Los curas (y obispos) que hacen gala de las más extravagantes vestimentas litúrgicas del mundo

No cabe duda que el mal gusto ha invadido también no pocas sacristías de las iglesias de todo el orbe.

01 julio 2010 00:00

Vestimenta litúrgica de un obispo anglicano

No cabe duda que el mal gusto ha invadido también no pocas sacristías de las iglesias de todo el orbe.

El blog Bad Vestments («Malas vestimentas») es la prueba de ello. Presenta el material gráfico de las no sólo las más atrevidas y «vanguardistas» del ámbito eclesial sino también las más feas del mundo.

Hay algunas diseñadas con cuadrados a colores, como la del obispo anglicano que luce orgulloso su casulla y mitra (foto de la derecha).

Sin embargo, hay otras que rompen con el rigidismo de las formas geométricas y se aventuran por un diseño inspirado en algunos artistas de reconocida fama mundial. Ese es el caso de este «Picasso» que podría ser exhibida en cualquier museo de arte moderno o surrealista.

Efectivamente, el bloguero apunta en el post de esta imagen que parece ser que «el Museo de Arte Moderno de Nueva York a contratado a un capellán».

En algunas celebraciones litúrgicas, especialmente las «importantes» como la solemnidad de Pentecostés o una fiesta de un santo, se puede apreciar el arte de algunos abstractos diseños hasta colores poco habituales.

Votación: difícil elección

En el blog también se ha lanzado una votación de los atuendos más feos de la temporada 2009-2010 que está a punto de terminar.

Será difícil determinarlo porque la competencia es grande entre todas las vestimentas seleccionadas.

¿Banal?

Quien piense que el asunto es banal…tiene toda la razón. Al menos en ello lo han convertido algunos «reformadores litúrgicos». Sin embargo, el tema sí que tiene importancia pues refleja no solo las personalidades y gustos «sui generis» de algunos clérigos sino también el concepto del culto litúrgico cristiano, de Jesucristo y la Iglesia de sus innovadores promotores y que, por supuesto, terminarán influyendo en la grey.

El arte sagrado y el Vaticano II
«Los ordinarios, al promover y favorecer un arte auténticamente sacro, busquen más una noble belleza que la mera suntuosidad. Esto se ha de aplicar también a las vestiduras y ornamentación sagrada.

Procuren cuidadosamente los Obispos que sean excluidas de los templos y demás lugares sagrados aquellas obras artísticas que repugnen a la fe, a las costumbres y a la piedad cristiana y ofendan el sentido auténticamente religioso, ya sea por la depravación de las formas, ya sea por la insuficiencia, la mediocridad o la falsedad del arte» (Sacrosanctum Concilium, 124).