«Todo el mundo debe escuchar la voz del Papa, él nos desafía», dice Obama desde Roma
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama saludó este jueves 27 por la mañana al Papa Francisco dándole las gracias por la audiencia y lució su sonrisa más radiante para las fotografías antes de comenzar el encuentro en privado, acompañados sólo por dos intérpretes. «It´s wonderful to meet you. Thank you so much» (Es maravilloso conocerle. Muchas gracias), se oyó decir a Obama, según recoge la crónica de ABC de Juan Vicente Boo.
La reunión duro algo más de cuarenta minutos, un tiempo ligeramente superior a la media hora habitual, si bien el trabajo de los intérpretes ocupa casi la mitad del diálogo. Terminado el encuentro, Barack Obama presentó al Papa a los miembros de su delegación, entre los que figuraba el secretario de Estado John Kerry, quien se reunió a continuación con su homólogo vaticano, Pietro Parolin.
El Papa le desbancó en popularidad
Cinco años después de su visita del 2009, cuando era el líder más popular del mundo, Barack Obama acudió de nuevo al Vaticano «para escuchar» al actual número uno en popularidad, el Papa Francisco, y disfrutar del «efecto aureola» que proporcionan las imágenes de intercambio de sonrisas con el Santo Padre.
El primer encuentro de Obama con el Papa Francisco se centró en los temas de mayor sintonía: desde el modo de resolver el problema de los 11 millones de inmigrantes ilegales en Estados Unidos –que preocupa mucho a los obispos americanos- hasta las medidas para hacer frente a las secuelas de desigualdad que está trayendo la larga crisis económica. Abordaron también los puntos de mayor interés común en política exterior: Medio Oriente –a donde el Papa viajará el próximo mes de mayo-, Ucrania y China.
Las discrepancias, para los "número dos"
El Vaticano discrepa de Estados Unidos en muchos otros temas como el escaso esfuerzo por disminuir el número de abortos o el punto de la reforma sanitaria que obliga a las instituciones religiosas a pagar la contracepción y otras prestaciones contrarias a sus principios éticos. Pero fueron abordados de antemano el pasado mes de enero por el secretario de Estado vaticano Pietro Parolin durante la visita de su colega norteamericano John Kerry.
Ese adelanto de los temas más escabrosos permite que los comunicados oficiales resalten la sintonía pues, como dijo el embajador norteamericano ante la Santa Sede, Ken Hackett, «en este tipo de encuentros de alto nivel, se evita que nadie quede mal».
Alabanzas de Obama
Obama contribuyó a lograrlo declarando el día anterior al «Corriere della Sera» que venía a Roma «para escuchar» al Papa ya que «su pensamiento es valiosísimo para entender cómo podemos vencer el desafío de la pobreza extrema y reducir la desigualdad en la distribución de renta. Exigiéndonos en los temas de justicia social, nos alerta del peligro de acostumbrarnos a desigualdades extremas».
El presidente reconoció que «el Papa nos desafía. Nos suplica que nos acordemos de la gente, de las familias y de los pobres. Nos invita a reflexionar sobre la dignidad de la persona humana».
Regalos con mensaje
Aunque lo haga de modo cordial, el Vaticano sabe enviar mensajes. En julio del 2009, Benedicto XVI regaló al presidente americano una copia del documento sobre bioética «La Dignidad de la Persona», elaborada por la Congregación para la Doctrina de la Fe. Era un modo de marcar el desacuerdo con la administración Obama en materias de aborto y objeción de conciencia.
El primer trabajo del joven Barack Obama, ante de ir a la universidad, fue para la diócesis de Chicago, donde se encargó de actividades sociales para varias parroquias. Desde entonces ha mantenido admiración por la actividad caritativa de la Iglesia católica, pero los Papas –tanto Benedicto XVI como Francisco- le piden mucho más.
El próximo encuentro del presidente y el Papa será en Estados Unidos a finales de septiembre del 2015. El Vaticano sólo anuncia los viajes con seis meses de adelanto, pero el Papa Francisco ha recibido ya la invitación para pronunciar un discurso ante las dos cámaras del Congreso americano reunidas en sesión conjunta. Tiene, además, una invitación a visitar Naciones Unidas y, naturalmente, a participar en el Encuentro Mundial de las Familias que se celebrará en Filadelfia.
Desde anoche en Roma, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se ha mostrado “profundamente agradecido” al papa Francisco por su disposición a recibirlo. En una entrevista con el diario Corriere della Sera, Obama destaca la autoridad moral y la capacidad de influencia de Jorge Mario Bergoglio. “El Santo Padre ha inspirado a la gente de todo el mundo y también a mí con su esfuerzo por la justicia social y su mensaje de amor y compasión, especialmente por las personas que, entre nosotros, son las más pobres y vulnerables. Él no se limita a proclamar el Evangelio: él lo vive”. Al saludarse, a las 10.30, el papa Francisco ha dicho: “Bienvenido, señor presidente”. A lo que Obama ha respondido con una gran sonrisa: “Es maravilloso encontrarle”.
Alabanzas de Obama más detalladas
Pablo Ordaz, en El País, detalla más las palabras de alabanza de Obama al Pontífice.
Obama, que también se entrevistará con el presidente de la República, Giorgio Napolitano, y con el primer ministro, Matteo Renzi, elogia calurosamente al figura del papa argentino: “Nos hemos conmovido con su humildad y con sus actos de misericordia. Su testimonio, el simple hecho de ir siempre a buscar el contacto con los últimos, con aquellos que viven en las condiciones más difíciles, tiene también el valor de una llamada de atención: nos recuerda que cada uno de nosotros tiene la responsabilidad individual de vivir de un modo recto, virtuoso. Sabemos que, en vista de su gran autoridad moral, cuando el Papa habla, sus palabras tienen un peso enorme”.
Sobre la pobreza, Obama dice: “no es solo un problema económico: al fondo de todo es una cuestión ética. Yo creo que, al referirse a ello continuamente, el Papa nos pone ante los ojos el peligro de acostumbrarnos a la desigualdad. De acostumbrarnos a este tipo de desigualdad extrema hasta el punto de aceptarla como normal. Es un error que no debemos cometer”.
Obama advierte que, a pesar de que hay asuntos en los que discrepan, las palabras del Papa tienen que ser tenidas en cuenta: “Una de las cualidades que más admiro en el Santo Padre es su coraje de hablar sin pelos en la lengua de los desafíos económicos y sociales más grande con el que nos encontramos en estos tiempos".
"Esto no significa que estemos de acuerdo en todos los asuntos, pero estoy convencido de que la suya es una voz que el mundo debe escuchar. Él nos desafía. Él nos implora que nos acordemos de la gente, sobre todo de la gente más pobre, cuya vida está condicionada directamente de las decisiones que nosotros tomamos. Él nos invita a pararnos y a reflexionar sobre la dignidad que es innata en cada ser humano. Y, como ya hemos tenido modo de comprobar muchas veces, sus palabras cuentan. Con una sola frase, él puede focalizar la atención del planeta sobre una cuestión urgente. El Papa está en disposición de empujar a la gente del mundo a pararse y reflexionar. Y quizás a replantear ciertas viejas costumbres: comenzar a tratarse recíprocamente con mayor sentido de la compasión y de la dignidad”.
En este sentido, Obama asegura que explicará al Papa las iniciativas de su Gobierno para aumentar los puestos de trabajo y ayudar a las familias en unos tiempos especialmente duros. “La globalización ha contribuido en pocos decenios a sacar de la pobreza a cientos de millones de personas. Pero el Papa tiene razón cuando dice que estos progresos no han alcanzado a un gran número de seres humanos, que demasiada gente se ha quedado atrás. Y es por esto que he prometido que los Estados Unidos trabajarán con sus aliados en el mundo con el objetivo de erradicar la pobreza extrema en los próximos 20 años y estoy ansioso por escuchar el pensamiento del Papa sobre como podemos vencer este desafío”.
La reunión duro algo más de cuarenta minutos, un tiempo ligeramente superior a la media hora habitual, si bien el trabajo de los intérpretes ocupa casi la mitad del diálogo. Terminado el encuentro, Barack Obama presentó al Papa a los miembros de su delegación, entre los que figuraba el secretario de Estado John Kerry, quien se reunió a continuación con su homólogo vaticano, Pietro Parolin.
El Papa le desbancó en popularidad
Cinco años después de su visita del 2009, cuando era el líder más popular del mundo, Barack Obama acudió de nuevo al Vaticano «para escuchar» al actual número uno en popularidad, el Papa Francisco, y disfrutar del «efecto aureola» que proporcionan las imágenes de intercambio de sonrisas con el Santo Padre.
El primer encuentro de Obama con el Papa Francisco se centró en los temas de mayor sintonía: desde el modo de resolver el problema de los 11 millones de inmigrantes ilegales en Estados Unidos –que preocupa mucho a los obispos americanos- hasta las medidas para hacer frente a las secuelas de desigualdad que está trayendo la larga crisis económica. Abordaron también los puntos de mayor interés común en política exterior: Medio Oriente –a donde el Papa viajará el próximo mes de mayo-, Ucrania y China.
Las discrepancias, para los "número dos"
El Vaticano discrepa de Estados Unidos en muchos otros temas como el escaso esfuerzo por disminuir el número de abortos o el punto de la reforma sanitaria que obliga a las instituciones religiosas a pagar la contracepción y otras prestaciones contrarias a sus principios éticos. Pero fueron abordados de antemano el pasado mes de enero por el secretario de Estado vaticano Pietro Parolin durante la visita de su colega norteamericano John Kerry.
Ese adelanto de los temas más escabrosos permite que los comunicados oficiales resalten la sintonía pues, como dijo el embajador norteamericano ante la Santa Sede, Ken Hackett, «en este tipo de encuentros de alto nivel, se evita que nadie quede mal».
Alabanzas de Obama
Obama contribuyó a lograrlo declarando el día anterior al «Corriere della Sera» que venía a Roma «para escuchar» al Papa ya que «su pensamiento es valiosísimo para entender cómo podemos vencer el desafío de la pobreza extrema y reducir la desigualdad en la distribución de renta. Exigiéndonos en los temas de justicia social, nos alerta del peligro de acostumbrarnos a desigualdades extremas».
El presidente reconoció que «el Papa nos desafía. Nos suplica que nos acordemos de la gente, de las familias y de los pobres. Nos invita a reflexionar sobre la dignidad de la persona humana».
Regalos con mensaje
Aunque lo haga de modo cordial, el Vaticano sabe enviar mensajes. En julio del 2009, Benedicto XVI regaló al presidente americano una copia del documento sobre bioética «La Dignidad de la Persona», elaborada por la Congregación para la Doctrina de la Fe. Era un modo de marcar el desacuerdo con la administración Obama en materias de aborto y objeción de conciencia.
El primer trabajo del joven Barack Obama, ante de ir a la universidad, fue para la diócesis de Chicago, donde se encargó de actividades sociales para varias parroquias. Desde entonces ha mantenido admiración por la actividad caritativa de la Iglesia católica, pero los Papas –tanto Benedicto XVI como Francisco- le piden mucho más.
El próximo encuentro del presidente y el Papa será en Estados Unidos a finales de septiembre del 2015. El Vaticano sólo anuncia los viajes con seis meses de adelanto, pero el Papa Francisco ha recibido ya la invitación para pronunciar un discurso ante las dos cámaras del Congreso americano reunidas en sesión conjunta. Tiene, además, una invitación a visitar Naciones Unidas y, naturalmente, a participar en el Encuentro Mundial de las Familias que se celebrará en Filadelfia.
Desde anoche en Roma, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se ha mostrado “profundamente agradecido” al papa Francisco por su disposición a recibirlo. En una entrevista con el diario Corriere della Sera, Obama destaca la autoridad moral y la capacidad de influencia de Jorge Mario Bergoglio. “El Santo Padre ha inspirado a la gente de todo el mundo y también a mí con su esfuerzo por la justicia social y su mensaje de amor y compasión, especialmente por las personas que, entre nosotros, son las más pobres y vulnerables. Él no se limita a proclamar el Evangelio: él lo vive”. Al saludarse, a las 10.30, el papa Francisco ha dicho: “Bienvenido, señor presidente”. A lo que Obama ha respondido con una gran sonrisa: “Es maravilloso encontrarle”.
Alabanzas de Obama más detalladas
Pablo Ordaz, en El País, detalla más las palabras de alabanza de Obama al Pontífice.
Obama, que también se entrevistará con el presidente de la República, Giorgio Napolitano, y con el primer ministro, Matteo Renzi, elogia calurosamente al figura del papa argentino: “Nos hemos conmovido con su humildad y con sus actos de misericordia. Su testimonio, el simple hecho de ir siempre a buscar el contacto con los últimos, con aquellos que viven en las condiciones más difíciles, tiene también el valor de una llamada de atención: nos recuerda que cada uno de nosotros tiene la responsabilidad individual de vivir de un modo recto, virtuoso. Sabemos que, en vista de su gran autoridad moral, cuando el Papa habla, sus palabras tienen un peso enorme”.
Sobre la pobreza, Obama dice: “no es solo un problema económico: al fondo de todo es una cuestión ética. Yo creo que, al referirse a ello continuamente, el Papa nos pone ante los ojos el peligro de acostumbrarnos a la desigualdad. De acostumbrarnos a este tipo de desigualdad extrema hasta el punto de aceptarla como normal. Es un error que no debemos cometer”.
Obama advierte que, a pesar de que hay asuntos en los que discrepan, las palabras del Papa tienen que ser tenidas en cuenta: “Una de las cualidades que más admiro en el Santo Padre es su coraje de hablar sin pelos en la lengua de los desafíos económicos y sociales más grande con el que nos encontramos en estos tiempos".
"Esto no significa que estemos de acuerdo en todos los asuntos, pero estoy convencido de que la suya es una voz que el mundo debe escuchar. Él nos desafía. Él nos implora que nos acordemos de la gente, sobre todo de la gente más pobre, cuya vida está condicionada directamente de las decisiones que nosotros tomamos. Él nos invita a pararnos y a reflexionar sobre la dignidad que es innata en cada ser humano. Y, como ya hemos tenido modo de comprobar muchas veces, sus palabras cuentan. Con una sola frase, él puede focalizar la atención del planeta sobre una cuestión urgente. El Papa está en disposición de empujar a la gente del mundo a pararse y reflexionar. Y quizás a replantear ciertas viejas costumbres: comenzar a tratarse recíprocamente con mayor sentido de la compasión y de la dignidad”.
En este sentido, Obama asegura que explicará al Papa las iniciativas de su Gobierno para aumentar los puestos de trabajo y ayudar a las familias en unos tiempos especialmente duros. “La globalización ha contribuido en pocos decenios a sacar de la pobreza a cientos de millones de personas. Pero el Papa tiene razón cuando dice que estos progresos no han alcanzado a un gran número de seres humanos, que demasiada gente se ha quedado atrás. Y es por esto que he prometido que los Estados Unidos trabajarán con sus aliados en el mundo con el objetivo de erradicar la pobreza extrema en los próximos 20 años y estoy ansioso por escuchar el pensamiento del Papa sobre como podemos vencer este desafío”.
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