De la Sinagoga Española de Venecia
por En cuerpo y alma
Entre las muchas obras maravillosas llevadas a cabo por la mano de los judíos expulsados de España en 1492, llama la atención la conocida como Sinagoga Española de Venecia.
Fundada en la segunda mitad del s. XVI por aquéllos de los judíos españoles que hallaron refugio en la Serenísima República de Venecia, es la más bella de las sinagogas venecianas de il Ghetto, nombre del barrio veneneciano al que desde 1516 se confina a la comunidad judía de Venecia, el cual debe su nombre a las fundiciones existentes en él (“ghetto” significa “fundición” en el dialecto véneto), y termina dando nombre a los barrios judíos de todo el mundo, con una connotación algo peyorativa, y sobre todo, indicativa de su separación del resto del burgo, y por extensión, a todo barrio separado de una comunidad extranjera, generalmente pobre y peligroso. Un barrio, este famoso Ghetto, caracterizado por ser el único de Venecia en el que las construcciones superan las famosas tres alturas de las casas venecianas, alcanzando hasta seis y más, precisamente por verse obligados a así hacerlo los judíos para dotarse de nuevas viviendas, al no poder exceder los límites del barrio que les había sido asignado.
Se levanta la bella sinagoga en el Campillo de las sinagogas (Campiello delle Scuole) junto con otras cuatro, la Tedesca (alemana), la Canton, la Levantina y la Italiana, y fue financiada por los judíos españoles que, al parecer, formaban entre los judíos de Venecia una clase especialmente potente desde el punto de vista financiero, lo que contradice las estrictas restricciones que la Historia atribuye a las condiciones en las que hubieron de abandonar España y habla, en todo caso, de la gran preparación y habilidades de las que gozaban los judíos españoles.
Tras pasar todo un siglo hasta que fue terminada, probablemente sobre el proyecto del arquitecto Baldassare Longhena, autor también de la Sinagoga Levantina, la sinagoga presenta una gran fachada blanca con un gran portón de madera, en la que sobresalen las cinco ventanillas que simbolizan los cinco libros de la Torá o Pentateuco (Génesis, Exodo, Levítico, Números y Deuteronomio). La arquitectura interior rememoraba inicialmente las formas moriscas tan propias de la España originaria de quienes la levantaron, una demostración más de la nostalgia de Sefarad que siempre ha caracterizado al judaísmo sefardí, si bien las sucesivas reformas terminarán otorgándole un aspecto barroco.
La sinagoga conserva la típica disposición veneciana, con un aròn o armario sagrado, y la tevà o púlpito. A finales del s. XIX se incorpora un importante órgano. Y como en toda sinagoga que se precie, una barandilla para separar la zona reservada a las mujeres, y una balaustra semicircular de madera apoyada sobre columnas de mármol para delimitar el Arca de la Alianza. Y en el lado derecho de la sala, una lápida que recuerda cómo durante el asedio austríaco del 1848, una bomba estalló sobre la sinagoga sin hacer mayor daño: “passò con violenza, ma con giudizio” (“pasó con violencia, pero con gran juicio”).
Frecuentada inicialmente por la comunidad judeo-española, hoy es lugar de encuentro de los pocos centenares de judíos que permanecen en la ciudad, tanto sefardíes como asquenazíes.
Y sin más por hoy sino desearles como siempre que hagan mucho bien y no reciban menos, me despido de Vds. hasta mañana.
©L.A.
Si desea suscribirse a esta columna y recibirla en su correo cada día, o bien ponerse en contacto con su autor, puede hacerlo en encuerpoyalma@movistar.es. En Twitter @LuisAntequeraB
Otros artículos del autor relacionados con el tema
(haga click en el título si desea leerlos)
De la “minya” judía, el quórum necesario para realizar oraciones comunitarias
De una de las juderías más bonitas de la Península: la de Castelo de Vide
De judíos sefardíes y judíos asquenazíes
De ese Sanedrín que juzgará a Jesús esta noche al amanecer
Del Segundo Templo de Jerusalén, quemado un día como hoy hace ya 1943 años
Del rabino Alfonso de Zamora, traductor de la Biblia Políglota
Comentarios