Sábado, 21 de diciembre de 2024

Religión en Libertad

Covid19: la fragilidad de la vida y del sistema


por Carmen Castiella

Opinión

China se resfría y la aldea global  se contagia en tiempo récord de sus virus y sus miedos. Estar en el selecto “club europeo” no es garantía de nada. El cisne negro Covid-19 ha puesto en jaque la sostenibilidad del sistema; viene a despertarnos del letargo en el que estábamos sumidos. Es imposible no reflexionar sobre la fragilidad de la vida humana y de las instituciones, el también frágil estado del bienestar, la confianza ciega en el progreso y la técnica. Nuestra civilización estaba herida y enferma de autosuficiencia mucho antes de que llegara el coronavirus.

No entro a analizar si las medidas adoptadas por Italia y Pedro Sánchez son las adecuadas porque ni ellos lo saben, ni a discutir sobre si se colapsará el sistema sanitario o si la OMS exagera con la declaración de la pandemia y esto pasará como pasaron en su día la gripe aviar y las vacas locas. No lo sabemos. Hay quien habla de masas rehenes de la dictadura democrática y de la ineptitud y desproporción de las medidas adoptadas. No lo sabemos.

El hombre actual, empachado de seguridades, no gestiona bien las incertidumbres. Desconocemos la duración y efectos que tendrá esta pandemia, las vidas humanas que se cobrará y lo letal que será para la economía, que antes de la llegada del coronavirus ya había entrado en un ciclo bajista. ¿Superará esta crisis macroeconómica a la recesión de 2008? Ni idea. Fragilidad e incertidumbre que desarman al autosuficiente hombre moderno, que todo lo espera de sí mismo, de la razón y la técnica, de las instituciones y de los “grandes del planeta”, incapaces de predecir y gestionar algo así. Que olvidó hace mucho tiempo que Dios nos hizo y somos suyos. Que en la vida y en la muerte somos del Señor. Somos criaturas y tenemos un Creador.

Si el cisne negro nos lleva a levantar la mirada al Cielo, no habrá sido tan negro como lo pintan. Más que criticar el comportamiento gregario de la masa y la histeria colectiva, pensemos e intercedamos por cada hermano nuestro, cada vecino, cada compañero a quien esta crisis pueda llevarle a mirar al Cielo. Las enfermedades no son castigos divinos sino oportunidades de conversión, desiertos que favorecen el encuentro. Altavoces con los que Dios intenta hablar a un mundo de sordos.

El salmo de hoy: “Dichoso el hombre que confía en el Señor”.

Comentarios
5€ Tu donativo es vital para mantener Religión en Libertad
10€ Gracias a tu donativo habrá personas que podrán conocer a Dios
50€ Con tu ayuda podremos llevar esperanza a las periferias digitales
Otra cantidad Tu donativo es vital para mantener Religión en Libertad
Tu donativo es vital para mantener Religión en Libertad
Si prefieres, contacta con nosotros en el 680 30 39 15 de lunes a viernes de 9:00h a 15:30h
Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter

¡No te pierdas las mejores historias de hoy!

Suscríbete GRATIS a nuestra newsletter diaria

REL te recomienda