DOS AÑOS DESPUÉS DE SER BAUTIZADO
Magdi Cristiano Allam advierte: «Europa es cada vez más islámicamente correcta»
En la Vigilia Pascual de 2008, Benedicto XVI bautizó al entonces vicedirector del Corriere della Sera, Magdi Allam, converso del islam. Dos años después, tras adoptar el nombre de Magdi Cristiano Allam y de dar el salto a la política, este italiano de origen egipcio denuncia que «la pérdida de la fe y de su identidad, acabará convirtiendo a Europa en una tierra de conquista».
La revista Misión dedica el tema de portada de su último número a analizar los peligros de la Ley de Libertad Religiosa. Así, entre otros contenidos, Misión ofrece una entrevista en exclusiva con el periodista y político Magdi Cristiano Allam, en la que reconoce estar «extremadamente preocupado por la situación general de Europa, cada vez más descristianizada, relativista, laicista e islámicamente correcta».
Allam asegura que «hay una crisis objetiva de espiritualidad, que se traduce en una presencia cada vez menor de fieles en las iglesias y en una falta de vocaciones religiosas, al mismo tiempo que hay una creciente actitud de hostilidad hacia el cristianismo que ha llevado, por ejemplo, a que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos haya pedido en Italia quitar los crucifijos de las aulas. Todo esto, bajo el silencio general de una Europa que, al mismo tiempo, condena el resultado de un referéndum popular en Suiza contra la presencia de minaretes».
Por eso, éste converso del islam al catolicismo, –a quien el Gobierno italiano ha tenido que poner un escolta permanente por las amenazas de grupos islamistas–, afirma en Misión que «esta realidad de Europa, que se avergüenza de sus propias raíces judeocristianas, que niega su identidad y que defiende el islam como religión –y sus mezquitas y minaretes–, es una Europa cada vez más sometida. La pérdida de la fe, de los valores, de su identidad, la acabará convirtiendo en una tierra de conquista a la que hay que someter». Ante lo cual, añade, «los cristianos tenemos que estar comprometidos en la política para proponer el bien común, para que en el centro del modelo de desarrollo económico y social se ponga la dignidad de la persona. La política es parte integrante de un testimonio cristiano, porque la propia política se funda sobre valores y persigue el bien común».
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