Los lefebvristas no priorizan su regularización y rezan para que el Papa proclame íntegramente la fe
El camino para la normalización canónica de la Fraternidad Sacerdotal de San Pío X (FSSPX) aún tiene trecho por delante. "La Fraternidad San Pío X, en el actual estado de grave necesidad que le concede el derecho y el deber de proporcionar los auxilios espirituales a las almas que recurren a ella, no busca ante todo un reconocimiento canónico, al que tiene derecho por ser una obra católica", afirma la congregación en un comunicado del 29 de junio, tras una reunión mantenida los tres días precedentes por todos sus superiores.
De hecho, la cuestión canónica no se abordó durante el encuentro "en un clima cordial" que mantuvo Francisco el 1 de abril con el superior de la Hermandad, el obispo suizo Bernard Fellay, porque los contactos debían seguir "sin precipitación". Y en la entrevista que el Papa concedió el 16 de mayo a La Croix, afirmó que "avanzamos lentamente, con paciencia": "Ellos aman la Iglesia. Monseñor Fellay es un hombre con quien uno puede dialogar... Son católicos en camino hacia la plena comunión".
En ese sentido, recientemente se produjo un cambio muy notable en la actitud de la Iglesia alemana ante las ordenaciones sacerdotales del 2 de julio en el seminario que la FSSPX tiene en Zeitzkofen. Frente al rechazo frontal de otras épocas, el obispo de Ratisbona (Regensburg), Rudolf Voderholzer, señaló que estas ordenaciones "no representan ningún peligro en el momento actual" y que, aunque no son lícitas desde el punto de vista canónico, se toleran y aceptan sin sanción como una concesión de la Santa Sede sin contrapartida con vistas a una aproximación futura.
El nuevo comunicado de la Hermandad de San Pío X lamenta "la gran y dolorosa confusión que reina actualmente en la Iglesia" por la propagación en su seno de errores "promovidos, lamentablemente, por un gran número de pastores, incluso por el mismo Papa".
Afirma igualmente que "la 'restauración de todas las cosas en Cristo', que quería San Pío X siguiendo a San Pablo (Ef 1, 10), no podrá lograrse sin el apoyo de un Papa que favorezca concretamente el retorno a la Santa Tradición", por lo que "la Fraternidad San Pío X reza y hace penitencia para que el Papa tenga la fuerza de proclamar íntegramente la fe y la moral, pues de ese modo acelerará el triunfo del Corazón Inmaculado de María que deseamos, ahora que nos aproximamos al centenario de las apariciones de Fátima".
De hecho, la cuestión canónica no se abordó durante el encuentro "en un clima cordial" que mantuvo Francisco el 1 de abril con el superior de la Hermandad, el obispo suizo Bernard Fellay, porque los contactos debían seguir "sin precipitación". Y en la entrevista que el Papa concedió el 16 de mayo a La Croix, afirmó que "avanzamos lentamente, con paciencia": "Ellos aman la Iglesia. Monseñor Fellay es un hombre con quien uno puede dialogar... Son católicos en camino hacia la plena comunión".
En ese sentido, recientemente se produjo un cambio muy notable en la actitud de la Iglesia alemana ante las ordenaciones sacerdotales del 2 de julio en el seminario que la FSSPX tiene en Zeitzkofen. Frente al rechazo frontal de otras épocas, el obispo de Ratisbona (Regensburg), Rudolf Voderholzer, señaló que estas ordenaciones "no representan ningún peligro en el momento actual" y que, aunque no son lícitas desde el punto de vista canónico, se toleran y aceptan sin sanción como una concesión de la Santa Sede sin contrapartida con vistas a una aproximación futura.
El nuevo comunicado de la Hermandad de San Pío X lamenta "la gran y dolorosa confusión que reina actualmente en la Iglesia" por la propagación en su seno de errores "promovidos, lamentablemente, por un gran número de pastores, incluso por el mismo Papa".
Afirma igualmente que "la 'restauración de todas las cosas en Cristo', que quería San Pío X siguiendo a San Pablo (Ef 1, 10), no podrá lograrse sin el apoyo de un Papa que favorezca concretamente el retorno a la Santa Tradición", por lo que "la Fraternidad San Pío X reza y hace penitencia para que el Papa tenga la fuerza de proclamar íntegramente la fe y la moral, pues de ese modo acelerará el triunfo del Corazón Inmaculado de María que deseamos, ahora que nos aproximamos al centenario de las apariciones de Fátima".
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