Sábado, 21 de diciembre de 2024

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Cuando Erasmo de Rotterdam decía que España no le gustaba

Cuando Erasmo de Rotterdam decía que España no le gustaba
Erasmo de Rotterdam por Hans Holbein el Joven

por En cuerpo y alma

 

            Es un episodio muy conocido, que los muchos enemigos de España, tantos de ellos españoles, utilizan para ilustrar la “oscuridad”, la “ranciedumbre” de aquella España del s. XVI que, según imaginan en sus más contumaces pesadillas, tanto asustaba a las mentes más preclaras de la época, entre las cuales ni más ni menos que la del gran Erasmo de Rotterdam.

             Por desgracia para ellos, -aunque poco les importa y la siguen utilizando para sus pérfidos propósitos-, conocemos bien la historia de la frase, demasiado bien de hecho... y no son lo que ellos quieren que sean.

             Todo empieza con la invitación que le gira el Cardenal Cisneros al gran autor humanista en 1517, para venir a España y trabajar en la Universidad de Alcalá de Henares, la cual ha fundado sólo dieciocho años antes. No es, naturalmente, en la carta de rechazo, donde el flamenco expresa su opinión sobre nuestro país, sino en una nueva misiva en la que hace saber a su amigo, el gran Tomás Moro, que España no le gusta, “Hispania non placet”, según le dice textualmente en latín.

             Ahora bien, la afirmación no viene sola, sino que forma parte de una frase más larga que dice así:

             “España no me gusta. Alemania, con sus estufas y sus caminos infectados de bandidos, no me dice nada tampoco. Aquí, en Lovaina, demasiados ladridos y ninguna recompensa: aunque tuviera el mayor deseo de ello, no podría mantenerme aquí demasiado tiempo. En cuanto a Inglaterra, me asustan sus motines y me horroriza la servidumbre”.

             Lo que, de acuerdo con el famoso adagio según el cual “lo que de Pedro dice Pablo más dice de Pablo que de Pedro”, más que hablar de la calidad de España como residencia para un intelectual, más bien nos habla de la calidad del intelectual en cuestión, al que convierte en un verdadero “culo de mal asiento”, prepotente y caprichoso.

             Por si ello fuera poco, resulta que la razón por la que España no le gusta a Erasmo es... ¡la abundancia de judíos en nuestro país! En una nueva misiva, la que dirige ahora a Wolfgang Köpfel, más conocido por su nombre latinizado, Fabricius Capito, importante activista protestante que al principio, sin embargo, había intentado mediar con Lutero para que no rompiera con la Iglesia, éstas son sus palabras:

             “Los judíos abundan en Italia, en España apenas hay cristianos. Tengo miedo de que la ocasión presente haga que vuelva a levantar su cabeza esa hidra que ya ha sido sofocada”.

             Lo cual tiene dos lecturas bien reveladoras. En primer lugar, de acuerdo con el mismo adagio ya citado según el cual “lo que de Pedro dice Pablo, más dice de Pablo que de Pedro”, deja en peor lugar a Erasmo que a España. Aunque, en segundo lugar, a un historiador le aporta valiosísima información. Y les explicaré por qué: si bien existe gran unanimidad en que para cuando en 1492 en España se produce la expulsión de los judíos habitan el país unos 300.000 hebreos, menos unanimidad existe sobre el número de los que, efectivamente, lo abandonan, barajándose cifras que van desde los 20.000 hasta los 200.000, bien demostrativas de la confusión que reina sobre el tema. Pues bien, la afirmación de Erasmo arroja no poca luz al respecto. La impresión que el flamenco tiene sobre España en 1517, -¡¡¡veinticinco años después de producida la expulsión!!!- es que en España todavía hay “¡demasiados judíos!”, buena prueba de que la expulsión no era concebida en su época tan grave como algunos la quieren ver hoy.

             No es todo. Porque después de conocer la frase en su integridad, y la razón de quien la pronuncia para hacerlo, todavía podemos completarla con otra bien reveladora, pues cuando un discípulo le informa desde Toledo de la gran aceptación que su obra tiene en España, el bueno de Erasmo le responde compungido:

             “¿Por qué no me habré dirigido a España, en vez de haber marchado a Alemania?”.

             Así que ya ve Vd., amigo lector, cómo se escribe la Historia. Y como una frase que deja a España en el mejor lugar, es malintencionadamente utilizada para seguir alimentando su Leyenda Negra.

             Que haga Vd. mucho bien y que no reciba menos.

 

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