CAMPAÑA CONTRA EL OBISPO DE SAN SEBASTIÁN
Los superiores de Arregui lamentan que éste haya roto la privacidad del diálogo con Munilla
Los franciscanos de la provincia de Aránzazu dicen lamentar que «unilateralmente se haya roto la privacidad y confidencialidad de un proceso de conversaciones no acabadas».
Los franciscanos de la provincia de Aránzazu han expresado su malestar contra el teólogo contestatario José Arregui por haber publicado una carta en la que acusa al obispo de San Sebastián, monseñor José Ignacio Munilla, de haber pedido a su provincial y vicario provincial que lo retiren de la diócesis donostiarra y lo envíen a América para trabajar con los pobres.
Lamentamos que «unilateralmente se haya roto la privacidad y confidencialidad de un proceso de conversaciones no acabadas» debe llevarse a cabo dentro de los «ámbitos internos de la orden y de la Iglesia», señaló el Consejo de la Provincia Franciscana de Aránzazu a través de un comunicado hecho público este domingo.
La comunicación de la orden franciscana tiene lugar después de que el Obispado donostiarra declarara este viernes que es «absolutamente falso» que monseñor Munilla haya pedido a los superiores de Arregui que lo envién a América como asegura el teólogo franciscano en una misiva que hizo pública la semana pasada en Internet y que recibió el respaldo y difusión de algunos medios de comunicación eclesiales progresistas.
El comunicado diocesano afirma que la carta de Arregi contiene «graves falsedades» y «numerosas deformidades de la realidad» y considera que «la comunicación entre un obispo y un sacerdote tiene lugar en el fuero interno de la Iglesia».
Compromiso para resolver el conflicto
Los franciscanos señalan que, con frecuencia, «una expresión sacada de su contexto se distorsiona en su significado y adquiere muchas veces proporciones distintas a las reales» como «lamentablemente» -aseguran- ha ocurrido también en este caso.
Finalmente señalan que harán «todo lo posible para que el conflicto se resuelva del mejor modo, dentro de los cauces normales de una institución, con el mayor respeto a la persona y a la misma institución».
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