«Moriré, pero no entraréis en nuestra iglesia»: últimas palabras de un joven cristiano paquistaní
En marzo de 2015, Akash Bashir. un joven cristiano de la parroquia de San José de Youhanabad (Pakistán) y antiguo alumno de la escuela profesional salesiana de este barrio de mayoría cristiana, advirtió la carga de explosivos que el asaltante escondía debajo de su cazadora y le frenó cerca de la puerta; sus razonamientos fueron vanos y, segundos después de abrazarlo para hacer de escudo con su cuerpo, el kamikaze hizo estallar el artefacto. Akash perdió la vida, pero salvó la de otras muchas personas.
“Moriré, pero no vas a entrar en nuestra iglesia”. Estas fueron las últimas palabras de Akash Bashir. El joven de 20 años era un guardia de seguridad voluntario que vigilaba la puerta de la iglesia de San Juan, en el distrito de Youhanabad de Lahore, cuando un hombre sospechoso quiso entrar en el templo, tal y como recoge Ayuda a la Iglesia Necesitada.
Habían llegado noticias de un atentado con bomba en una iglesia cercana y Akash y otros compañeros que vigilaban la entrada estaban en alerta. Con la determinación de evitar cualquier ataque durante la celebración de la Eucaristía, Akash se lanzó contra el sospechoso.
El testimonio de sus padres
Un año y medio después Bashir, el padre de Akash, cuenta su historia: “Mi hijo conocía el sacrificio que estaba haciendo. Él dio su vida para salvar a cientos –incluso miles- de personas que estaban en la Misa aquella mañana”.
Mientras tanto, Nazbano, la madre de Akash afirma con una mirada llena de tristeza: “Akash era especial. Tengo tres hijos y una hija más, pero nadie puede reemplazarle. La mañana que murió, le había dicho que no hiciera él la guardia, pero dijo que era su deber. ¿Cómo podría haberlo detenido?”
Desde aquel terrible día de marzo de 2015, los vecinos del distrito de Youhanabad han perdido la confianza en la convivencia pacífica. El párroco de la Iglesia de San Juan, padre Francis Gulzar, habla sobre los inconvenientes de la búsqueda de los asesinos: “Lo que nos sostiene en nuestra búsqueda de justicia es el recuerdo del heroísmo de Akash”.
Si quiere ayudar a los cristianos perseguidos lo puede hacer AQUÍ a través de Ayuda a la Iglesia Necesitada
“Moriré, pero no vas a entrar en nuestra iglesia”. Estas fueron las últimas palabras de Akash Bashir. El joven de 20 años era un guardia de seguridad voluntario que vigilaba la puerta de la iglesia de San Juan, en el distrito de Youhanabad de Lahore, cuando un hombre sospechoso quiso entrar en el templo, tal y como recoge Ayuda a la Iglesia Necesitada.
Habían llegado noticias de un atentado con bomba en una iglesia cercana y Akash y otros compañeros que vigilaban la entrada estaban en alerta. Con la determinación de evitar cualquier ataque durante la celebración de la Eucaristía, Akash se lanzó contra el sospechoso.
El testimonio de sus padres
Un año y medio después Bashir, el padre de Akash, cuenta su historia: “Mi hijo conocía el sacrificio que estaba haciendo. Él dio su vida para salvar a cientos –incluso miles- de personas que estaban en la Misa aquella mañana”.
Mientras tanto, Nazbano, la madre de Akash afirma con una mirada llena de tristeza: “Akash era especial. Tengo tres hijos y una hija más, pero nadie puede reemplazarle. La mañana que murió, le había dicho que no hiciera él la guardia, pero dijo que era su deber. ¿Cómo podría haberlo detenido?”
Desde aquel terrible día de marzo de 2015, los vecinos del distrito de Youhanabad han perdido la confianza en la convivencia pacífica. El párroco de la Iglesia de San Juan, padre Francis Gulzar, habla sobre los inconvenientes de la búsqueda de los asesinos: “Lo que nos sostiene en nuestra búsqueda de justicia es el recuerdo del heroísmo de Akash”.
Si quiere ayudar a los cristianos perseguidos lo puede hacer AQUÍ a través de Ayuda a la Iglesia Necesitada
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