La Iglesia que gobernará el nuevo Papa
Será una Iglesia con dos tercios de los fieles en el sur del mundo. Con más católicos en Manila que en Holanda. Con Occidente decreciendo en la fe. Y con Estados Unidos en el centro de la nueva geografía
por Sandro Magister
El nuevo Papa que los cardenales se aprestan a elegir guiará una Iglesia que en el último siglo ha experimentado el más impetuoso crecimiento numérico de su historia y a la vez una fortísima transformación en su dislocación geográfica. Con Estados Unidos en el foco del viraje decisivo.
Los católicos eran y siguen siendo un sexto de la población mundial. Eran y siguen siendo la mitad de los cristianos. Pero en cifras absolutas se han cuadruplicado. En 1910 eran 291 millones, en el 2010 son 1.100 millones de fieles.
Pero lo que más impresiona es la revolución geográfica. El Pew Forum on Religion & Public Life, de Washington, ha dado cuenta de esto en una reciente investigación:
Hace un siglo vivían en Europa y en Norteamérica el 70% de los católicos. Hoy viven apenas el 32%, menos de un tercio del total.
Más de dos tercios de los católicos viven entonces hoy América Latina, en África, en Asia y Oceanía.
En América latina crecieron en un siglo de 70 millones a 425 millones.
En Asia y Oceanía de 14 millones a 131 millones.
En África subsahariana el aumento es más sorprendente. Los católicos eran apenas 1 millón en 1910. Cien años después son 171 millones. En un siglo, han pasado de menos del 1% al 16% de la población.
También se ha revolucionado la clasificación de los países con el mayor número de católicos.
En 1910 estaban en el tope de la clasificación Francia e Italia, respectivamente con 40 y 35 millones de católicos. Seguía Brasil con 21 millones. En Alemania había más católicos que en México: 16 millones contra 14.
En 2010 han saltado a la cima Brasil con 126 millones de católicos, México con 96 millones, Filipinas con 75 millones. Y por primera vez se ha ubicado entre los primeros diez países uno africano: la República Democrática del Congo, con 31 millones de católicos.
Entre los países de Europa y de Norteamérica solamente Estados Unidos registró en el último siglo un aumento neto porcentual de católicos en el total de la población. Eran el 14% en 1910, hoy son el 24%. En cifras absolutas, con 75 millones de católicos, Estados Unidos está hoy a la par con Filipinas, en el tercer puesto de la clasificación general.
En varios países con larga tradición cristiana, incluidos los de alta clasificación, los católicos no coinciden más con la casi totalidad de la población, como acontecía hace un siglo. Por ejemplo, en 1910 los católicos eran en Brasil el 95% de la población, hoy son el 65%. Esta disminución se ha verificado sobre todo en las últimas décadas.
También en Estados Unidos, donde el tránsito de una religión a otra es muy frecuente, los católicos han sufrido en el último siglo una erosión: los que han abandonado la Iglesia resultan ser más numerosos que los que han ingresado en ella.
Pero en compensación, un gran número de inmigrantes en Estados Unidos, especialmente de América latina, han logrado aumentar la presencia general de los católicos. Los "latinos" son hoy casi un tercio de los católicos de Estados Unidos y la mitad de ellos tienen menos de 40 años.
Estados Unidos es en definitiva un centro focal de la nueva dislocación de los católicos en el mundo.
Los cardenales que mañana ingresarán al cónclave son conscientes de ello. En el nuevo siglo – si no ya desde ahora – un Papa "americano" no será más una sorpresa.
Puede dejar absorto que una expansión tan fuerte de la Iglesia católica haya acontecido en un siglo como el siglo XX, signado por persecuciones anticristianas e invadido por la marea secularizante.
Pero esta paradoja no es nueva. También en el siglo XIX la Iglesia Católica vivió un crecimiento formidable en las tierras de misión, mientras que en Europa era hostigada duramente por las revoluciones liberales y anticlericales.
Los católicos eran y siguen siendo un sexto de la población mundial. Eran y siguen siendo la mitad de los cristianos. Pero en cifras absolutas se han cuadruplicado. En 1910 eran 291 millones, en el 2010 son 1.100 millones de fieles.
Pero lo que más impresiona es la revolución geográfica. El Pew Forum on Religion & Public Life, de Washington, ha dado cuenta de esto en una reciente investigación:
Hace un siglo vivían en Europa y en Norteamérica el 70% de los católicos. Hoy viven apenas el 32%, menos de un tercio del total.
Más de dos tercios de los católicos viven entonces hoy América Latina, en África, en Asia y Oceanía.
En América latina crecieron en un siglo de 70 millones a 425 millones.
En Asia y Oceanía de 14 millones a 131 millones.
En África subsahariana el aumento es más sorprendente. Los católicos eran apenas 1 millón en 1910. Cien años después son 171 millones. En un siglo, han pasado de menos del 1% al 16% de la población.
También se ha revolucionado la clasificación de los países con el mayor número de católicos.
En 1910 estaban en el tope de la clasificación Francia e Italia, respectivamente con 40 y 35 millones de católicos. Seguía Brasil con 21 millones. En Alemania había más católicos que en México: 16 millones contra 14.
En 2010 han saltado a la cima Brasil con 126 millones de católicos, México con 96 millones, Filipinas con 75 millones. Y por primera vez se ha ubicado entre los primeros diez países uno africano: la República Democrática del Congo, con 31 millones de católicos.
Entre los países de Europa y de Norteamérica solamente Estados Unidos registró en el último siglo un aumento neto porcentual de católicos en el total de la población. Eran el 14% en 1910, hoy son el 24%. En cifras absolutas, con 75 millones de católicos, Estados Unidos está hoy a la par con Filipinas, en el tercer puesto de la clasificación general.
En varios países con larga tradición cristiana, incluidos los de alta clasificación, los católicos no coinciden más con la casi totalidad de la población, como acontecía hace un siglo. Por ejemplo, en 1910 los católicos eran en Brasil el 95% de la población, hoy son el 65%. Esta disminución se ha verificado sobre todo en las últimas décadas.
También en Estados Unidos, donde el tránsito de una religión a otra es muy frecuente, los católicos han sufrido en el último siglo una erosión: los que han abandonado la Iglesia resultan ser más numerosos que los que han ingresado en ella.
Pero en compensación, un gran número de inmigrantes en Estados Unidos, especialmente de América latina, han logrado aumentar la presencia general de los católicos. Los "latinos" son hoy casi un tercio de los católicos de Estados Unidos y la mitad de ellos tienen menos de 40 años.
Estados Unidos es en definitiva un centro focal de la nueva dislocación de los católicos en el mundo.
Los cardenales que mañana ingresarán al cónclave son conscientes de ello. En el nuevo siglo – si no ya desde ahora – un Papa "americano" no será más una sorpresa.
Puede dejar absorto que una expansión tan fuerte de la Iglesia católica haya acontecido en un siglo como el siglo XX, signado por persecuciones anticristianas e invadido por la marea secularizante.
Pero esta paradoja no es nueva. También en el siglo XIX la Iglesia Católica vivió un crecimiento formidable en las tierras de misión, mientras que en Europa era hostigada duramente por las revoluciones liberales y anticlericales.
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