El obispo de Maiduguri pide que tropas occidentales acudan a Nigeria a combatir a Boko Haram
Oliver Dashe Doeme, de 54 años, obispo de Maiduguri, en el noreste de Nigeria, ha pedido a los países occidentales que envíen tropas para combatir al grupo terrositas islámico Boko Haram, que ha causado ya miles de víctimas entre los cristianos del país. Su diócesis se encuentra en el epicentro de la acción criminal de dicho grupo.
En una entrevista concedida a Ayuda a la Iglesia Necesitada que recoge Catholic Herald, monseñor Doeme lamenta que las fuerzas armadas nigerianas estén debilitadas por la incompetencia, la corrupción y la infiltración de Boko Haram. Las ve desbordadas ante el hecho de que los yihadistas están reclutando también en Níger, Chad, Camerún y Libia. "Occidente debería traer fuerzas de tierra para frenar y derrotar a Boko Haram. Es necesaria una campaña militar concertada para derrotarles", dijo el obispo recordando la intervención de Francia en Mali a principios de 2013.
El reciente ataque a la ciudad de Baga, donde algunas fuentes hablan de dos mil asesinatos, demuestra la ineptitud de los militares nigerianos, según el prelado, que pidió que fuesen cesados los mandos incapaces de hacer frente al grupo terrorista.
Además, "el gobierno nigeriano sabe quién está financiando Boko Haram".
Confianza en la Santísima Virgen
En los últimos cinco años, la diócesis de Maiduguri se ha visto diezmada, con cincuenta iglesias y capillas destruidas y unas doscientas abandonadas. Casi 70.000 de los 125.000 fieles han abandonado sus hogares y aproximadamente mil han sido asesinados por Boko Haram: "Les apuntan con una pistola o un cuchillo y les dicen que les matarán si no se convierten. Varios han sido asesinados por rechazar convertirse [al islam]".
Ayuda a la Iglesia Necesitada ha donado 45.000 euros a la diócesis para atender a los desplazados, y 37.000 euros para estipendio de los sacerdotes diocesanos, muchos de ellos refugiados en la vecina diócesis de Yola.
"La amenaza a la que hacemos frente presenta un futuro muy oscuro para la Iglesia. Muchos de nuestros miembros están dispersos y otros han sido masacrados. En algunas áreas ya no hay cristianos", cuenta el obispo: "Pero la Iglesia pertenece a Cristo. La Iglesia permanecerá fuerte y muchas de nuestras gentes han vuelto a su tierra cuando ha sido reconquistada por los soldados nigerianos".
"Lo más importante", concluye monseñor Doeme, "es rezar por nuestro pueblo. Sé que hay gente rezando por nosotros y estoy muy agradecido. Pido a la gente que rece el Avemaría, porque María, nuestra madre, ha estado ayudando a nuestra causa. Tenemos mucha devoción a la Santísima Virgen".
En una entrevista concedida a Ayuda a la Iglesia Necesitada que recoge Catholic Herald, monseñor Doeme lamenta que las fuerzas armadas nigerianas estén debilitadas por la incompetencia, la corrupción y la infiltración de Boko Haram. Las ve desbordadas ante el hecho de que los yihadistas están reclutando también en Níger, Chad, Camerún y Libia. "Occidente debería traer fuerzas de tierra para frenar y derrotar a Boko Haram. Es necesaria una campaña militar concertada para derrotarles", dijo el obispo recordando la intervención de Francia en Mali a principios de 2013.
El reciente ataque a la ciudad de Baga, donde algunas fuentes hablan de dos mil asesinatos, demuestra la ineptitud de los militares nigerianos, según el prelado, que pidió que fuesen cesados los mandos incapaces de hacer frente al grupo terrorista.
Además, "el gobierno nigeriano sabe quién está financiando Boko Haram".
Confianza en la Santísima Virgen
En los últimos cinco años, la diócesis de Maiduguri se ha visto diezmada, con cincuenta iglesias y capillas destruidas y unas doscientas abandonadas. Casi 70.000 de los 125.000 fieles han abandonado sus hogares y aproximadamente mil han sido asesinados por Boko Haram: "Les apuntan con una pistola o un cuchillo y les dicen que les matarán si no se convierten. Varios han sido asesinados por rechazar convertirse [al islam]".
Ayuda a la Iglesia Necesitada ha donado 45.000 euros a la diócesis para atender a los desplazados, y 37.000 euros para estipendio de los sacerdotes diocesanos, muchos de ellos refugiados en la vecina diócesis de Yola.
"La amenaza a la que hacemos frente presenta un futuro muy oscuro para la Iglesia. Muchos de nuestros miembros están dispersos y otros han sido masacrados. En algunas áreas ya no hay cristianos", cuenta el obispo: "Pero la Iglesia pertenece a Cristo. La Iglesia permanecerá fuerte y muchas de nuestras gentes han vuelto a su tierra cuando ha sido reconquistada por los soldados nigerianos".
"Lo más importante", concluye monseñor Doeme, "es rezar por nuestro pueblo. Sé que hay gente rezando por nosotros y estoy muy agradecido. Pido a la gente que rece el Avemaría, porque María, nuestra madre, ha estado ayudando a nuestra causa. Tenemos mucha devoción a la Santísima Virgen".
Comentarios