Los obispos de Bolivia piden «por unas elecciones libres, con transparencia y credibilidad»
Los obispos de Bolivia, ante las elecciones generales, del próximo 12 de octubre, escriben: «En la oración encomendamos este proceso al Dios de la Historia y de la Vida, conscientes de que sin Él - tal como nos ha recordado recientemente el Papa Francisco - incluso la prosperidad va acompañada de una terrible pobreza espiritual».
Con un comunicado, sobre el tema «Por unas elecciones libres, con transparencia y credibilidad. Obedecer a Dios por el camino de la justicia y del derecho. (cfr. Mt 21, 32)», la Conferencia Episcopal Boliviana, «fiel a su vocación y en actitud de servicio, comparte con la ciudadanía sus criterios y orientaciones frente a este acontecimiento de interés nacional, a la luz de los principios humanos y cristianos y en el contexto de la Doctrina Social de la Iglesia».
El comunicado de los prelados de Bolivia, fechado el 25 de septiembre, destaca que la transparencia es requisito decisivo; que el voto es derecho y deber constitucional; la dignidad humana y el bien común, advirtiendo luego sobre el voto consigna, los amedrentamientos y represalias.
La trasparencia, escriben «es la única garantía de la credibilidad de los procesos electorales».
Por lo que «es importante que autoridades y operadores del órgano electoral plurinacional extremen esfuerzos para garantizar a la población un proceso imparcial. De igual manera, es altamente recomendable que se faciliten y apoyen iniciativas de observación y control ciudadano por parte de organismos e instancias, nacionales o internacionales, que gocen de credibilidad».
Destacando la vocación democrática del pueblo boliviano y reiterando luego su llamado a la población para que, también en esta ocasión, demuestre una alta y ejemplar participación, la Conferencia Episcopal de Bolivia, recuerda que «el voto es un derecho constitucional, individual, secreto, libre, consciente y responsable, fundado sobre los principios de libertad de conciencia y de elección. Por eso los ciudadanos deben ejercer este derecho sin temores, pues todos tenemos el deber moral de participar activamente de este proceso electoral. La participación de cada persona fortalece la democracia y es una forma de colaborar en la construcción de un futuro digno para las personas y para toda la comunidad».
«Votar en conciencia es apostar por valores fundamentales de desarrollo integral en la sociedad como la vida, la justicia, la solidaridad, la verdad y la libertad», escriben los Obispos de Bolivia, en lo que respecta a la dignidad humana y el bien común.
Por ello es importante la información y un sano discernimiento.
«Todo lo que impide o condiciona el voto: presiones, insultos, descalificaciones, discriminaciones de diverso tipo y, peor aún, cualquier forma de amenaza o agresión física al que piensa distinto, atenta contra sus derechos fundamentales. Asimismo la demagogia, la prebenda y el soborno ofenden la inteligencia y hieren la dignidad de las personas», reiteran los mismos prelados, para luego poner en guardia contra el voto consigna, los amedrentamientos y las represalias.
Puesto que «no es lícito ni democrático que partidos políticos, comunidades, organizaciones sociales o dirigencias pretendan canalizar el llamado voto consigna. No hay ningún argumento válido que legitime estas acciones que, por otro lado, deben ser denunciadas y resueltas oportunamente por los órganos establecidos, porque soslayan la libertad de pensamiento, la libre expresión y la estabilidad democrática».
Y «es particularmente condenable, venga de quien venga, que se usen instituciones, bienes y recursos, públicos o privados, como instrumentos de presión, chantaje o legitimación en el poder. La ciudadanía debe hacer valer sus derechos y denunciar todo atropello».
Con un comunicado, sobre el tema «Por unas elecciones libres, con transparencia y credibilidad. Obedecer a Dios por el camino de la justicia y del derecho. (cfr. Mt 21, 32)», la Conferencia Episcopal Boliviana, «fiel a su vocación y en actitud de servicio, comparte con la ciudadanía sus criterios y orientaciones frente a este acontecimiento de interés nacional, a la luz de los principios humanos y cristianos y en el contexto de la Doctrina Social de la Iglesia».
El comunicado de los prelados de Bolivia, fechado el 25 de septiembre, destaca que la transparencia es requisito decisivo; que el voto es derecho y deber constitucional; la dignidad humana y el bien común, advirtiendo luego sobre el voto consigna, los amedrentamientos y represalias.
La trasparencia, escriben «es la única garantía de la credibilidad de los procesos electorales».
Por lo que «es importante que autoridades y operadores del órgano electoral plurinacional extremen esfuerzos para garantizar a la población un proceso imparcial. De igual manera, es altamente recomendable que se faciliten y apoyen iniciativas de observación y control ciudadano por parte de organismos e instancias, nacionales o internacionales, que gocen de credibilidad».
Destacando la vocación democrática del pueblo boliviano y reiterando luego su llamado a la población para que, también en esta ocasión, demuestre una alta y ejemplar participación, la Conferencia Episcopal de Bolivia, recuerda que «el voto es un derecho constitucional, individual, secreto, libre, consciente y responsable, fundado sobre los principios de libertad de conciencia y de elección. Por eso los ciudadanos deben ejercer este derecho sin temores, pues todos tenemos el deber moral de participar activamente de este proceso electoral. La participación de cada persona fortalece la democracia y es una forma de colaborar en la construcción de un futuro digno para las personas y para toda la comunidad».
«Votar en conciencia es apostar por valores fundamentales de desarrollo integral en la sociedad como la vida, la justicia, la solidaridad, la verdad y la libertad», escriben los Obispos de Bolivia, en lo que respecta a la dignidad humana y el bien común.
Por ello es importante la información y un sano discernimiento.
«Todo lo que impide o condiciona el voto: presiones, insultos, descalificaciones, discriminaciones de diverso tipo y, peor aún, cualquier forma de amenaza o agresión física al que piensa distinto, atenta contra sus derechos fundamentales. Asimismo la demagogia, la prebenda y el soborno ofenden la inteligencia y hieren la dignidad de las personas», reiteran los mismos prelados, para luego poner en guardia contra el voto consigna, los amedrentamientos y las represalias.
Puesto que «no es lícito ni democrático que partidos políticos, comunidades, organizaciones sociales o dirigencias pretendan canalizar el llamado voto consigna. No hay ningún argumento válido que legitime estas acciones que, por otro lado, deben ser denunciadas y resueltas oportunamente por los órganos establecidos, porque soslayan la libertad de pensamiento, la libre expresión y la estabilidad democrática».
Y «es particularmente condenable, venga de quien venga, que se usen instituciones, bienes y recursos, públicos o privados, como instrumentos de presión, chantaje o legitimación en el poder. La ciudadanía debe hacer valer sus derechos y denunciar todo atropello».
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