El obispo de San Cristóbal, monseñor Mario Moronta, impartió al presidente de Venezuela, Hugo Chávez, la Unción de los Enfermos.
El sacramento tuvo lugar durante una celebración eucarística, en la Academia Militar de la Guardia Nacional de Venezuela, que fue transmitida por Venezolana de Televisión (VTV), con la participación de los ministros del Gobierno y la cúpula militar.
En la misa, en la que se dio gracias por el bicentenario de la independencia de esta nación, monseñor Moronta explicó que el sacramento de la Unción de los Enfermos no debe provocar alarmismos ni asustar. “Es para que el enfermo tenga fortaleza física, pero sobre todo espiritual, esto requiere una preparación espiritual y se le da a quien ha recibido esa preparación", explicó el prelado.
La relación de Hugo Chávez con la Iglesia católica ha sido bastante tensa a causa del programa ideológico del presidente. Desde que se anunció que el presidente sufre de cáncer, los obispos del país han pedido oraciones por su salud.
Monseñor Moronta reflexionó en la homilía sobra la importancia de la eucaristía en la vida del cristiano. “La eucaristía es el acto más importante que tenemos nosotros los cristianos, cuando nacemos, cuando tenemos enfermedad, una alegría, cuando nos casamos, o nos ordenamos sacerdotes, cuando celebramos una gran efemérides, incluso cuando morimos --afirmó--. Todo generalmente lo hacemos en medio de una eucaristía”.
En referencia al bicentenario, afirmó: “Quisiera encomendar desde acá desde esta institución tan importante de la patria a nuestra Venezuela, hace unos días celebrábamos el bicentenario. Todavía lo podemos y lo debemos seguir celebrando”.
Recordó monseñor Moronta las primeras palabras del acta de la independencia que han marcado el caminar de la nación: “en el nombre de Dios Todopoderoso”.
“Y así es como esta historia de Venezuela con sus luces y con sus sombras ha caminado a lo largo de este tiempo, 200 años en el nombre de Dios Todopoderoso", afirmó.
“Y en los próximos siglos de la historia de Venezuela debemos hacerlos en el nombre de Dios Todopoderoso, y eso significa una sola cosa importante que resume todas las expresiones de religiosidad, y es hacer presente al Dios de la vida en medio de nosotros, estamos aquí presentes en nombre del Dios de la vida”, subrayó.
“El Dios de la vida que creó el mundo, que nos ha identificado con él porque somos imagen y semejanzas de Él –siguió diciendo--. Y el Dios de la vida que en Jesús nos ha dado una nueva vida para convertirnos en hombres nuevos y mujeres nuevas de acuerdo a los criterios del evangelio”.
El obispo meditó sobre la situación de enfermedad que puede servir para el cristiano como un momento de purificación espiritual.
“Todos caminamos a la plenitud, y por eso Dios nos ha dado la fe, la esperanza y la caridad, y dentro de ese camino de crecimiento puede aparecer una situación difícil, como la enfermedad”, indicó.
“Y cualquiera que sea la enfermedad, hay que verla con los ojos de la fe como un momento de purificación –siguió diciendo--. El enfermo aprovecha el dolor para purificarse, siempre en función de la vida, de la plenitud de la vida. Es lo que pedimos para el presidente y para todos los que tienen alguna enfermedad que aprovechen ese momento para recordar que es un momento de purificación”.