Nació en Alemania en 2005 y se aplica ya en 8 países
Nightfever, el método mensual para evangelizar por la noche en los barrios de marcha
Una iglesia acogedora, velas, música, jóvenes que invitan a entrar en la noche... Todo para lograr que el viandante juerguista se detenga un momento y Dios le toque el corazón.
Nightfever es una iniciativa de oración y evangelización que nació en Alemania en octubre de 2005, tras la JMJ de Colonia, cuando todo volvía a la normalidad tras la avalancha de jóvenes, alegría y espiritualidad que había invadido Alemania. Dos jóvenes estudiantes de Bonn, lamentando que todo volviera a su rutina, comentaron: "Esto no puede ser el final. Este gran ambiente de la JMJ tiene que continuar en nuestra vida cotidiana".
Y fue entonces cuando Andreas Süss (hoy es capellán en Düsseldorf-Garath) y Katharina Fassler (de la Comunidad del Emmanuel, ahora casada y madre de dos hijos) planearon el Nightfever por primera vez en San Remigio de Bonn.
Nightfever (web aquí en varios idiomas) se basa en el método evangelizador "Noche de Alegría", de la Comunidad del Emmanuel, pero realmente no está a cargo de un grupo o comunidad, sino que lo desarrollan actualmente estudiantes de diversas facultades, profesionales y evangelizadores de distintas realidades.
De evento puntual... a mensual
Nació como un evento único, pero tuvo tanto éxito que se convirtió en un evento mensual en Alemania. Pronto comenzó a haber mucha demanda de esta iniciativa por parte de estudiantes de diferentes diócesis alemanas y hoy en día Nightfever se realiza cada mes en más de 30 ciudades en Alemania (Colonia, Aquisgrán, Berlín, Frankfurt, Dusseldorf,…).
Otros países han pedido a los alemanes que lleven Nigthfever a sus parroquias y ahora mismo están realizándose también en Austria, Suiza, Bélgica, Holanda, Dinamarca, Inglaterra y Canadá.
Velas y ambiente cálido
En las Vigilias de Nigthfever, la parroquia adquiere un ambiente muy cálido y acogedor, únicamente iluminada por las velitas que hay en los bancos y en las escaleras del presbiterio, frente al Santísimo, las mismas que le lleva la gente que se acerca. De fondo se escucha música que invita a la oración. Las personas, una vez dentro, se sienten con libertad para ofrecer una vela, acercarse al Santísimo a orar, llevarle una oración escrita y/o recoger una cita bíblica al azar de los pies del Santísimo.
Lo realizan jóvenes voluntarios, católicos convencidos de su fe y de que Dios ama a cada persona infinitamente, quiere la salvación para cada uno y darles una vida nueva.
Se dividen en varios grupos. Un grupo toca música en la capilla para ambientar la oración. Son cantos suaves y profundos, que te ayudan a abrir el corazón. En Alemania y otros países se usan sobre todo cantos de la Comunidad del Emmanuel, la comunidad carismática de origen francés más extendida en Europa.
Otro grupo está en la calle, invitando a la gente a entrar a la Iglesia. Ofrecen una velita a cada persona que pasa para que se la lleven al Santísimo y en ella lleven su intención (una alegría, un sufrimiento, un miedo, una preocupación…). Dentro del templo hay jóvenes que se ofrecen a acompañar al altar a las personas que entran, a responder a sus preguntas sobre la fe, a escuchar sus preocupaciones. Es posible acceder a los sacerdotes que están allí confesando o simplemente escuchando a quien quiera hablar con ellos.
En barrios de marcha, los viernes y sábados
Se invita a entrar a todo aquel que pasa por la calle, pero especialmente es una llamada a los jóvenes. Suele hacerse los viernes o sábados por la noche en barrios de “marcha” para ofrecer una alternativa a la fiesta desenfrenada.
El objetivo es que los jóvenes detengan sus vidas un momento, se pregunten sobre la fe al ver a otros jóvenes cristianos y que finalmente puedan dejar que el Señor les toque el corazón, porque en Nightfever insisten en que es Dios quien convence y convierte, no los evangelizadores.
Una española en Aquisgrán
Miriam Homedes, una joven católica castellonense, de 22 años, nos cuenta su experiencia en un Nightfever de Aquisgrán.
"Fui a Alemania para visitar a mi hermano mayor que vive allí con su mujer. Él fue el que me llevó a Nigthfever el pasado 3 de noviembre, en una iglesia frente a la catedral de Aquisgrán. En la puerta unos jóvenes sonrientes me dieron una velita y me invitaron a entrar. Dentro, estaba todo precioso. La iglesia a oscuras y al fondo, el Santísimo en el altar, solo iluminado por cientos de velitas que habían ido dejando a los pies del Señor. En cada banco también había una velita para iluminar el pasillo y no tropezar. La música de fondo, un chico y una chica cantando con una guitarra, me llenaba de paz y me llevaba a la oración profunda con el Señor, a pesar de no entender la letra porque eran cantos en alemán. Me acerqué al altar y le ofrecí mi vela junto con mi petición, y me arrodillé para adorarlo. Fue un momento muy emocionante y puedo decir que de verdad me tocó el corazón. Es el mejor recuerdo de mi viaje a Alemania".
En el barrio gay del Londres olímpico
Beatriz Herrea, valenciana de 22 años, nos relata cómo vivió un Nightfever en el Londres olímpico del pasado verano, en Saint Patrick, la gran parroquia evangelizadora del Soho.
"Nightfever fue el acontecimiento católico del verano en Londres, o por lo menos, así lo viví yo. Estuvo varias noches seguidas con motivo de los Juegos Olímpicos en la Parroquia de St Patrick, en el Soho ,una zona de vida nocturna y el barrio homosexual por excelencia de la ciudad. Es una ciudad caracterizada por la prisa (la gente va corriendo a todos lados, sin tiempo para nada) y en la que el catolicismo es minoría. Frente a todo esto, la parroquia ofrecía algo muy sencillo "encender una vela al Santísimo", o lo que es lo mismo: "detenerse". Sorprendentemente mucha gente respondía a la invitación. Creo que la sociedad está muy sedienta de Dios. Desde el interior se observaban ríos de gente entrando en la iglesia, a adorar, a rezar, a hacer una petición especial; cada uno entraría por algo diferente, pero el Señor se valía de todos esos motivos para atraerlos a Él. Cuando retiraron al Santísimo, la Iglesia continuaba llena de gente adorando, sin prisa".
La clave: salir a la calle a invitar
En tiempos de Nueva Evangelización, Nightfever está en la línea de actos para "invitar a entrar" en el templo, y en la presencia de Dios. Encaja con iniciativas similares que realizan grupos como “Kerygma”, “Anuncio”, “Adoremus” o “Centinelas de la mañana”. Este tipo de inciativas solo necesita una diócesis que quiera acogerlas y un grupo de jóvenes que se comprometan a llevarla a cabo, refuerza la fe de la parroquia y saca el evangelio a la calle.