Jueves, 28 de marzo de 2024

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Fray Savonarola: ¿hereje o santo?

por Vida en abundancia

 PRESENTACION

Recientemente se ha introducido en el Tribunal Eclesiástico de Florencia, Italia, la causa que ayudará a discernir si el polémico fraile dominico Girolamo Savonarola fue santo o no. La revisión de este difícil caso se produce 517 años después de su muerte en la hoguera y tras la correspondiente sentencia de la justicia civil de Florencia, una vez excomulgado por el Papa Alejandro VI, el Papa Borgia (14921503).

Un análisis histórico de los hechos pone de manifiesto que Savonarola, debido a tener un temperamento exaltado, no fue prudente en su actuación, sobre todo teniendo en cuenta las circunstancias de aquella época y el sumo cuidado con que habría de haber planteado sus reivindicaciones.  Su desobediencia al Papa es censurable, pero a su favor está la atenuante de haber querido reaccionar contra el nuevo paganismo de la época.

FRAY GIROLAMO SAVONAROLA

Girolamo María Francesco Matteo Savonarola nació en Ferrara, Italia, el 21 de septiembre de 1452, tercer hijo de siete del comerciante Nicolo di Michele dalla Savonarola y de Elena Bonacolsi, la descendiente de la noble familia de los Bonacolsi, quien fueron señores feudales en Mantua, Italia. Según una costumbre de la época entre las familias acomodadas, éstas entregaban a varios de sus hijos a la Iglesia para que se educaran y posteriormente fueran sacerdotes.

Su abuelo, Michele Savonarola (13851468), era un hombre profundamente religioso, estudioso de la Biblia y de costumbres sencillas. Fue doctor y autor famoso en temas sobre Medicina, médico personal del Marqués Niccolo III de Este, y de los gobernantes de Ferrara. En su vejez escribió folletos como ‘De laudibus Iohanni Baptistae’, los cuales fueron muy importantes en la formación de Girolamo Savonarola.

Después de que Girolamo alcanzó el título de maestro empezó sus estudios de medicina, los cuales abandonó para dedicarse a la teología; el estudio de la doctrina católica. En 1472 escribió ‘De ruina Mundi’ y en 1475 ‘De ruina Eclesiae’, en donde equipara la Roma papal con la antigua y corrupta Babilonia.

Savonarola ingresó en el convento de San Agustín, en donde se convirtió en predicador. Posteriormente entró en la orden dominica, ingresando en el convento de San Domenico de Bolonia. Poco después se trasladó al convento de Santa María degli Angeli, donde se dedicó con especial énfasis a la predicación, después de haber estudiado técnicas para hacer discursos públicos.

Escribió discursos en los que atacaba a la Iglesia acusándola de todos sus pecados de aquel tiempo, haciendo especial énfasis en los papas humanistas quienes, según Savonarola, ayudaban y mantenían a los artistas. Según él, los sacerdotes de esos tiempos eran los peores, porque hacían todo al revés de como debían hacerlo, ya que sólo les interesaban los bienes de este mundo, pero no cuidaban las almas sino que solamente se preocupaban por obtener beneficios. Incluso llegó a atacar al Papa Inocencio III (14321492), el antecesor del Papa Borgia, diciendo que era el más vergonzoso de toda la historia, con el mayor número de pecados, y que era la reencarnación del mismísimo diablo.

En sus discursos, Savonarola hablaba sobre la pobreza, la sobriedad y el carácter fuerte que los verdaderos creyentes debían tener, pero su forma de hablar violenta y sus críticas excesivas acabaron por desesperar al pueblo, por lo que debió dejar Florencia y regresar a Bolonia en 1487. Sus sermones se centraban sobre el pecado de la sociedad, atacando la corrupción y a los Medici. En 1493 el Papa Alejandro VI aprobó su propuesta de reformar la orden dominica en la región de Toscana, Italia, y desde entonces sus sermones se hicieron políticos y llenos de profecías, presentándose a sí mismo como ‘el enviado de Dios’, causando un efecto impresionante en la población.

Sus ardientes predicaciones, llenas de avisos proféticos, parecían cumplirse con los desastres que estaba viviendo la ciudad de Florencia en esos años. Muchos llegaron a creer que Savonarola era el profeta de los últimos tiempos. Con sus críticas no intentaba hacer la guerra contra la Iglesia de Roma, sino que deseaba corregir sus pecados. Lorenzo de Médicis, quien gobernaba Florencia y mantenía con su dinero y sus negocios a Miguel Ángel, también conocía a Savonarola. Se dice que Lorenzo de Médicis llamó a Savonarola estando en su lecho de muerte y éste le maldijo, haciendo que Lorenzo terminase sus días, hasta el último suspiro, temiendo al infierno.

El Papa Borgia, Adriano VI, llamó a Roma a Savonarola para que explicara sus profecías, pero él no se presentó en Roma alegando varias razones, por lo que se le prohibió seguir predicando. Savonarola fue uno de los más brutales inquisidores; creó patrullas para torturar a homosexuales y a prostitutas, y aterrorizó Florencia con bandas de fanáticos adolescentes. El 7 de febrero de 1497 realizó la primera ‘hoguera de las vanidades’ en donde fueron quemados objetos de lujo. En este mismo año le llegó de Roma una condena de excomunión, a la cual Savonarola declaró públicamente nula. Pero él, a su vez, siguió con su predicación, excomulgó al Papa Alejandro VI, y llamó a un concilio para reformar la Iglesia y deponer al pontífice. Su excesiva agresividad le llevó a proclamar que Roma era un monstruo abominable, y a acusar a la Iglesia de prostituta.

En 1498 el Papa Borgia ordenó el arresto y la ejecución de Savonarola. El 8 de abril de 1498 una parte del ejército papal entró en Florencia. La ciudad no opuso resistencia y los ciudadanos se mostraron dispuestos a entregar a Savonarola, quien se había escondido junto con algunos de sus seguidores en el convento de San Marcos, donde murieron muchos de los que habían intentado protegerle. Savonarola y los suyos acabaron siendo derrotados y detenidos, incluyendo a sus amigos Fray Domenico de Pescia y Fray Silvestro. Poco después Savonarola, acusado de herejía, rebelión y errores religiosos, fue conducido a la prisión de Florencia.

Durante cuarenta y dos días se le sometió a tortura, así como a sus partidarios. Al cabo, Savonarola firmó su arrepentimiento el 8 de mayo de 1498 con la mano derecha, cuyo brazo los torturadores habían dejado intacto para que pudiera hacerlo. Después Savonarola se arrepintió de haber firmado la confesión y rogó a Dios para que tuviera misericordia de él por su flaqueza, al haber confesado crímenes que en realidad creía no haber cometido.

El 23 de mayo de 1498, día fijado para su ejecución, Savonarola fue llevado hasta la Piazza della Signoria junto con sus amigos Fray Silvestro y Fray Domenico. A los tres se les quitó la ropa, fueron tratados como herejes y entregados al brazo secular para ser ahorcados, después de lo cual el cuerpo de Savonarola fue echado a una hoguera. Un testigo contó en su diario que el fraile tardó en quemarse varias horas. Sus restos fueron sacados y devueltos a la hoguera repetidamente, a fin de que se redujeran a cenizas y así evitar que sus partidarios no trataran sus restos como reliquias. Cuando al fin quedaron reducidos a cenizas, fueron arrojados al río Arnio, junto al Ponte Vecchio.

CONCLUSION

Savonarola atrajo la admiración de muchos humanistas religiosos posteriores, quienes valoraron sus profundas convicciones espirituales pasando por alto sus siniestros excesos.

El Padre Tito S. Centi, en su obra ‘La scomunica di Girolamo Savonarola’, sostiene que la sanción eclesiástica carecía absolutamente de fundamente teológico-jurídico y que era más un procedimiento para no obstaculizar los planes del Papa Borgia a finales del siglo XV. Igualmente el Padre Centi sostiene que Savonarola reveló una gran conciencia de asceta y de apóstol, que mantuvo vivo el sentido de lo divino y de lo eterno, lo cual se revela contra el nuevo paganismo y que permanece fiel al ideal evangélico y paulino de cristianismo integral.

En el siglo XX un movimiento para la canonización de Savonarola se inició entre los dominicos, al juzgar que su expulsión y ejecución habían sido injustas. En su honor se inauguraron monumentos en las ciudades italianas de Ferrara, Bolonia y Florencia.

Las opciones en torno a Fray Girolamo Savonarola están divididas, e incluso hay quien compara sus ataques verbales con los de Lutero. ¿Y cuál es tu opinión? ¿Fue hereje o santo?

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