De lo que un genio como Mozart era capaz de hacer en sólo once meses
por En cuerpo y alma
Ese genio de la historia de la Humanidad por nombre Wolfgang Amadeus Mozart, aunque algún día se demostrará que no era humano, murió el 5 de diciembre de 1791, cuando todavía no había cumplido ni treinta y seis años de edad.
La abundancia de su obra para ese entonces es tal, que desde aquel Minueto K1 para teclado en sol mayor que compusiera con apenas cinco años de edad, deja escritos al morir 626 trabajos de toda magnitud -una cifra que la mayoría de los compositores necesitarían cuatro y cinco largas vidas para realizar-, según el llamado catálogo Köchel, confeccionado por Ludwig von Köchel en 1862. Un catálogo que es el generalmente utilizado, el cual enumera las obras musicales salidas de la mano fecunda y milagrosa del fénix salzburguense y designa cada obra de Mozart con una “K” de Köchel seguida de una cifra que, en principio (porque existen atribuciones erróneas, omisiones y desplazamientos temporales) designa el orden que su elaboración tiene en el repertorio del extraterrestre nacido en Salzsburgo.
Para dar cuenta de la feracidad de la obra del monstruo, me he fijado en un solo año, ni siquiera, en once meses, los últimos de su breve vida, tres de los cuales, por cierto, enfermo ya de la indeterminada dolencia (Mozart creía haber sido envenenado) que le llevará a la tumba: ¡no quiero ni pensar de lo que estaríamos hablando si Mozart llega a vivir los 88 años que vivió Verdi (pinche aquí para conocer un poco mejor la figura del excelso compositor italiano) o los 98 con los que la Providencia obsequió a nuestro Joaquín Rodrigo! Aunque para decir toda la verdad, no es la longevidad una cualidad que adorne a los grandes compositores de la historia, siendo raro el que ha superado los 60 (Schubert muere con 30, Bizet con 37, Mendelsson con 38, Chopin con 39).
Pues bien, en esos once meses Wolfgang escribe nada menos que el maravilloso motete Ave Verum K 618; el Concierto K 595 para piano n.º 27 en si bemol mayor (escuche arriba el Allegro del III movimiento); dos óperas, “La flauta mágica” K 620, de connotaciones masónicas, la cuarta opera más representada en los últimos años, y “La Clemencia de Tito” K 621 que estrenará en Praga para la coronación del Emperador Leopoldo II; el increíble Concierto K. 622 para clarinete, que conocen Vds. por su II movimiento que constituye la banda sonora de Memorias de Africa (disfrútelo abajo), obra de referencia para cualquier clarinetista que se precie. Y por supuesto, el Requiem K 626, del que no les digo nada porque ya se lo conté todo hace unos días (pinche aquí si le interesa conocer su apasionante historia).
Ya está bien, ¿no les parece? Pues bien, me he limitado a citarles lo más granado de la obra del ilustre compositor en estos once meses finales de su vida, porque a ello todavía habría que añadir los siguientes trabajos, en general todos aquéllos que tienen la nomenclatura K seguida de una cifra superior al 594 (hasta el 626, treinta y dos obras).
K 594. Adagio y allegro en fa menor, K. 594, pequeña pieza compuesta para órgano mecánico
K 599 Seis minuetos para carnaval.
K. 600 Seis danzas alemanas.
K. 601 Cuatro minuetos.
K. 602 Cuatro danzas alemanas.
K. 603 Dos contradanzas.
K. 604 Dos minuetos.
K. 605 Tres danzas alemanas.
K. 606 Seis danzas ländlerische.
K. 607 Contradanza “Il trionfo delle donne”.
K. 608 Fantasía para órgano mecánico en fa menor.
K. 609 Cinco contradanzas .
K. 610 Contradanza.
K. 611 Danza alemana.
K. 612 Aria “Per questa bella mano”.
K. 613. Ocho variaciones para “Ein Weib ist das herrlichste Find”.
K. 614 Quinteto para cuerdas en sol.
K. 615 Coro “viviamo felice” para la ópera de Sarti “Le gelosie villani”. Perdido
K. 616 Andante en fa mayor.
K. 616 a. Fantasía para armónica de cristal, flauta, oboe viola y violonchelo.
K. 617 Quinteto, dedicado a una virtuosa de la armónica de cristal (la famosa orquesta de vasos), Mariana Kirchgassner, ciega.
K. 619. Una pequeña cantata alemana. Die ihr die unermesslichen Weltalls Schöpfer ehrt. Para la inauguración de un templo masónico.
K. 623 Kleine Freimaurer-Kantate (Pequeña cantata masónica) titulada Laut verkünde unsre Freude, para solistas, coro masculino y orquesta.
K 624 Kleinere Stücke für das Pianoforte, No.18.
K 625 Dueto “Nun, liebes Weibchen”, inconcluso.
Y aún tuvo tiempo D. Wolfgang Amadeus para viajar; para dirigir algunas de sus propias composiciones como notablemente las dos óperas y la Cantata masónica; para bromear con sus amigos -era, de acuerdo con lo que tan bien describe la película “Amadeus” muy bromista-; para enfermar durante tres meses… y hasta para morir. ¿Se pueden hacer más cosas en once meses?
Y bien, queridos amigos, esto es todo por hoy. Escuchen a Mozart. Y hagan Vds. mucho bien y no reciban menos. Les sigo esperando en esta columna.
©L.A.
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