El cardenal Brenes ya compara a la iglesia de Nicaragua con la de Irak: una iglesia perseguida
La Iglesia está siendo perseguida... y no en un país islámico ni en una remota dictadura asiática, sino en un país católico e hispano como Nicaragua. El cardenal Leopoldo Brenes, tras la misa de este domingo, comparó la situación de Nicaragua y su iglesia con la de Irak, donde los yihadistas matan a los cristianos o los reducen a una servidumbre infamante.
Brenes reconoció la persecución que sufre la iglesia Católica al ser cuestionado por un grupo de periodistas este domingo, después de la eucaristía dominical en la catedral metropolitana de Managua.
"Creo en la iglesia que es una santa, católica, apostólica y perseguida, porque vemos en Irak, está siendo perseguida, en la India creo que también, es parte de la iglesia, siempre ha sido perseguida, nosotros no vamos a estar ajenos", matizó Brenes.
Templos atacados
Los templos han servido de refugio a manifestantes que escapan de los ataques armados del Gobierno sandinista de Daniel Ortega, y que han dejado entre 277 y 351 muertos desde abril, según recoge agencia Efe.
Desde junio pasado, cuando el Episcopado, en su calidad de mediador de un diálogo nacional para superar la crisis, pidió al presidente Daniel Ortega adelantar a marzo de 2019 las elecciones de 2021, para superar la grave situación de Nicaragua, al menos 7 templos católicos han sido profanados.
En las últimas semanas, parroquias de Carazo, Masaya, Managua, Granada, Matagalpa y Estelí han denunciado ataques, asedio, robos y profanación por grupos de simpatizantes y civiles armados enmascarados afines al Gobierno.
El 9 de julio en Diriamba, Carazo, obispos y sacerdotes fueron agredidos por parapolicías y simpatizantes del Frente Sandinista. Los agresores invadieron un templo y agredieron al cardenal Brenes, al nuncio apostólico Stanislaw Waldemar Sommertag, así como al obispo Silvio Báez, además de los sacerdotes Edwin Román y Miguel Mántica, algunos de los cuales resultaron heridos.
Ortega acusa a los obispos de golpistas
Ortega, el pasado 19 de julio, celebrando 39 años de la "revolución de Nicaragua" dijo: "Me dolió que los señores obispos tuvieran esa actitud de golpistas".
Cuando Brenes escuchó las acusaciones de golpismo "mi sentimiento fue irme a la capilla del Santísimo, y ahí pedirle al Señor mucha tranquilidad, de manera especial paz en mi corazón", sostuvo el cardenal nicaragüense.
“Nosotros no tenemos la intención de dar ningún golpe de Estado, no somos políticos, no queremos asumir la Presidencia ni formar un partido político, por lo tanto no estamos para tomar el poder”, enfatizó.
Ha negado además que los templos católicos esconden armas de manifestantes. El cardenal señaló que "es una falsedad", y recordó que él mismo, junto con el nuncio, han llegado a encargarse personalmente de que eso no ocurra, a la vez que afirmó que las únicas armas que ha visto en manos de los estudiantes que se oponen a Ortega son morteros artesanales.
La Iglesia sigue queriendo ser mediadora
A pesar de los señalamientos de Ortega, los obispos se mantienen como mediadores del diálogo, "porque oficialmente, a través de una carta, no se nos ha dicho lo contrario", resaltó Brenes.
“Desde el mismo momento en que el presidente nos pidió este servicio como mediadores y testigos, lo hemos hecho con toda generosidad y lo seguiremos haciendo hasta donde el Señor nos lo permita, pero (la continuidad en el diálogo) va a ser uno de los temas que mañana (lunes) vamos a abordar”, dijo el jerarca católico.
Reacciones internacionales
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) han responsabilizado al gobierno de Ortega de graves violaciones de los derechos humanos.
La CIDH ha denunciado "asesinatos, ejecuciones extrajudiciales, malos tratos, posibles actos de tortura y detenciones arbitrarias cometidos en contra de la población mayoritariamente joven del país", lo que el Gobierno de Nicaragua rechaza.