Cardenal Porras: el régimen bolivariano «ha ido destrozando el tejido social» a lo largo de 20 años
"Nos encontramos ante un régimen que no se puede encasillar en que es un problema de derechas o de izquierdas, de nacionalismo versus globalización, sino que estamos ante un régimen que, a lo largo de todos estos veinte años, ha ido destrozando el tejido social”: es del diagnóstico del cardenal Baltazar Porras al enjuiciar el régimen instalado por Hugo Chávez en 1999 y continuado a su muerte en 2013 por el actual dictador de facto del país, Nicolás Maduro.
El administrador apostólico de la archidiócesis de Caracas hizo estas declaraciones a Vatican News en Lima, donde asiste a un seminario sobre búsqueda de alternativas a la crisis venezolana organizado por la Universidad Antonio Ruiz de Montoya y por la Conferencia de Provinciales Jesuitas de América Latina y El Caribe. Porras calificó el régimen vigente en el país como "antihumano", porque "los derechos humanos y todo el respeto a las libertades fundamentales no están presentes”, y hay quien lo define -recuerda el prelado- como un régimen “delincuencial”.
En su opinión, hay un "cambio cualitativo" en la situación a raíz del 10 de enero, cuando juró su cargo como presidente Juan Guaidó, siendo reconocido por la mayor parte de las instituciones y gobiernos internacionales como "único poder constituido que responde a la legitimidad de origen”, lo cual implica "una dinámica que no tiene marcha atrás”.
Ayuda humanitaria quemada en la frontera de Colombia por sicarios del régimen bolivariano, que está impidiendo la entrada de alimentos y medicinas para aliviar su carencia en el país.
Porras destacó que se calcula entre 4 y 5 millones el número de venezolanos que han tenido que huir de su país en un plazo "muy corto" ante el colapso político, social y económico de Venezuela y el incremento de la represión política: “Estamos ante un proceso que Dios quiera que no se alargue demasiado en el tiempo porque lo que trae es mayor sufrimiento y mayor muertes”, dijo el cardenal, quien destacó que es necesaria “una acción pacífica" al mismo tiempo que "un reforzamiento espiritual" y una aportación "intelectual y racional para entender esta situación compleja y novedosa", que es lo que pretende el seminario.