El 25 de julio de 1819, se cumplen estos días doscientos años, se produjo en Colombia la importante batalla del Pantano de Vargas, entre las tropas independentistas de Simón Bolívar y las tropas leales al Rey de España, bajo el mando del coronel andaluz José María Barreiro. Se considera que el bando realista (1.300 infantes y 500 jinetes) tenía ventaja porque tenía algo más de caballería, mejor posición de terreno para maniobrar y estaba más descansado que los agotados independentistas (2.000 infantes y 400 jinetes, incluyendo unos 200 ingleses de la llamada “legión británica”).
Cuando llegan estas fechas de julio, en la región de Boyacá recuerdan el episodio y lo relacionan con una intervención de la Virgen María. En el pueblo de Tutazá hay una capilla dedicada a la Virgen del Rosario, pero que llaman “la Virgen de Tutazá” o “la de los tiestesitos”. En el camino hacia la batalla, Simón Bolívar y sus tropas pasaron por ese pueblo el día 18, que estaba decorado con hermosos tiestos de flores. Allí recibieron una bendición por parte de los responsables de la capilla, en nombre de la Virgen. Una imagen muestra a Bolívar inclinándose ante la Virgen del Rosario.
Siete días después, en la batalla del Pantano de Vargas, Bolívar, angustiado por lo que parecía una inminente derrota, decidió invocar a esa Virgen, pero no recordaba la advocación exacta, y dijo: “¡Virgen Santa de allá!, de ese pueblo donde hacen esos tiestesitos tan bonitos ¡Sálvanos!”. O eso aseguran los devotos.
“Así fue como Bolívar la bautizó como la Virgen de los tiestesitos”, explica una crónica en RCNRadio.com. “En toda Boyacá cuentan la historia con algunos cambios: unos expresan un Bolívar valiente, otros asustado, otros fervoroso, otros desesperanzados”.
La tradición popular dice que la Virgen hizo caer una niebla espesa que confundió al ejército realista. Después, un grupo de lanceros dieron la victoria a Bolívar. Hubo entre 320 y 800 muertos (como mínimo, 180 independentistas y 14p realistas). No parecen muchísimos vistos desde nuestro siglo XXI y su perspectiva de matanzas de las Guerras Mundiales, pero entonces se consideró una de las batallas más sangrientas de las guerras de independencia (una guerra que en Colombia, Ecuador y Venezuela fue especialmente cruel, ya que ambos bandos fusilaban a grandes cantidades de prisioneros, incluyendo al coronel Barreiro, pocos meses después de su participación en el Pantano de Vargas).
¿La única finca de Colombia a nombre de la Virgen María?
Han pasado doscientos años y en Tutazá sigue abierta y activa la capilla histórica, que se mantiene en pie sin dinero del Estado.
Esta es otra de las peculiaridades de esta iglesia: en el pueblo de Tutazá existe la única finca que estaría (“oficialmente”, dicen) a nombre de la Virgen María.
La familia de Agripina Córdoba, una señora muy devota, entregó su terreno más querido a la Virgen. Se contrató un servicio notarial, prepararon los documentos, esperaron el momento y las escrituras quedaron a nombre de la Virgen María.
El dinero del uso productivo de la finca se ha destinado a mantener en pie la pequeña y antigua capilla, así como el templo principal que por estos días cumple 100 años y necesita un nuevo techo. (El vídeo a continuación lo explica con más detalle).
El primer domingo de febrero y el último domingo de octubre de cada año, los vecinos de Tutazá van en romerías en honor de la Virgen del Rosario. Vecinos y amigos se reúnen, a veces llegados de lejanas veredas o de pueblos cercanos. Muchos han hecho promesas y vienen agradecidos o piden con devoción: marchan por los caminos, algunos descalzos, para cumplir una penitencia. Otros van en cabalgaduras o vehículos. Llegan de toda Boyacá. Ancianos o niños llevan pendones de la Virgen y le entregan flores a sus pies.
(Publicado originariamente en el portal de noticias marianas CariFilii.es)