Domingo, 22 de diciembre de 2024

Religión en Libertad

El obispo de Honolulu anuncia el comienzo de su proceso de beatificación

Tras «años salvajes» con el alcohol, Ira Dutton se entregó a Dios con el padre Damián y sus leprosos

Joseph Dutton con enfermos de lepra.
Joseph Dutton pasó 45 años al cuidado de los enfermos de Lepra en la colonia de Molokai (Hawái), continuando la labor de San Damián de Molokai.

J. M. Carrera / ReL

Ira Dutton nació en una familia protestante el 27 de abril de 1843 en Vermont. Durante su juventud, combatió en la Guerra Civil estadounidense, le abandonó su mujer y se hizo alcohólico hasta beber 15 barriles de whisky en 15 años.

Tras una “década degenerada”, abrazó la fe en su 40 cumpleaños buscando redimirse. Desde entonces, se dedicó a cuidar enfermos de lepra con el sacerdote y santo Damián de Molokai hasta su muerte. El obispo de Honolulu, donde Dutton falleció, ha anunciado que el 30 de junio comenzará su causa de beatificación.

Participó en la guerra y fue abandonado por su mujer

Ira se mudó con su familia a Wisconsin en 1847, donde comenzó a trabajar como librero con tan solo seis años. Fue educado por su madre en un entorno protestante la mayor parte de su infancia y con 12 años ingresó en la Milton Academy y el Milton College. A los 18, participó en la Guerra Civil estadounidense (1861-1865), ascendiendo a teniente y capitán.

Se casó en 1866, nada más terminar el conflicto, pero su matrimonio no prosperó. Sus compañeros le advirtieron de la reputación de infidelidad de su esposa, hasta que, adicta a las compras, le abandonó un año después, dejándole en la ruina.

Feroz e imprudente con el alcohol

Se refiere a aquellos meses como “una de esas cosas que he tratado de olvidar”. La esperó durante más de 10 años, pero su mujer no regresó hasta 1881, solicitando el divorcio legal.

Desesperado, comenzó sus “años salvajes y pecaminosos”, adentrándose profundamente en el alcoholismo: “El beber, principalmente whisky, fue feroz e imprudente hasta julio de 1876”, dijo.

De día era un empleado ejemplar, triunfando en todo tipo de empresas. Buscó y enterró a los caídos de guerra en el Cementerio Nacional, supervisó una destilería y colaboró como agente especial en el Departamento de Guerra. “Nunca lastimé a nadie más que a mí mismo”, cuenta Dutton, que admitió haber bebido 15 barriles de whisky en 15 años.

Abrazó la fe buscando la redención

Consciente de su estado, experimentó una convulsión interior que le llevó a dejar radicalmente el alcohol y buscar la redención por su vida pasada.

Comenzó a estudiar el catecismo, y el 27 de abril de 1883, con 40 años, fue recibido en la Iglesia católica. Añadió a su nombre el de su santo favorito, José. 

Desde entonces, abrazó la fe para llevar una vida de penitencia. Buscando redimirse, Joseph ingresó en el monasterio trapense de Getsemaní, en Kentucky. Allí permaneció más de un año y medio de estricta disciplina, ayuno y silencio hasta que discernió su vocación de ayudar a los demás al margen del sacerdocio. Abandonó el monasterio con la bendición del abad.

Un santo necesitaba su ayuda

En 1865, Hawái aprobó legalmente el traslado de los enfermos de lepra a lugares de confinamiento. Los enfermos serían enviados a la colonia de Kalaupapa, creada en 1866. Desde ese momento y hasta 1969, unos 8.000 enfermos de lepra fueron trasladados a la colonia.

En 1873, poco después del establecimiento de la colonia, el sacerdote belga Damián de Veuster desembarcó en Molokai con 33 años. Allí permaneció el resto de su vida, contrayendo la enfermedad diez años después. Falleció en 1889 y fue canonizado en 2010.

El padre Damián, enfermo, necesitaba a quien lo ayudase a terminar el asentamiento y continuar con la atención a los enfermos. Mientras, Dutton conoció su labor durante una conferencia con los redentoristas de St. Louis, en Nueva Orleans.

Joseph Dutton, con dos enfermos de lepra.

Joseph Dutton, con dos enfermos de lepra en el "Baldwin Home for Boys" de Molokai.

"Como un hermano" para San Damián

"El trabajo me atrajo maravillosamente. Después de sopesarlo por un tiempo, me convencí de que se adaptaría a mis deseos de trabajo, de una vida penitencial y de reclusión, así como de una completa separación de las escenas de todas las experiencias pasadas", dijo Ira. Poco después, donó sus ahorros de 10.000 dólares a la obra de Molokai.

Inspirado por su historia, regaló todos sus bienes y en 1886 embarcó rumbo a Kalawao y Molokai, poniéndose a disposición del padre Damián.

“La valentía de mi querido querido hermano Joseph parece responder muy bien a la especial llamada por la que Nuestro Señor lo ha elegido. Se interesa especialmente por todo lo que concierne a los altares y sacristías de nuestras iglesias. También actúa como nuestro boticario, y realmente es como un hermano para mí”, afirmó Damián, que pasó sus últimos días al cuidado de Joseph.

“Ahora puedo morir”, dijo el sacerdote. “El hermano Joseph se hará cargo de mis huérfanos”.

Película completa de la obra de San Damián, `Molokai. La isla maldita´.

Entregado al cuidado de los leprosos

A partir de entonces, Dutton se entregó sin medida a limpiar y curar las úlceras, infecciones y huesos necrosados de los enfermos, y pronto aprendió lo necesario de medicina y cirugía para tratarlos.

Gracias a una donación recibida en 1895, pudo fundar y dirigir el Baldwin Home for Boys durante los siguientes 35 años, destinado a los niños y huérfanos de la zona. También fue entrenador de béisbol. 

Durante los 45 años que Dutton pasó entregado al cuidado y atención de niños y leprosos, nunca contrajo la enfermedad. Vivió, como era su deseo, en la estricta pobreza, sin aceptar ningún pago y después de haber donado su pensión militar a los monjes de Getsemaní. “No dejaría a mis leprosos por todo el dinero que pudiese tener”, afirmó.

Murió el 26 de marzo de 1931, y fue enterrado junto a San Damián de Molokai en la iglesia de Santa Filomena, en Kalawao. “Ha sido un lugar feliz, una vida feliz”, dijo antes de su partida.

Capítulo dedicado a Joseph Dutton del programa `El camino a la santidad´

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