Jueves, 18 de abril de 2024

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Misterio Eucaristico

por El Blog de Juan del Carmelo

           Como sabemos… el odio genera en la persona que es esclava de él, una tremenda fuerza que le lanza sobre la persona que odia a realizar todo el mal posible que esté a su alcance, contra la persona odiada. Pero es el caso de que, la antítesis de odio es el amor, la fuerza que este genera es muy superior a la que pueda llegar a generar el odio, porque la fuerza del amor emana de Dios es muy superior a la del odio, que es lo propio del demonio. Si digo que todo el mundo de ha experimentado con más o menos intensidad, estas dos fuerzas, es muy posible que algún lector, piense y se diga para sí, yo en mi vida he odiado a nadie y sin querer se equivoca, en cambio nadie tendrá ningún reparo en aceptar que él ha  amado y sigue amando­.

            Todos como criaturas creadas por el Sumo bien, que es Dios cuya esencia infinita es el amor (1Jn 4,16), tenemos una tendencia innata en nuestro ser, al bien y al amor, tal como dice el refrán: De raza  le viene al galgo el ser rabilargo, pero desgraciadamente esta tendencia positiva del hombre al bien y al amor, fue perjudicada y en parte anulada por la dichosa concupiscencia que nos legaron nuestros primeros padres al haber cometido el llamado pecado original.

       El odio que es antítesis del amor y esencia demoniaca, nos tienda e incita sin darnos cuenta, porque el deseo del maligno es que seamos, que nos hagamos a  imagen e identidad suya. Él es lo suficientemente inteligente, mucho más que nosotros, para no atacarnos nunca de frente, salvo casos muy especiales, él actúa debilitado nuestras tendencias positivas y nuestra fortaleza espiritual que Dios nos proporciona, debilitándonos estas defensas.

En el caso del odio, a nadie le propone el maligno, que directamente y sin más, se odie a una persona que simplemente no le ha sonreído al conocerle, esto puede generar en la persona víctima del odio, un simple pensamiento de rechazo de esa otra persona por antipática, o porque simplemente esta persona, tiene una vida acomodada, que uno desea y no logra alcanzar, o tiene un aspecto físico y carácter agradable que el sexo contrario valora mucho y a uno le reviente que se hable tan bien e esa persona que a uno le cae gorda. Son muchas las razones por las que se puede empezar a bajar por la escalera del odio. De ahí, de una animadversión manifiesta que es el primer escalón del odio se baja, al escalón de la antipatía, de ahí a una manifiesta repulsión de esa persona y así se siguen bajando escalones, hasta que se llega al odio, o porque esa persona hizo algo sin querer que a uno le perjudicó, o por otra razón. Es por ello por lo que antes dije, que todos alguna vez hemos bajado un pequeño escalón en la escalera del odio.

            Volviendo al amor, que es la antítesis del odio, el amor tiene una fuerza integradora entre dos que se aman. El ansia de amor genera siempre un ansia de integración del Amado con su amor, así en el matrimonio, nos dice el Señor “Por esto dejara el hombre al padre y a la madre y se unirá a la mujer, y serán los dos una sola carne. De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Por tanto, lo que Dios unió que no lo separe el hombre” (Mt 19,5-6). El ansia de amor de Cristo hacia nosotros es la base de la transformación del pan y el vino en Cuerpo y Sangre de Nuestro Señor, para ser consumidos por aquellos que quieran ser elegidos del Señor.

El amor busca la unión con el amado, para convertirse en parte de él mismo. La Eucaristía es la expresión del ansia de amor divino hacia nosotros, un ansia que para nosotros nos ella resulta incomprensible y lo que es peor no tenemos conciencia de ella. Por medio de la eucaristía, se realiza nuestra unión con Cristo para pasar a ser parte de Él mismo. Mediante la eucaristía se realiza de la unión de la carne del Señor con la nuestra, una unión que si no la rompemos nosotros con un pecado mortal, perdurará eternamente.

Cristo nuestro Señor, al ser Hijo de Dios, pero también hijo del hombre, tiene como nosotros y es  cuerpo y espíritu, un cuerpo que fue material en su día, hasta su muerte en la cruz, pero que resucitado glorificado y ciertamente con características espirituales, ya que por ejemplo pudo atravesar las paredes del cenáculo o desplazarse de inmediato o desaparecer como realizó a la vista de los discípulos de Emaús. Si vivimos con Cristo con Cristo resucitaremos y nuestro nuevo cuerpo será glorificado y espiritualizado como el de Cristo, es por ello por lo que Cristo tiene verdadero cuerpo, por el que él nos dona su carne y su sangre en el misterio de la Eucaristía para fundirse con nosotros la materia de su cuerpo, junto con su espíritu que nos transforma y nos ama”.

Conforme al principio de la circumincesión Trinitaria, en la Eucaristía no solamente se recibe el cuerpo de Cristo, sino también a Dios Padre y al Espíritu Santo, porque las tres personas son absolutamente inseparables, porque con forme a la circumincesión Trinitaria, que es una consecuencia del misterio de la Santísima Trinidad, ya que donde esta una de las tres personas también se hallan las otras dos.

            Santo Tomás Moro nos decía que: La comunión es el encuentro de dos que se aman” es desde luego, una manifestación de a locura de amor de Cristo por la humanidad. Por nuestra parte hemos de ser conscientes cuando comulguemos de la realidad del misterio de la transubstanciación y provechar al máximo la facilidad de que disponemos de acudir hacia Él con el vivo deseo de ser transformados en Él. Porque el amor es al mismo tiempo, un ansia de posesión y entrega al amado, unido al deseo de unirse a este para transformarse en él. Es por ello por lo que Él quiso quedarse aquí con nosotros para que pudiésemos llegar al más íntimo contacto físico que se puede llegar a tener: a comerle. Cuantas veces un enamorado dice a la otra: o al otro te comería. Cuantas veces dice la madre a su hijo, en sublime expresión de amor: me lo como.

            Y el hambre de amor del Señor s tan profunda y sublime, que llega hasta humillarse en el interior de un sagrario, para estar siempre a disposición nuestra.

Mi más cordial saludo lector y el deseo de que Dios te bendiga.

Otras glosas o libros del autor relacionados con este tema.

  1. Libro. AMAR A DIOS.- www.readontime.com/isbn=978461164509
  2. Libro. CONOCIMIENTO DE DIOS.- www.readontime.com/isbn=9788461179107
  3. Libro. MILAGROS EN LA EUCARISTÍA.- www.readontime.com/isbn=9788461179091
  4. Libro. LA SED DE DIOS.- www.readontime.com/isbn=9788461316281 
  5. Libro. VIDA DE NUESTRA ALMA.- http://www.readontime.com/ISBN=9788461266364
  • 957x.-  Regalos del Señor en su despedida   27-08-14
  • 041j.-  Dogmas marianos      20-08-09
  • 970l.-  Misterio eucaristico   22-09-14
  • 382m.- Gloria de la Santa Misa         05-07-11
  • 093s.-  Transubstanciación    05-12-09
  • 420l.-  Misterio de la Transubstanciación    19-09-11 

           La fecha que figura a continuación de cada glosa, es la de su publicación en la revista ReL, en la cual se puede leer la glosa de que se trate.

Si se desea acceder a más glosas relacionadas con este tema u otros temas espirituales, existe un archivo Excel con una clasificada alfabética de temas, tratados en cada una de las glosas publicadas. Solicitar el archivo a: juandelcarmelo@gmail.com

 

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