El Papa Francisco ha convocado un Sínodo de Obispos para octubre de 2019
Sínodo sobre la Amazonía: nueve claves para entender la evangelización y una ecología integral
Acaba de ver la luz documento preparatorio del Sínodo de los Obispos para la Asamblea Especial sobre la Región Panamazónica, que se celebrará en 2019, y que lleva por título “Amazonia: nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral”. Un documento que advierte con fuerza que el cuidado de la Amazonía, incluida la protección del medio ambiente, forma parte de la misión evangelizadora de los católicos, explica Ary Waldir Ramos, en Aleteia.
El 20% del agua dulce del planeta proviene de la Amazonía y la cuenca amazónica supone para el planeta una de las mayores reservas de biodiversidad (30 a 50% de la flora y la fauna del mundo). En este contexto, el papa Francisco anunció, el 15 de octubre de 2017, un sínodo que reflexionaría sobre los nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral que se llevará a cabo en octubre de 2019. Y precisamente, ahora se ha presentado en el Vaticano el documento preparatorio para esa cita.
Se trata de pensar caminos nuevos “para y con el Pueblo de Dios que habita en la región” panamazónica, que involucra a 9 países: habitantes de comunidades y zonas rurales, de ciudades y grandes metrópolis, poblaciones que habitan en las riberas de los ríos, migrantes y desplazados, y especialmente para y con los pueblos indígenas.
Se discutirá sobre la crisis en la selva amazónica causada por una “cultura del descarte” y una “mentalidad extractiva”, tras el hilo de Laudato Si’, la encíclica social del Papa sobre la casa común: el Planeta.
La Amazonía es como un espejo de toda la humanidad: es una región “con una rica biodiversidad, es multiétnica, pluricultural y plurireligiosa, que, en defensa de la vida, exige cambios estructurales y personales de todos los seres humanos, de los estados, y de la Iglesia”, confirma el preámbulo del documento preparatorio.
Las reflexiones del Sínodo Especial superan el ámbito eclesial amazónico. Se trata de un puente hacia otros biomas de nuestro mundo: “Cuenca del Congo, corredor biológico Mesoamericano, bosques tropicales de Asia Pacífico, acuífero Guaraní, entre otros”.
Esencial es el apostolado de la escucha llevado por el Papa y el Sínodo: escucha a los pueblos indígenas y a las comunidades que viven en la Amazonía. La palabra clave: “cercanía”. El papa Francisco en Puerto Maldonado aseguró que los pueblos originarios amazónicos nunca han estado tan amenazados como lo están ahora.
En la línea también de la cultura del encuentro, en el texto se presentan preguntas que permiten un diálogo y una progresiva aproximación a la realidad y expectativa regional: “¿Cómo imaginan su ‘futuro sereno’ y el ‘buen vivir’ de las futuras generaciones? ¿Cómo podemos colaborar en la construcción de un mundo que debe romper con las estructuras que quitan vida y con las mentalidades de colonización para construir redes de solidaridad e interculturalidad? y, sobre todo, ¿cuál es la misión particular de la Iglesia hoy ante esta realidad?”.
El documento está dividido en tres partes según el método “ver, juzgar (discernir) y actuar”. A continuación, se presentan algunos de puntos clave del documento.
1. Amazonia: Una de las mayores reservas de biodiversidad del planeta
“La cuenca amazónica supone para nuestro planeta una de las mayores reservas de biodiversidad (30 a 50% de la flora y fauna del mundo), de agua dulce (20% de agua dulce no congelada de todo el planeta), posee más de un tercio de los bosques primarios del planeta y, aunque los océanos son los mayores captadores de carbono, no por ello la labor de captura de carbono de la Amazonía deja de ser significativa. Son más de siete millones y medio de kilómetros cuadrados, con nueve países que comparten este gran bioma (Brasil, Bolivia, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam, Venezuela, incluyendo la Guyana Francesa como territorio ultramar)”.
2. En peligro el agua (quebradas, ríos y lagos) eje principal de la Amazonía
“La Amazonía tiene muchos tipos de ‘Amazonías’ al interior de ella… es el agua, a través de sus quebradas, ríos y lagos, la que se convierte en el elemento articulador e integrador, teniendo como eje principal al Amazonas, el río madre y padre de todos. En un territorio amazónico tan diverso es de suponer que los diferentes grupos humanos que lo habitan han debido adaptarse a las distintas realidades geográficas, ecosistémicas y políticas. El trabajo de la Iglesia Católica en la Amazonía, durante muchos siglos, se ha orientado a dar respuesta a dichos variados contextos humanos y ambientales”.
3. Allí viven los pueblos de las aguas: pueblos y culturas diversas
“La ocupación demográfica de la Amazonía antecede al proceso colonizador”. El predominio demográfico en la Amazonía se concentraba “en los márgenes de los grandes ríos y lagos por una cuestión de supervivencia que incluía las actividades de caza, pesca, y el cultivo en las tierras inundables”. Hoy, más allá de las circunstancias históricas, “los pueblos de las aguas, en este caso de la Amazonía, siempre han tenido en común la relación de interdependencia con los recursos hídricos. Por eso, los campesinos y sus familias de la Amazonía utilizan los recursos de las tierras inundables, teniendo como telón de fondo el movimiento cíclico de sus ríos –inundación, reflujo y periodo de seca– en una relación de respeto por saber que “la vida dirige al río”, y el “río dirige a la vida”.
4. La riqueza de la selva y de los ríos está amenazada
“La riqueza de la selva y de los ríos de la Amazonía está amenazada hoy por los grandes intereses económicos que se asientan en diversos puntos del territorio. Tales intereses provocan, entre otras cosas, la intensificación de la tala indiscriminada en la selva, la contaminación de ríos, lagos y afluentes (por el uso indiscriminado de agro-tóxicos, derrames petroleros, minería legal e ilegal, y los derivados de la producción de drogas). A ello se suma el narcotráfico, que junto con lo anterior pone en riesgo la supervivencia de los pueblos que dependen de recursos animales y vegetales en estos territorios”.
5. Indígenas, afrodescendientes, expulsados por minería ilegal y extracción petrolera
“Las ciudades de la Amazonía han crecido muy rápidamente, y han integrado a muchos migrantes desplazados de sus tierras de manera forzada, empujados hacia las periferias de los grandes centros urbanos que avanzan hacia dentro de la selva. En su mayoría son pueblos indígenas, ribereños, y afrodescendientes expulsados por la minería ilegal y legal, la industria de extracción petrolera, acorralados por la expansión de la extracción de madera, y siendo los más golpeados por los conflictos agrarios y socio-ambientales. Las ciudades también se caracterizan por las desigualdades sociales. Crece “la pobreza, la violencia política e institucional”. Además, del incremento en el consumo de alcohol y drogas”.
6. Crece en toda la Amazonía una actitud de xenofobia y de criminalización de los migrantes
“Muchos de esos indígenas son indocumentados o irregulares, refugiados, ribereños, o pertenecen a otras categorías de personas vulnerables. En consecuencia, crece en toda la Amazonía una actitud de xenofobia y de criminalización de los migrantes y desplazados. Esto, asimismo, da lugar a la explotación de las poblaciones de la Amazonía, víctimas del cambio de valores de la economía mundial, para la cual el valor lucrativo es mayor que la dignidad humana. Ejemplo de ello es el crecimiento dramático del tráfico de personas, especialmente el de mujeres, para fines de explotación sexual y comercial. Ellas pierden así su protagonismo en los procesos de transformación social, económica, cultural, ecológica, religiosa y política de sus comunidades”.
7. El riesgo de actividades agropecuarias tóxicas, extractivas y madereras
En suma, en una radiografía de la situación, “el crecimiento desmedido de las actividades agropecuarias, extractivas, y madereras de la Amazonía, no sólo ha dañado la riqueza ecológica de la región, de su selva y de sus aguas, sino que además ha empobrecido su riqueza social y cultural. Ha forzado un desarrollo urbano no ‘integral’ ni ‘inclusivo’ de la cuenca amazónica”. “Como respuesta a esta situación, se nota un crecimiento de las capacidades de organización y un avance de la sociedad civil, con atención particular a las problemáticas ambientales. En el campo de las relaciones sociales, a pesar de los límites, la Iglesia Católica ha desarrollado en general un trabajo significativo, fortaleciendo sus propios caminos a partir de su presencia encarnada y de su creatividad pastoral y social”.
8. Nuevo colonialismo enmascarado de progreso
Nueve países componen la Panamazonía y alrededor de tres millones de indígenas viven allí, “representando alrededor de 390 pueblos y nacionalidades distintos. Se denuncian nuevos colonialismos ‘enmascarado de progreso’, tras 500 años después de la conquista, más o menos 400 años de misión y evangelización organizada, y 200 años después de la independencia de los países que configuran la Panamazonía”.
9. La Amazonía no es una despensa
Así, se imponen “imponen nuevos colonialismos ideológicos disfrazados por el mito del progreso que destruyen las identidades culturales propias. Francisco apela por la defensa de las culturas y por la reapropiación de la herencia que viene con la sabiduría ancestral. El Papa Francisco, en su visita a Puerto Maldonado, llamó a cambiar el paradigma histórico en que los Estados ven la Amazonía como despensa de los recursos naturales, por encima de la vida de los pueblos originarios y sin importar la destrucción de la naturaleza. En el documento se exhorta a cambiar la “cultura dominante del consumo y del descarte” que convierte “al planeta en un gran basural”. “El Papa denuncia este modelo de desarrollo como anónimo, asfixiante, sin madre; sólo obsesionado por el consumo y los ídolos del dinero y del poder”.