Jueves, 21 de noviembre de 2024

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Niños de primera y niños de segunda, según los asesine su padre o su madre

por En cuerpo y alma

 
 
            Ayer, y al igual que ya hice en su día obtenido sorprendentes e inesperados resultados (los cuales puede conocer Vd. sin más que pinchar aquí), me he interesado de nuevo por las estadísticas más recientes relativas a los niños que son víctimas mortales de sus padres.
 
            Me pareció que el Ministerio de Sanidad podía ser una fuente fiable y a él me dirigí, encontrando, dentro de su página, efectivamente, un epígrafe de lo más prometedor a los efectos de lo que yo pretendía: “Menores víctimas de la violencia de género”.
 
            Extraño título –me dije- para una página que recoge las muertes de un niño, la cual, a mi más que modesto entender, más bien debería llamarse “menores muertos por violencia doméstica”, “menores muertos por violencia familiar”, “menores muertos por sus padres”, o si lo prefieren, incluso “menores muertos por violencia generacional”. Ahora bien ¿menores muertos “por violencia de género”…? Extraño, pero bueno, dentro de lo que es el rebuscado espíritu que anima el absurdo discurso de lo políticamente correcto me dije: “Debe de ser lo que estoy buscando”.
 
            Ya me extrañó una cosa: las estadísticas del año 2014 están a cero, como si ningún niño hubiera sido asesinado por sus padres en el presente ejercicio. Raro la verdad. Miré entonces las del año 2013: ahí sí se hablaba de 6 niños muertos por sus padres. Se clasificaba el asunto desde varios puntos de vista: ámbito geográfico del suceso, fecha del suceso, edad del niño, nacionalidad del niño, edad del agresor, nacionalidad del agresor, medidas de protección adoptadas… pero por más que busqué y busqué, no encontré lo que andaba buscando, a saber, si el niño había sido asesinado por su padre o por su madre.

 
 
 
            Y entonces me di cuenta: el título de la página viene con una estrellita (aunque muy pequeñita puede Vd. apreciarla en la reproducción que hice de la misma y acompaña a este artículo), la cual remite a una explicación a pie de página. Y abajo (yo se lo he marcado a Vds. en azul aunque insisto en que tendrán dificultades en verlo), la estrellita explica lo que indica la llamada en el título, y dice:
 
            “* Referidos a hijas e hijos de las mujeres víctimas de violencia de género”.
 
            En plata y para que nos entendamos: que en España, para que un niño compute como víctima de la violencia familiar, es decir como asesinado por sus padres, y el Ministerio de Sanidad se moleste en hacer un seguimiento del caso, es necesario que la madre sea víctima de la llamada violencia de género. Si la madre no sufre dicha violencia de género, -sea porque padre y madre no se dispensan esa clase de trato entre sí y sólo se la dispensan a los niños, sea porque el que mata al niño es la madre y no el padre, ¡sea porque es el padre el que sufre la violencia de género!-, ese niño no es digno de engrosar las listas de violencia infantil de nuestro Ministerio de Sanidad.
 
            En otras palabras, que para que al Ministerio de Sanidad español le interese un niño asesinado por sus progenitores, tiene que haberlo asesinado su padre, porque si es la madre la que lo hace, al Ministerio le toca un pie… ¿Se imaginan Vds. que el Ministerio del Interior, pongo por caso, abriera una página en la que informara de la estadística de los niños muertos por sus madres, obviando el dato cuando el asesino es el padre? ¿Se imaginan Vds. la que se armaría?
 
            Felicitémonos, al menos, de que por el momento, -y aceptado, por supuesto, que el asesino es el padre y no, en modo alguno, la madre-, tanto compute para el Ministerio un niño como una niña, porque si el totalitarismo de género que nos invade sigue dando vueltas de tuerca, a lo mejor algún día nuestro ínclito Ministerio sólo se interesa por las niñas muertas por su padre, y ni siquiera por los niños que ese mismo padre mata.
 
            De verdad… ¿pero qué nos está pasando? ¿Tan alto es el precio que hay que pagar al lobby feminista por no se sabe qué?

            Que hagan mucho bien y que no reciban menos.
 
 
            ©L.A.
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