La realeza de Jesucristo: monseñor Juan Antonio Martínez Camino
Hoy, en la fiesta de Santa Teresa de Jesús, doctora de la Iglesia, monseñor Juan Antonio Martínez Camino, obispo auxiliar de Madrid, ha presidido la Santa Misa en el cenit de las IV Jornadas Martiriales de Barbastro.
En su homilía ha recordado “cuando a los 7 años convenció a su hermano Rodrigo para que se fugase con ella de casa y se fuera con ella a tierra de moros, buscando el martirio. La fracasada intentona da muestra de la religiosidad que marcó su infancia y también de su carácter enérgico y su fuerte voluntad”.
Santa Teresa niña en busca del martirio, Domingo Echevarría (1712).
El Libro de la Vida, donde ella narra ese suceso, servirá para la conversión de la filósofa Edith Stein, a la que hoy conocemos como santa Teresa Benedicta de la Cruz. Prosigue monseñor Martínez Camino: “Edith tiene acceso a leer la biografía de santa Teresa de Jesús en casa de unos amigos. Una vez que comienza la lectura, Edith no pudo soltar el libro, sino que pasó toda la noche leyendo hasta terminarlo. Intelectual y lógica como era, leía y analizaba cada página hasta que finalmente su raciocinio se sometió a la gracia haciéndole pronunciar aquellas palabras desde su corazón femenino: "-Ésta es la verdad".
Luego ha citado a Martin Steffens, nacido en 1977, es padre de tres hijos. Es profesor de Filosofía en la escuela secundaria Georges de la Tour de Metz. Buen conocedor de la obra de Nietszche, Simone Weil y Léon Bloy. Este año ganó el Prix 2016 de littérature religieuse que concede el Sindicato de librerías de Literatura religiosa (SLLR). La obra con la que ganó el premio fue su libro Rien que l’amour. Repères pour le martyre qui vient (Nada más que amor. Referencias para el martirio que viene).
En esta obra se presenta la tesis de que “lo que en realidad ofrece la Iglesia al mundo no es meramente “sentido” sino una sangre”. Don Juan Antonio glosó esta frase explicándonos que “el verdadero sentido que ofrece la Iglesia al mundo consiste precisamente en el poder divino de sacar vida de la muerte y amor del odio como se realiza en la Sangre del Hijo Eterno de Dios. La sangre de los mártires realiza en cada generación ese mismo poder divino en unión con la sangre de Cristo”.
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