Los catalanes de lengua castellana van a misa semanal el doble que los de lengua catalana
Quizá no era así en los años setenta del siglo pasado, o en otras épocas, pero un sondeo del Centro de Estudios de Opinión de la Generalitat de Cataluña, a partir de 1.600 entrevistas realizadas en 2016 (léalo aquí), establece que un 14% de los catalanes que tienen el castellano como primera lengua van a misa "cada semana o más" mientras que entre los que tienen el catalán como primera lengua, no llegan al 7% los que van a misa semanal.
Así, en las parroquias, los domingos en misa, hay el doble de feligreses de origen castellanohablante que de origen catalanohablante. Hay dos feligreses practicantes de lengua castellana por cada uno de lengua catalana.
Si consideramos "practicantes" los que van "al menos alguna vez al mes", sumándolos a los que van cada semana, tenemos un 15% de practicantes entre los catalanohablantes y un 23% entre los castellanohablantes.
La diferencia disminuye cuando se incluyen los que van "alguna vez al año" (que serían los que acuden en Semana Santa o Navidad y en alguna fiesta patronal).
Procesión de la Inmaculada Concepción, entre el Ayuntamiento y la Generalitat
Los que nunca van a la iglesia
En cualquier caso, casi 7 de cada 10 catalanohablantes habituales (68%) no van nunca a servicios religiosos, y entre los castellanohablantes se trata de casi un 64%.
Si se mide a partir de los mil entrevistados que se declaran católicos, un 12% va a misa semanal, otro 12% va a misa alguna vez al mes y un 19% va alguna vez al año. Un 57% de los catalanes que se declaran católicos no va nunca.
Los que no van pero querrían ir más
Curiosamente, un 15% del total de la población catalana (que es una cifra superior a la de católicos de misa semanal) declara que "desearía poder acudir con más frecuencia a un centro de culto".
La mitad (51%) de los que expresan este deseo dicen que no pueden por falta de tiempo; otro 20% dice que es por motivos familiares o personales, un 10% dice que el templo está lejos de su casa y un 9% alega problemas de salud.
No hay muchos hostiles y sí cierto interés en lo religioso
Aunque hay casi un 64% de catalanes que no va a ningún servicio religioso nunca, la asociación E-Cristians, en un análisis de los datos, encuentra varios elementos positivos desde el punto de vista católico.
1. Un 15% de catalanes, como hemos visto, querría ir más a servicios religiosos.
2. Un 64% dice que educó a sus hijos en la fe o que los está educando. Un 48% (casi la mitad de la población) dice que si tuviera hijos ahora, los educaría en la fe.
3. Para un 78% es importante conocer las religiones; de hecho, un 23% dice que es "muy importante"
4. El 70% de los encuestados dice que es bueno que haya educación religiosa en la escuela (no necesariamente confesional)
5. El 55,6% está a favor de la actual clase de religión (es decir, casi 20 puntos más que los que alguna vez se pasan por algún servicio religioso)
6. La mitad de los catalanes se autoconsidera "con creencias religiosas"
7. Lo de ir a la iglesia "alguna vez al mes" o "alguna vez al año" es bastante común entre los mayores de 65 años (un 28% de ellos lo hacen), en cambio los jóvenes entre 16 y 24 años solo declaran estas opciones en un 12%. Lo peculiar es que estos jóvenes, con un 13% de asistencia a misa dominical, superan a todas las otras edades (excepto los jubilados), que oscilan entre un 8 y 11% de misa dominical. Los jóvenes son más serios y asiduos que sus padres en eso.
Hay que salir de los cuarteles de invierno e invitar
E-Cristians, a la luz de los datos, anima a los católicos a "salir de los cuarteles de invierno" y evangelizar, porque la asociación calcula que entre un 20 y un 60% de los que apenas van a misa podrían "reengancharse" a la vida de la Iglesia, y de los que nunca van, hay entre un 16 y un 46% de personas abiertas a las cosas de fe.
E-Cristianas también señala que aunque solo hay un 16% de catalanes a favor de prohibir los actos religiosos en la vía pública y solo hay un 38% en contra de la clase de religión, da la sensación de que estos grupos minoritarios laicistas radicales tengan todo el poder en Cataluña y marquen la tónica dominante en las instituciones y el debate público. Los laicistas radicales son una minoría, pero están política y mediáticamente sobrerrepresentados.
Hay que recordar que las entrevistas se realizaron en 2016, antes de los atentados de las Ramblas y de las votaciones parlamentarias sobre el procés independentista.
Así, en las parroquias, los domingos en misa, hay el doble de feligreses de origen castellanohablante que de origen catalanohablante. Hay dos feligreses practicantes de lengua castellana por cada uno de lengua catalana.
Si consideramos "practicantes" los que van "al menos alguna vez al mes", sumándolos a los que van cada semana, tenemos un 15% de practicantes entre los catalanohablantes y un 23% entre los castellanohablantes.
La diferencia disminuye cuando se incluyen los que van "alguna vez al año" (que serían los que acuden en Semana Santa o Navidad y en alguna fiesta patronal).
Procesión de la Inmaculada Concepción, entre el Ayuntamiento y la Generalitat
Los que nunca van a la iglesia
En cualquier caso, casi 7 de cada 10 catalanohablantes habituales (68%) no van nunca a servicios religiosos, y entre los castellanohablantes se trata de casi un 64%.
Si se mide a partir de los mil entrevistados que se declaran católicos, un 12% va a misa semanal, otro 12% va a misa alguna vez al mes y un 19% va alguna vez al año. Un 57% de los catalanes que se declaran católicos no va nunca.
Los que no van pero querrían ir más
Curiosamente, un 15% del total de la población catalana (que es una cifra superior a la de católicos de misa semanal) declara que "desearía poder acudir con más frecuencia a un centro de culto".
La mitad (51%) de los que expresan este deseo dicen que no pueden por falta de tiempo; otro 20% dice que es por motivos familiares o personales, un 10% dice que el templo está lejos de su casa y un 9% alega problemas de salud.
No hay muchos hostiles y sí cierto interés en lo religioso
Aunque hay casi un 64% de catalanes que no va a ningún servicio religioso nunca, la asociación E-Cristians, en un análisis de los datos, encuentra varios elementos positivos desde el punto de vista católico.
1. Un 15% de catalanes, como hemos visto, querría ir más a servicios religiosos.
2. Un 64% dice que educó a sus hijos en la fe o que los está educando. Un 48% (casi la mitad de la población) dice que si tuviera hijos ahora, los educaría en la fe.
3. Para un 78% es importante conocer las religiones; de hecho, un 23% dice que es "muy importante"
4. El 70% de los encuestados dice que es bueno que haya educación religiosa en la escuela (no necesariamente confesional)
5. El 55,6% está a favor de la actual clase de religión (es decir, casi 20 puntos más que los que alguna vez se pasan por algún servicio religioso)
6. La mitad de los catalanes se autoconsidera "con creencias religiosas"
7. Lo de ir a la iglesia "alguna vez al mes" o "alguna vez al año" es bastante común entre los mayores de 65 años (un 28% de ellos lo hacen), en cambio los jóvenes entre 16 y 24 años solo declaran estas opciones en un 12%. Lo peculiar es que estos jóvenes, con un 13% de asistencia a misa dominical, superan a todas las otras edades (excepto los jubilados), que oscilan entre un 8 y 11% de misa dominical. Los jóvenes son más serios y asiduos que sus padres en eso.
Hay que salir de los cuarteles de invierno e invitar
E-Cristians, a la luz de los datos, anima a los católicos a "salir de los cuarteles de invierno" y evangelizar, porque la asociación calcula que entre un 20 y un 60% de los que apenas van a misa podrían "reengancharse" a la vida de la Iglesia, y de los que nunca van, hay entre un 16 y un 46% de personas abiertas a las cosas de fe.
E-Cristianas también señala que aunque solo hay un 16% de catalanes a favor de prohibir los actos religiosos en la vía pública y solo hay un 38% en contra de la clase de religión, da la sensación de que estos grupos minoritarios laicistas radicales tengan todo el poder en Cataluña y marquen la tónica dominante en las instituciones y el debate público. Los laicistas radicales son una minoría, pero están política y mediáticamente sobrerrepresentados.
Hay que recordar que las entrevistas se realizaron en 2016, antes de los atentados de las Ramblas y de las votaciones parlamentarias sobre el procés independentista.
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