Una multitud reza en Caracas, ante la Conferencia Episcopal: «Cese el odio, no devolvamos el mal»
Mientras Caracas ve llegar nuevos contigentes de policías y funcionarios para bloquear protestas (llegan del interior del país para sustituir a los de la capital, agotados tras una semana de manifestaciones) la gente sigue saliendo a la calle a expresarse y en este sábado lo hizo ante la Conferencia Episcopal con una gran encuentro de oración al aire libre.
En la avenida Teherán de Caracas, en el encuentro de oración, se guardó un minuto de silencio por las víctimas de la violencia en las manifestaciones de esta semana, que han sido al menos 16. La agencia CNN habla además de 600 detenidos.
“No descansaremos hasta que hayamos restituido el orden constitucional y el Estado de Derecho. Oremos a Dios para que no se desvanezca la lucha y podamos restituir la libertad, la democracia y se haga realidad el pacto entre los ciudadanos”, clamó el padre Raúl Herrera, capellán en la Universidad Central de Venezuela.
“Que cese el odio y ayúdanos, Señor, a no querer venganza en nuestros corazones. No devolvamos mal por mal. Ayúdanos a sacar los demonios que han hecho aflorar lo peor de los venezolanos”, oró el sacerdote, apoyado por la multitud.
También habló un representante del Consejo Evangélico de Venezuela pidiendo a Dios que perdonara a Venezuela, a sus gobernantes, a militares, a sus habitantes (fuera o dentro del país) por “todas las cosas negativas”.
La Marcha del Silencio: llegó a su objetivo
Esta concentración era la llamada "Marcha del Silencio", convocada por la Mesa de la Unidad, que coordina a los manifestantes opositores. En la avenida Victoria, la diputada de Un Nuevo Tiempo, Delsa Solórzano, temía: “El gobierno quiere quitar hasta el derecho a orar por nuestros deudos, por el país, por la democracia”. El presidente de esta formación, Enrique Márquez, dijo: “No queremos golpes de Estado sino elecciones. Que se fije el cronograma comicial constitucional”. Hubo un momento en que no se sabía si esta marcha podría llegar al lugar solicitado o las autoridades la bloquearían, pero finalmente los comandantes policiales permitieron avanzar a la "Marcha del Silencio".
Allí estaban unidos Lilian Tintori (esposa de Leopoldo López), el presidente del Parlamento, Julio Borges, el gobernador Henrique Capriles y el alcalde Carlos Ocariz, entre otros. “Nuestros adversarios están en Miraflores. Somos un pueblo pacífico que quiere que se acabe esta represión. No tenemos por qué tener miedo”, afirmó Capriles.
Hispanoamérica pide paz y diálogo en Venezuela
Como recoge la agencia Aciprensa, los obispos de Colombia y Panamá expresaron su solidaridad y cercanía con los venezolanos. En un comunicado con fecha 21 de abril, los obispos del Comité Permanente de la Conferencia Episcopal Panameña (CEP) expresaron su preocupación por “los niveles de explosión social y confrontación política que ha traído luto y heridos en la sociedad venezolana en estos últimos días, a raíz de la difícil situación del país que cada vez se hace más insostenible”.
El arzobispo de Panamá, José Domingo Ulloa, recuerda el llamado del Papa Francisco a no ser indiferentes ante el sufrimiento de los hermanos por lo que alientan a “recuperar la paz y el sosiego, y a respetar los derechos de todos y cada uno de los ciudadanos, como se consagrada en una democracia, en nuestro hermano país de Venezuela”. Tras solidarizarse con el llamado de los obispos venezolanos a la búsqueda de soluciones pacíficas, los obispos panameños urgieron a sus compatriotas a “hacer jornadas de oración permanente para que Venezuela pueda volver a la paz y así iniciar un proceso” para la reconciliación y la reconstrucción del país”.
Por su parte, los obispos de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), también publicaron un comunicado en el que expresaron su cercanía y solidaridad “con nuestros hermanos y hermanas de Venezuela, preocupados por la difícil situación que atraviesan”. Asimismo alentaron a buscar soluciones pacíficas y expresaron su apoyo a los “obispos, sacerdotes, religiosos y fieles laicos que en medio de dolorosas situaciones y privaciones, siguen anunciando el Evangelio y trabajando por el bien de Venezuela, así como por la defensa de los valores humanos y cristianos”. “No dejaremos de orar con profunda fe y devoción al Señor por la reconciliación, la unidad y el bienestar integral del hermano pueblo venezolano”, concluye el texto.
El origen de esto se remonta a la decisión del 30 de marzo del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela (TSJ) que emitió una sentencia para asumir las competencias de la Asamblea Nacional, de mayoría opositora, lo que fue considerado como un autogolpe de estado. Tres días después, el tribunal dio marcha atrás, pero el descontento de los venezolanos no se detuvo y siguieron saliendo a las calles ante la falta de alimentos, medicinas, y la cada vez mayor falta de seguridad..
Países hispanos por las libertades
En estos últimos días varios países hispanos (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México, Paraguay y Perú) precisaron que sus gobiernos rechazan la violencia e hicieron un llamado para que Maduro garantice el derecho a la manifestación pacífica e impida cualquier acción de violenta. El gobierno de Venezuela rechazó lo que llamó “grosera injerencia” de estos países.
Otros países del ámbito bolivariano expresaron su apoyo al Gobierno de Maduro: se trata de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América -ALBA- compuesta por Venezuela, Cuba, Bolivia, Nicaragua, República Dominicana y Ecuador.
En un nuevo comunicado el 20 de abril, los gobiernos de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, México, Paraguay y Uruguay rechazaron “enérgicamente la violencia que se ha desencadenado en Venezuela” y expresaron que “es urgente que las autoridades venezolanas adopten medidas para asegurar los derechos fundamentales y preservar la paz social”.
El martes 18 de abril el Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó sus previsiones económicas para este 2017 y 2018. En el caso de Venezuela –que enfrenta una grave escasez de alimentos y medicinas–, el organismo internacional señaló que a fines de año la inflación llegaría a 720% y para 2018 sería de 2.068%. Además, indicó que su economía cerrará 2017 con un retroceso de 7,4%.
En la avenida Teherán de Caracas, en el encuentro de oración, se guardó un minuto de silencio por las víctimas de la violencia en las manifestaciones de esta semana, que han sido al menos 16. La agencia CNN habla además de 600 detenidos.
“No descansaremos hasta que hayamos restituido el orden constitucional y el Estado de Derecho. Oremos a Dios para que no se desvanezca la lucha y podamos restituir la libertad, la democracia y se haga realidad el pacto entre los ciudadanos”, clamó el padre Raúl Herrera, capellán en la Universidad Central de Venezuela.
“Que cese el odio y ayúdanos, Señor, a no querer venganza en nuestros corazones. No devolvamos mal por mal. Ayúdanos a sacar los demonios que han hecho aflorar lo peor de los venezolanos”, oró el sacerdote, apoyado por la multitud.
También habló un representante del Consejo Evangélico de Venezuela pidiendo a Dios que perdonara a Venezuela, a sus gobernantes, a militares, a sus habitantes (fuera o dentro del país) por “todas las cosas negativas”.
La Marcha del Silencio: llegó a su objetivo
Esta concentración era la llamada "Marcha del Silencio", convocada por la Mesa de la Unidad, que coordina a los manifestantes opositores. En la avenida Victoria, la diputada de Un Nuevo Tiempo, Delsa Solórzano, temía: “El gobierno quiere quitar hasta el derecho a orar por nuestros deudos, por el país, por la democracia”. El presidente de esta formación, Enrique Márquez, dijo: “No queremos golpes de Estado sino elecciones. Que se fije el cronograma comicial constitucional”. Hubo un momento en que no se sabía si esta marcha podría llegar al lugar solicitado o las autoridades la bloquearían, pero finalmente los comandantes policiales permitieron avanzar a la "Marcha del Silencio".
Allí estaban unidos Lilian Tintori (esposa de Leopoldo López), el presidente del Parlamento, Julio Borges, el gobernador Henrique Capriles y el alcalde Carlos Ocariz, entre otros. “Nuestros adversarios están en Miraflores. Somos un pueblo pacífico que quiere que se acabe esta represión. No tenemos por qué tener miedo”, afirmó Capriles.
Hispanoamérica pide paz y diálogo en Venezuela
Como recoge la agencia Aciprensa, los obispos de Colombia y Panamá expresaron su solidaridad y cercanía con los venezolanos. En un comunicado con fecha 21 de abril, los obispos del Comité Permanente de la Conferencia Episcopal Panameña (CEP) expresaron su preocupación por “los niveles de explosión social y confrontación política que ha traído luto y heridos en la sociedad venezolana en estos últimos días, a raíz de la difícil situación del país que cada vez se hace más insostenible”.
El arzobispo de Panamá, José Domingo Ulloa, recuerda el llamado del Papa Francisco a no ser indiferentes ante el sufrimiento de los hermanos por lo que alientan a “recuperar la paz y el sosiego, y a respetar los derechos de todos y cada uno de los ciudadanos, como se consagrada en una democracia, en nuestro hermano país de Venezuela”. Tras solidarizarse con el llamado de los obispos venezolanos a la búsqueda de soluciones pacíficas, los obispos panameños urgieron a sus compatriotas a “hacer jornadas de oración permanente para que Venezuela pueda volver a la paz y así iniciar un proceso” para la reconciliación y la reconstrucción del país”.
Por su parte, los obispos de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), también publicaron un comunicado en el que expresaron su cercanía y solidaridad “con nuestros hermanos y hermanas de Venezuela, preocupados por la difícil situación que atraviesan”. Asimismo alentaron a buscar soluciones pacíficas y expresaron su apoyo a los “obispos, sacerdotes, religiosos y fieles laicos que en medio de dolorosas situaciones y privaciones, siguen anunciando el Evangelio y trabajando por el bien de Venezuela, así como por la defensa de los valores humanos y cristianos”. “No dejaremos de orar con profunda fe y devoción al Señor por la reconciliación, la unidad y el bienestar integral del hermano pueblo venezolano”, concluye el texto.
El origen de esto se remonta a la decisión del 30 de marzo del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela (TSJ) que emitió una sentencia para asumir las competencias de la Asamblea Nacional, de mayoría opositora, lo que fue considerado como un autogolpe de estado. Tres días después, el tribunal dio marcha atrás, pero el descontento de los venezolanos no se detuvo y siguieron saliendo a las calles ante la falta de alimentos, medicinas, y la cada vez mayor falta de seguridad..
Países hispanos por las libertades
En estos últimos días varios países hispanos (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México, Paraguay y Perú) precisaron que sus gobiernos rechazan la violencia e hicieron un llamado para que Maduro garantice el derecho a la manifestación pacífica e impida cualquier acción de violenta. El gobierno de Venezuela rechazó lo que llamó “grosera injerencia” de estos países.
Otros países del ámbito bolivariano expresaron su apoyo al Gobierno de Maduro: se trata de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América -ALBA- compuesta por Venezuela, Cuba, Bolivia, Nicaragua, República Dominicana y Ecuador.
En un nuevo comunicado el 20 de abril, los gobiernos de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, México, Paraguay y Uruguay rechazaron “enérgicamente la violencia que se ha desencadenado en Venezuela” y expresaron que “es urgente que las autoridades venezolanas adopten medidas para asegurar los derechos fundamentales y preservar la paz social”.
El martes 18 de abril el Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó sus previsiones económicas para este 2017 y 2018. En el caso de Venezuela –que enfrenta una grave escasez de alimentos y medicinas–, el organismo internacional señaló que a fines de año la inflación llegaría a 720% y para 2018 sería de 2.068%. Además, indicó que su economía cerrará 2017 con un retroceso de 7,4%.
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