Ideas del misiólogo Kin Sheung Yan en su libro «Al otro lado de la Gran Muralla»
6 ideas para evangelizar China: mientras tanto, se reúne la gran asamblea de la Iglesia patriótica
Cada seis años, en China se celebra la "Conferencia Nacional de Representantes Católicos de China", organizada por la Asociación Patriótica Católica y los funcionarios oficiales de la Administración Estatal de Asuntos Religiosos, siempre bajo el control del Partido Comunista Chino.
"La Iglesia católica china se reunirá entre los días 27 y 29 de diciembre, lo que se cree que ayudará a adaptar e integrar el catolicismo en la sociedad y cultura chinas", afirmó una portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Hua Chunying, en una rueda de prensa este lunes.
En la reunión de 2010 el Vaticano protestó porque se obligara a asistir a obispos de la Iglesia clandestina y otros clérigos católicos que no quieren formar parte del control gubernamental. Un total de 365 delegados católicos llegan de las diferentes regiones del país a Pekín para el encuentro que planea líneas de acción de la Iglesia oficial para los próximos años.
La portavoz Hua Chunying en la rueda de prensa aseguró que el gobierno quiere "mejorar" sus lazos con la jerarquía católica. "China está dispuesta a trabajar junto con el Vaticano para realizar nuevos progresos en llevar a cabo diálogos constructivos y en mejorar las relaciones bilaterales", señaló Hua.
En estos días, se ha publicado en España el libro Al otro lado de la Gran Muralla (Ciudad Nueva), de Kin Sheung Chiaretto Yan, doctor en Misiología por la Universidad Gregoriana de Roma, que escribe desde Shanghái. En este libro, propone a la Iglesia evitar el conflicto político y jurisdiccional y anima a centrarse en la evangelización, para lo que sugiere 6 ideas prácticas.
1 - Priorizar la evangelización y el crecimiento
"En este momento la principal preocupación de la Iglesia Católica debería ser el crecimiento del catolicismo en China, debería tener visión de futuro. Hoy en día hay cierto grado de tolerancia religiosa y un ambiente de relativa libertad en las parroquias. Hay muchas iglesias y lugares de culto abiertos y la Iglesia puede participar en muchas actividades pastorales. En lugar de complicarse la vida con enfrentamientos, la Iglesia debería centrar su labor en extender la evangelización", escribe Kin Sheung.
2 - Aprovechar las peregrinaciones y el turismo
"Los turistas chinos están por todas partes. ¿No podría la Iglesia diseñar itinerarios y proveer de guías turísticos especialmente capacitados para darles información de carácter espiritual?", sugiere el autor.
Incluso en China se puede operar en esta línea. "Se podrían programar peregrinaciones interesantes en China con el fin de promover el entendimiento mutuo. Hay muchos monumentos históricos que nos recuerdan el encuentro positivo entre la Iglesia y China. Hay posibles rutas, como seguir las huellas de Matteo Ricci en China [famoso misionero italiano y científico jesuita del siglo XVI], o visitar monumentos y santuarios en ciudades como Pekín y Shangái, que nos recuerdan la importante aportación de la Iglesia al intercambio cultural con China".
3- Intercambio entre estudiosos
En 2010, al cumplirse el cuarto centenario de la muerte del misionero Matteo Ricci, se celebraron varias conferencias internacionales sobre la relación entre China y la Iglesia, con resultados, dice Kin Sheung, "muy positivos", porque "los estudiosos pueden expresarse en un clima de entendimiento y confianza". Este tipo de encuentros, que pueden incluir a laicos y clérigos, "han ayudado muy a menudo a disipar malentendidos y resolver controversias".
Kin Sheung recuerda que históricamente ha habido casos exitosos acerca del papel de los académicos y estudiosos en la evangelización. Por ejemplo, el cristianismo llegó a Corea (donde hoy el 10% de la población ya es cristiana) de manos de estudiosos coreanos que lo investigaron en China y lo llevaron a su país. Y la misma China recibió el budismo de manos que estudiosos chinos que acudieron a la India a explorar esta religión y luego la implantaron en su patria.
Además, en los últimos 20 años gran número de intelectuales chinos han estudiado en Occidente todo tipo de materias, y les ha atraído el cristianismo, convirtiéndose, a menudo, en "cristianos culturales" que hacen de puente con China. Aquí, las universidades cristianas podrían jugar un papel importante.
4- Taiwán y los chinos de la diáspora
China aplica la fórmula "un país, dos sistemas" con Hong Kong (antigua colonia británica, con un 8% de católicos, medio millón de personas) y con Macao (antigua colonia portuguesa, mucho más pequeña, 30.000 católicos sobre una población de 600.000). Son espacios con más libertad y tradición cristiana. También en Taiwán los cristianos tienen libertad para evangelizar y cuentan con comunidades vivas (300.000 católicos en un país de 22 millones). Juan Pablo II pidió a los obispos de Taiwán -donde hay 8 diócesis- ejercer de puente para evangelizar China.
Hay además muchos católicos de ascendencia china por todo el Sureste Asiático (en Singapur, Indonesia, Malasia, el Pacífico...), "un recurso aún por aprovechar y pueden ayudar mucho". En esta misma línea, es valioso que el clero chino pueda estudiar en Roma o países occidentales para entender lo que significa la Iglesia universal.
5 - Contar con los laicos de movimientos eclesiales
Los nuevos movimientos eclesiales católicos, afirma Kin Sheung, aún son una novedad poco extendida en China, pero al basarse sobre todo en el trabajo evangelizador de laicos podrían tener un gran impacto. Como laicos pueden viajar por el país con más libertad y transmitir su fe y realizar distintos apostolados sin pasar por demasiados controles oficiales. Respecto a la división entre la Iglesia patriótica y clandestina "pueden acercarse a los católicos de ambas partes y su presencia puede ayudar efectivamente a curar heridas históricas".
6 - Que el Vaticano se centre en buscar puntos en común con China
"China y el Vaticano podrían adoptar una perspectiva a largo plazo: buscar puntos en común sin dejar de resolver los desacuerdos y trabajar juntos para lograr un desarrollo duradero, firme y constante de su relación", escribe Kin Sheung. Se inspira en una declaración conjunta de 2011 de Obama y el presidente chino Hu Jintao que animaba a aumentar el diálogo, minimizar los malentendidos, profundizar en los puntos compartidos, coordinarse en cuestiones comunes, etc...
Kin Sheung finaliza su libro citando ideas del Papa Francisco que comparte. "¿Por qué no explorar juntos caminos menos transitados? ¡Dejemos espacio a las sorpresas de Dios!"
Para conocer mejor la Iglesia en China, léase: Al Otro lado de la Gran Muralla (aquí en Ciudad Nueva)
Lea también: Al otro lado de la Gran Muralla, retos del cristianismo en China (aquí)