El arzobispado de la Habana, a través de su revista “Palabra Nueva”, criticó ayer la excesiva timidez de las reformas económicas anunciadas por el régimen castrista. La iglesia de la isla lamenta especialmente que no se haya previsto privatización alguna para sacar a Cuba de la crisis galopante que estrangula su economía.
“Después de varios años de dudas sobre los cambios a realizar para la puesta al día de nuestro modelo económico, las autoridades se han decidido por la menos audaz de las reformas que tenían a su disposición: desarrollar el trabajo por cuenta privada”, critica la revista del arzobispado.
“El Estado no se ha desprendido de ninguna de sus propiedades por un proceso de privatización, pero llama a los trabajadores a estar disponibles para el sector privado”, señala en la mencionada publicación el economista Orlando Freire.
El programa de reformas económicas anunciado por el Gobierno prevé la apertura a los capitales extranjeros, la supresión de más de un millón de empleos públicos, la creación de pequeñas y medianas empresas privadas que absorban esa masa de trabajadores despedidos, la eliminación de numerosas subvenciones, y la posibilidad de una gestión autónoma para las empresas estatales.