Misionera navarra en Honduras: «Aquí no buscan la oración en silencio, todo es con fiesta y canto»
La delegación de misiones de Menorca y OMPess difunden una carta de la misionera navarra sor María Dolores Arribillaga, misionera concepcionista, de la congregación de las Misioneras de la Inmaculada Concepción. Habla de su misión en San Pedro Sula, en la zona noroccidental de Honduras.
»Seguimos trabajando con el mismo ideal y la misma ilusión aunque los lugares y las personas son distintas y también los resultados. Estamos en el año de la Vida religiosa y el señor obispo, que es claretiano, no pierde ninguna oportunidad de celebrarlo, con todos los religiosos de la diócesis. El 2 de febrero, día de la Vida Religiosa, organizó una celebración conjunta que duró todo el día y nos dijo lo que piensa y espera de los religiosos. Nos quiere mucho pero como obispo es muy exigente.
»Hay muchas congregaciones femeninas y las religiosas doblan el número de los sacerdotes. Hay varias comunidades, de vida apostólica, en cada parroquia y quieren trabajar pastoralmente en la parroquia. En la diócesis hay solamente tres colegios de religiosas, que están en San Pedro Sula: dos de las Salesianas y la otra de las Hijas de la Caridad y la Providencia. Y hay solo dos colegios de religiosos, uno muy célebre y bastante antiguo de los Hermanos de las Escuelas Cristianas en San Pedro Sula y que abarca para los que desean, toda la diócesis, y el otro de los Padres Paúles.
»Las religiosas solo regentan en la diócesis una casa de ancianos y dos de infancia. Hay una congregación fundada aquí, que aún es de derecho diocesano, que se dicen del Buen Samaritano, y cuidan los niños ‘incurables’ que abandonan en los hospitales. Todas las demás trabajan en las parroquias.
»De vida contemplativa solo estamos nosotras en la diócesis. De las nueve diócesis que hay en Honduras solo cuatro tienen vida contemplativa.
»En la solemnidad de la Asunción, el quince de agosto, se van a ordenar siete sacerdotes en la diócesis, que ahora acaban su año de diaconado. Nunca habíamos llegado a este número y estamos muy contentos todos. Por aquí no hay diáconos permanentes.
»Nuestra diócesis es joven como tal, acabamos de celebrar las bodas de oro, aunque en nuestra parroquia, La Lima, ya celebramos los setenta y cinco. Y ya veis que celebramos muchas fiestas, damos gracias a Dios.
»Nosotras vivimos en la región llamada Cortés y es la más caliente del país, otros departamentos son más frescos. Ahora tenemos de 36-40 grados. Cuando llueve suele bajar algo la temperatura pero no llueve hasta junio o julio.
»Como la lengua es la misma resulta fácil contactar con la gente, pero la oración como la vivimos y entendemos nosotras, no les dice nada. La celebración con fiesta les va, pero desde el silencio no lo conocen y no lo buscan.
»Ahora hay algunos que buscan oración contemplativa y hablan de ella. Son un grupo influyente, se ve que viven. Hasta los conoce el obispo. Comenzaron aquí, en el monasterio, pero actualmente tienen sus propios métodos para iniciar en la oración y ayudar para vivirla.
»La iglesia se ve alegre y festiva porque la mayoría son jóvenes y les va la fiesta. Cantan mucho en la liturgia y nunca celebran sin canto. En la calle, por todo encuentras niños y jóvenes, muy abiertos y simpáticos. Es un ambiente juvenil.
»Podéis ver que hay algunas diferencias, pero lo que nos llena de gozo a todos es la Pascua del Señor y su presencia en nosotros, la vivencia de su amor, que les deseo a todos”.
»Seguimos trabajando con el mismo ideal y la misma ilusión aunque los lugares y las personas son distintas y también los resultados. Estamos en el año de la Vida religiosa y el señor obispo, que es claretiano, no pierde ninguna oportunidad de celebrarlo, con todos los religiosos de la diócesis. El 2 de febrero, día de la Vida Religiosa, organizó una celebración conjunta que duró todo el día y nos dijo lo que piensa y espera de los religiosos. Nos quiere mucho pero como obispo es muy exigente.
»Hay muchas congregaciones femeninas y las religiosas doblan el número de los sacerdotes. Hay varias comunidades, de vida apostólica, en cada parroquia y quieren trabajar pastoralmente en la parroquia. En la diócesis hay solamente tres colegios de religiosas, que están en San Pedro Sula: dos de las Salesianas y la otra de las Hijas de la Caridad y la Providencia. Y hay solo dos colegios de religiosos, uno muy célebre y bastante antiguo de los Hermanos de las Escuelas Cristianas en San Pedro Sula y que abarca para los que desean, toda la diócesis, y el otro de los Padres Paúles.
»Las religiosas solo regentan en la diócesis una casa de ancianos y dos de infancia. Hay una congregación fundada aquí, que aún es de derecho diocesano, que se dicen del Buen Samaritano, y cuidan los niños ‘incurables’ que abandonan en los hospitales. Todas las demás trabajan en las parroquias.
»De vida contemplativa solo estamos nosotras en la diócesis. De las nueve diócesis que hay en Honduras solo cuatro tienen vida contemplativa.
»En la solemnidad de la Asunción, el quince de agosto, se van a ordenar siete sacerdotes en la diócesis, que ahora acaban su año de diaconado. Nunca habíamos llegado a este número y estamos muy contentos todos. Por aquí no hay diáconos permanentes.
»Nuestra diócesis es joven como tal, acabamos de celebrar las bodas de oro, aunque en nuestra parroquia, La Lima, ya celebramos los setenta y cinco. Y ya veis que celebramos muchas fiestas, damos gracias a Dios.
»Nosotras vivimos en la región llamada Cortés y es la más caliente del país, otros departamentos son más frescos. Ahora tenemos de 36-40 grados. Cuando llueve suele bajar algo la temperatura pero no llueve hasta junio o julio.
»Como la lengua es la misma resulta fácil contactar con la gente, pero la oración como la vivimos y entendemos nosotras, no les dice nada. La celebración con fiesta les va, pero desde el silencio no lo conocen y no lo buscan.
»Ahora hay algunos que buscan oración contemplativa y hablan de ella. Son un grupo influyente, se ve que viven. Hasta los conoce el obispo. Comenzaron aquí, en el monasterio, pero actualmente tienen sus propios métodos para iniciar en la oración y ayudar para vivirla.
»La iglesia se ve alegre y festiva porque la mayoría son jóvenes y les va la fiesta. Cantan mucho en la liturgia y nunca celebran sin canto. En la calle, por todo encuentras niños y jóvenes, muy abiertos y simpáticos. Es un ambiente juvenil.
»Podéis ver que hay algunas diferencias, pero lo que nos llena de gozo a todos es la Pascua del Señor y su presencia en nosotros, la vivencia de su amor, que les deseo a todos”.
Comentarios