Décimas al beato Florentino Asensio
El padre Juan Manuel Rossi, monje del Pueyo (Barbastro) del Instituto del Verbo Encarnado, me hizo llegar estas hermosas décimas de un hermano suyo: Francisco Javier del Corazón de Jesús Rossi. Se lo agradezco infinito. Lo que más me gusta es el interés y el amor hacia los mártires. Como dice monseñor Juan Antonio Martínez Camino de los monjes del Pueyo: "siendo argentinos tienen más devoción a los mártires españoles que nosotros".
A punto de empezar el mes de Mayo, el mes de María, les pedimos oraciones desde ese Santuario mariano y martirial de “Nuestra Señora del Pueyo”, como custodios de una “casa” que es un “gran relicario”.
Tus padres te cantan loores
porque hubiste reflejado,
aquel espíritu alado
que bien sabe de valores,
desde tus tiempos menores,
sin pánico al desatino,
ofrendaste tu destino
al Verbo crucificado
y, en su Corazón sagrado,
te ocultaste, Florentino.
Tu tierra te canta loores,
por ser semilla fecunda
de aquella patria que abunda
en mártires y pastores:
al Señor de los señores
serviste muy de buen grado,
como final anunciado
por el designio papal,
en la sede episcopal
vistieronte de morado.
Barbastro te canta loores,
por ser ubérrimo germen
de los hombres que no temen
los retos de sus labores,
llegaste con pocas flores
y, aunque fueron pocos meses,
sirvieron hasta con creces
para confirmar verdad:
tu fama de santidad,
distinguida tantas veces.
Tus hijos te cantan loores,
por tu ejemplo de firmeza,
guiándolos con destreza,
tratándolos como a pares,
recorriendo los lugares
en tiempos de gran matanza,
ibas llevando esperanza
al rebaño encomendado,
brindándoles, a tu lado,
un espacio de bonanza.
España te canta loores,
por ser terrible varón
que, sentado en su sillón,
enfrentaba opositores
combatiendo sus errores
que a la patria amenazaban
“fuera Cristo” le gritaban
pero, sin callar su voz,
aplastó martillo y hoz
mientras su muerte planeaban
El mundo te canta loores,
más por fuerza que humildad,
pues pensaba en su maldad
que ganaba con dolores
sufrimientos y terrores.
También estaba consigo
el demonio, el enemigo,
gloriándose de su suerte
sin pensar que, con la muerte,
nacía un nuevo testigo.
La Iglesia te canta loores,
al cielo eleva su incienso,
porque fuiste el comienzo
de grandes batalladores,
por ventura vencedores
a los ojos del Cordero.
Siendo pastor verdadero,
era justo y necesario,
que a tu grey hasta el Calvario
la guiases tú primero.
Los santos te cantan loores,
en honor a tu pureza,
configurada en la Mesa
del pan y vino de amores.
Entre gritos y clamores,
los sátrapas te llevaron,
te golpearon, te vejaron;
todo sufriste en silencio
y, en el colmo del desprecio,
ni tus miembros respetaron.
Los coros te cantan loores,
con sus célicos semblantes,
y, en su locura de amantes,
entre cítaras y ardores,
elevaron las mejores,
concebidas sinfonías,
y, al tiempo que tú partías,
siendo mirífico santo,
con tu dulcísono canto
el Rosario repetías.
Mi pluma te canta loores,
sin quererlo arroja fuegos,
que, transformándose en ruegos,
te piden que por mí implores,
pues son tantos los temores,
que acosan cada momento,
con tristezas y lamento.
Por eso mi alma te grita:
¡Viva tu sangre bendita
que ya goza el cielo argento!
A punto de empezar el mes de Mayo, el mes de María, les pedimos oraciones desde ese Santuario mariano y martirial de “Nuestra Señora del Pueyo”, como custodios de una “casa” que es un “gran relicario”.
DÉCIMAS AL BEATO FLORENTINO ASENSIO,
OBISPO Y MÁRTIR DE BARBASTRO
OBISPO Y MÁRTIR DE BARBASTRO
Tus padres te cantan loores
porque hubiste reflejado,
aquel espíritu alado
que bien sabe de valores,
desde tus tiempos menores,
sin pánico al desatino,
ofrendaste tu destino
al Verbo crucificado
y, en su Corazón sagrado,
te ocultaste, Florentino.
Tu tierra te canta loores,
por ser semilla fecunda
de aquella patria que abunda
en mártires y pastores:
al Señor de los señores
serviste muy de buen grado,
como final anunciado
por el designio papal,
en la sede episcopal
vistieronte de morado.
Barbastro te canta loores,
por ser ubérrimo germen
de los hombres que no temen
los retos de sus labores,
llegaste con pocas flores
y, aunque fueron pocos meses,
sirvieron hasta con creces
para confirmar verdad:
tu fama de santidad,
distinguida tantas veces.
Tus hijos te cantan loores,
por tu ejemplo de firmeza,
guiándolos con destreza,
tratándolos como a pares,
recorriendo los lugares
en tiempos de gran matanza,
ibas llevando esperanza
al rebaño encomendado,
brindándoles, a tu lado,
un espacio de bonanza.
España te canta loores,
por ser terrible varón
que, sentado en su sillón,
enfrentaba opositores
combatiendo sus errores
que a la patria amenazaban
“fuera Cristo” le gritaban
pero, sin callar su voz,
aplastó martillo y hoz
mientras su muerte planeaban
El mundo te canta loores,
más por fuerza que humildad,
pues pensaba en su maldad
que ganaba con dolores
sufrimientos y terrores.
También estaba consigo
el demonio, el enemigo,
gloriándose de su suerte
sin pensar que, con la muerte,
nacía un nuevo testigo.
La Iglesia te canta loores,
al cielo eleva su incienso,
porque fuiste el comienzo
de grandes batalladores,
por ventura vencedores
a los ojos del Cordero.
Siendo pastor verdadero,
era justo y necesario,
que a tu grey hasta el Calvario
la guiases tú primero.
Los santos te cantan loores,
en honor a tu pureza,
configurada en la Mesa
del pan y vino de amores.
Entre gritos y clamores,
los sátrapas te llevaron,
te golpearon, te vejaron;
todo sufriste en silencio
y, en el colmo del desprecio,
ni tus miembros respetaron.
Los coros te cantan loores,
con sus célicos semblantes,
y, en su locura de amantes,
entre cítaras y ardores,
elevaron las mejores,
concebidas sinfonías,
y, al tiempo que tú partías,
siendo mirífico santo,
con tu dulcísono canto
el Rosario repetías.
Mi pluma te canta loores,
sin quererlo arroja fuegos,
que, transformándose en ruegos,
te piden que por mí implores,
pues son tantos los temores,
que acosan cada momento,
con tristezas y lamento.
Por eso mi alma te grita:
¡Viva tu sangre bendita
que ya goza el cielo argento!
El Seminario Mayor y Menor Diocesano de Valladolid, el 6 de noviembre de 2013, inauguró un altar donde está expuesta permanentemente la reliquia del Obispo de Barbastro, beato Florentino Asensio Barroso, quien fuera seminarista y confesor de dicho Seminario. El cuadro es obra de un copista del Museo del Prado que se llama Guillermo Montero.
Podéis ver este video grabado por Iglesia en Valladolid. La foto nos la manda el director espiritual de dichos Seminarios, don Juan José Calvo. Que Dios os envíe muchas y santas vocaciones.
Podéis ver este video grabado por Iglesia en Valladolid. La foto nos la manda el director espiritual de dichos Seminarios, don Juan José Calvo. Que Dios os envíe muchas y santas vocaciones.
Comentarios