La última carta del cura degollado a su parroquia: que nuestro corazón esté atento a lo hermoso
Los medios franceses están difundiendo la carta parroquial de junio de 2016 que escribió el padre Jacques Hamel, probablemente su última enseñanza colectiva por escrito.
En ella anima a "que nuestro corazón esté atento a las cosas hermosas, a cada una de las personas que corren el riesgo de sentirse un poco solas" y a "cuidar de este mundo, a hacer de él, allí donde vivamos, un mundo más cálido, más humano, más fraterno!"
Este es el texto completo.
El verano, tiempo de vacaciones.
La primavera ha sido más bien fría. Si nuestra moral ha estado un poco de capa caída, paciencia, el verano acabará llegando. Y también el periodo de vacaciones.
Las vacaciones, un momento para tomar distancia de nuestras ocupaciones habituales. Pero no son sólo un paréntesis. Es un tiempo de descanso, pero también de renovación, de encuentro, de compartir, de convivialidad.
Un tiempo de renovación: algunos se cogerán unos días para hacer un retiro o una peregrinación. Otros volverán a leer el Evangelio, solos o con otros, como una palabra que hace vivir la actualidad.
Otros podrán renacer ante el gran libro de la Creación admirando los paisajes, tan distintos y tan magníficos, que nos elevan y nos hablan de Dios.
¡Qué podamos en esos momentos entender la invitación de Dios a cuidar de este mundo, a hacer de él, allí donde vivamos, un mundo más cálido, más humano, más fraterno!
Un tiempo de encuentro con los más cercanos, con los amigos. Un momento para vivir algo juntos. Un momento para cuidar de los otros, sean quienes sean.
Un tiempo para compartir, compartir nuestra amistad, nuestra alegría. Compartir nuestro apoyo a los niños, demostrando que son importantes para nosotros.
Un tiempo de oración, también, atentos a lo que pasará en nuestro mundo en ese momento. Recemos por lo que más lo necesitan, por la paz, por una mejor convivencia entre nosotros.
Este será aún el año de la misericordia. Hagamos que nuestro corazón esté atento a las cosas hermosas, a cada una de las personas que corren el riesgo de sentirse un poco solas.
¡Qué las vacaciones nos permitan llenarnos de alegría, amistad y renovación! Entonces podremos, mejor equipados, retomar nuestro camino juntos.
¡Buenas vacaciones a todos!
Padre Jacques
(Traducción de la carta del francés por Helena Faccia Serrano, diócesis de Alcalá de Henares)
En ella anima a "que nuestro corazón esté atento a las cosas hermosas, a cada una de las personas que corren el riesgo de sentirse un poco solas" y a "cuidar de este mundo, a hacer de él, allí donde vivamos, un mundo más cálido, más humano, más fraterno!"
Este es el texto completo.
El verano, tiempo de vacaciones.
La primavera ha sido más bien fría. Si nuestra moral ha estado un poco de capa caída, paciencia, el verano acabará llegando. Y también el periodo de vacaciones.
Las vacaciones, un momento para tomar distancia de nuestras ocupaciones habituales. Pero no son sólo un paréntesis. Es un tiempo de descanso, pero también de renovación, de encuentro, de compartir, de convivialidad.
Un tiempo de renovación: algunos se cogerán unos días para hacer un retiro o una peregrinación. Otros volverán a leer el Evangelio, solos o con otros, como una palabra que hace vivir la actualidad.
Otros podrán renacer ante el gran libro de la Creación admirando los paisajes, tan distintos y tan magníficos, que nos elevan y nos hablan de Dios.
¡Qué podamos en esos momentos entender la invitación de Dios a cuidar de este mundo, a hacer de él, allí donde vivamos, un mundo más cálido, más humano, más fraterno!
Un tiempo de encuentro con los más cercanos, con los amigos. Un momento para vivir algo juntos. Un momento para cuidar de los otros, sean quienes sean.
Un tiempo para compartir, compartir nuestra amistad, nuestra alegría. Compartir nuestro apoyo a los niños, demostrando que son importantes para nosotros.
Un tiempo de oración, también, atentos a lo que pasará en nuestro mundo en ese momento. Recemos por lo que más lo necesitan, por la paz, por una mejor convivencia entre nosotros.
Este será aún el año de la misericordia. Hagamos que nuestro corazón esté atento a las cosas hermosas, a cada una de las personas que corren el riesgo de sentirse un poco solas.
¡Qué las vacaciones nos permitan llenarnos de alegría, amistad y renovación! Entonces podremos, mejor equipados, retomar nuestro camino juntos.
¡Buenas vacaciones a todos!
Padre Jacques
(Traducción de la carta del francés por Helena Faccia Serrano, diócesis de Alcalá de Henares)
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