candidato. En ambas oportunidades Santos, dijo, rechazó la propuesta.

"Pero ahora que me estoy retirando como obispo, -dijo el pasado mes de octubre- espero hablar con el Papa y obtener su permiso. Ya no sería más obispo ni tendría algún cargo en la Iglesia, aunque permanecería siendo sacerdote. Podría celebrar misa de manera privada en las mañanas antes de aparecer en la oficina presidencial a las 8:00 am".