En un congreso de educadores católicos, el alcalde de Alcorcón, David Pérez, distinguió perfectamente entre el feminismo que potencia el papel de la mujer en la sociedad y aquel que pretende imponerse totalitariamente aun a costa de la desgracia de numerosas mujeres concretas, por ejemplo, con el aborto. Dos años después, sus palabras fueron cortadas suprimiendo esa distinción, para que pareciese que sus críticas iban dirigidas a todas las mujeres, y no a ciertas feministas, que se vieron retratadas. Se ha tratado de una campaña perfectamente orquestada al mejor estilo leninista, como desvela La Contra TV.
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