La Gestapo le detuvo por sus contactos con polacos; en 2011 fue beatificado
Alojs Andritzki, el sacerdote que hizo en Dachau el voto de no quejarse nunca ni olvidar quién era
En el acta de la beatificación de Alojs Andritzki, del 5 de junio de 2011, se dice que fue una persona “sin miedo a anunciar el Reino de Dios, que es un reino de verdad y de vida, de santidad y de gracia, de justicia, de amor y de paz”.
Alojs Andritzki fue uno de los 2.720 sacerdotes y religiosos internados por el régimen nazi en los barracones contiguos 26, 28 y 30 del campo de concentración de Dachau; aunque pertenecían a diversas confesiones, más del 90% eran clérigos católicos. Entre ellos, la gran mayoría provenían de Polonia: 1.780, de los cuales fallecieron 868, mientras que el número de sacerdotes alemanes y austríacos ascendía a 447, de los cuales murieron 94.
Pero Alojs Andritzki es también uno de los 200 encarcelados en Dachau que han sido recogidos en el Martirologio del siglo XX; Alojs Andritzki se encuentra asimismo entre los 56 de esllos (no solo clérigos, sino también laicos) que hasta ahora han sido beatificados.
A Dachau, donde encontraría la muerte, le llevó un calvario que comenzó el 12 de enero de 1941 en la casa parroquial de Pirna. Allí, Andritzki –un joven sacerdote de 26 años– se encontraba con un grupo de la juventud parroquial de Dresde, cuando hacia las seis de la tarde irrumpió la Gestapo, que tomó prisionero al joven vicario de la catedral de Dresde.
Alojs Andritzki había nacido en Radibor, una pequeña ciudad de Sajonia, situada a unos 10 kilómetros al norte de Bautzen y a unos 60 kilómetros al este de Dresde, el 2 de julio de 1914. La población de Radibor consta casi exclusivamente de sorabos, una minoría eslava dentro de Alemania que actualmente cuenta con unas 67.000 personas, de las cuales dos tercios viven en Alta Lusacia, en Sajonia, y son predominantemente católicos. El sorabo –la lengua materna de Alojs Andritzki– es un idioma eslavo occidental, estrechamente relacionado con el checo y el polaco, y oficial en la diócesis de Dresde-Meissen. Los padres de Alojs, Magdalena y Johann Andritzki, ejercían de maestros en Radibor. Alojs tuvo dos hermanas y tres hermanos, de los cuales dos también fueron ordenados sacerdotes.
Una muestra de la buena forma física de Alojs. Fuente: Andritzki.de
Alojs no sólo era deportista, sino que también tenía hambre de aprender. Estudió en el cercano instituto de Bautzen hasta 1934, donde fue miembro de la asociación soraba Włada. Ya entonces sabe que quiere ser sacerdote. Ingresa en el seminario de Paderborn, donde estudia teología y filosofía. Pasa a ser alumno del seminario de la diócesis de Meissen en Schmochtitz, cerca de Bautzen, donde estuvo un año hasta ser ordenado sacerdote por el obispo Petrus Legge, en la catedral de Bautzen, el 30 de julio de 1939. Su primer encargo pastoral, que sería también el último, le llevó como vicario a la Iglesia de la Corte de Dresde, actualmente catedral de la diócesis de Dresde-Meissen.
Según relatará más tarde su hermana menor, Martha Hantusch, Alojs mantenía contacto con Polonia, adonde se dirigía durante las vacaciones: “Oía confesiones de polacos y celebraba la Misa en polaco. Esa fue una de las razones de su arresto, pues Alois tenía mucho contacto con polacos. En Dachau buscó el contacto con sacerdotes polacos”.
La 'Stolperstein' de Alojs Andritzki [Piedras de la memoria; literalmente, 'piedras de tropiezo': un proyecto del artista Gunter Demnig para recordar a víctimas del nazismo], situada delante de la catedral de Dresde. Indica su muerte en el campo de Dachau. Foto: Julian Nyca / Wikipedia.
En el breve periodo en el que pudo ejercer su ministerio, Alojs había advertido de que los nazis también querían exterminar a los cristianos tras la “victoria final”. Y que los nazis sólo practicaban su culto a la madre para tener suficientes hijos a los que –en cuanto tuvieran edad suficiente– pudieran enviar al frente como soldados. Al parecer, estas declaraciones, al amparo de una ley “de ataques insidiosos” (“Heimtückegesetz”) fueron suficientes para arrestarle y trasladarle al campo de concentración de Dachau en octubre de 1941, donde figura con el número de prisionero 27.829.
Durante el transporte conoce al sacerdote benedictino Maurus Münch de Tréveris. Andritzki será encarcelado con él en el bloque de sacerdotes del campo de concentración de Dachau hasta su muerte. Alí prometen no quejarse nunca, no pisotear su honor y no olvidar ni por un momento su vocación sacerdotal. Junto con otros sacerdotes, forman un grupo de estudio en el que leen las Sagradas Escrituras tres tardes por semana. Se conservan unas 40 cartas de Alojs Andritzki, que escribió desde su encarcelamiento en Dresde y desde el campo de concentración de Dachau.
El hambre y el tifus hicieron estragos en Dachau, especialmente en 1942 y 1943. Después de la Navidad de 1942, Alojs, de 28 años, también cayó enfermo. Pero no se presenta en la enfermería hasta el 19 de enero de 1943. El 3 de febrero de 1943, Alojs Andritzki es asesinado mediante una inyección letal. Su cuerpo es incinerado y sus cenizas enviadas a Dresde en una urna. Los padres son informados de que ha sucumbido a la enfermedad. El 15 de abril de 1943, la urna es enterrada en Dresde, en el antiguo cementerio católico de Friedrichstrasse.
En 1984 se colocó un relieve de cobre repujado por Werner Juza como placa conmemorativa en la casa natal de Alois Andritzki en Radibor. Tanto en esta ciudad como en Bautzen lleva su nombre una calle. En 1999, es incluido en el Martirologio alemán del siglo XX.
Ya antes, el 2 de julio de 1998, se había incoado su proceso de beatificación. Tras su conclusión, Alojs Andritzki es beatificado el 13 de junio de 2011 en la catedral de Dresde. Es no sólo el primer sorabo beatificado, sino también el primero de Sajonia. Anteriormente, el 5 de febrero de este mismo año, su urna –junto las de otros dos sacerdotes mártires, Bernhard Wensch y Aloys Scholze– fue trasladada en procesión solemne desde el antiguo cementerio católico a la catedral de Dresde, donde hoy se encuentra en el “altar de los mártires”, en la nave izquierda. Asimismo, en junio de 2011 se colocó, delante de la catedral, una “piedra de tropiezo” conmemorativa de Alois Andritzki.