Viernes, 22 de noviembre de 2024

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Del jesuita español descubridor de Corea en el 420 aniversario de su descubrimiento

por En cuerpo y alma

 

            Sí señores, un componente más de ese selecto club de los exploradores del mundo que acontece ser español, uno de esos españoles grandes que movidos de su fe y de su afán de descubrimiento y conocimiento, igual que Fray Junípero, evangelizador de California (pinche aquí si desea informarse mejor sobre su persona), igual que Andrés de Oviedo, evangelizador de Etiopía (pinche aquí si desea profundizar en su historia) igual que Francisco Fernández, evangelizador de Bangla Desh (pinche aquí si desea conocer más sobre su figura), igual que tantos otros, arribaron a los más recónditos lugares del planeta, convirtiéndose en el primer occidental en verlos y el primero en narrar lo que en ellos vio. Desconocidos en su patria, faltaría más, en eso consiste uno de los premios de ser español, mucho de cuyos habitantes andan por ahí mendigando una nueva nacionalidad que les libere de ser lo que muchos de los más grandes hombres de la historia, a saber, sencillamente españoles.
 

Inauguración del Monumento a Gregorio Céspedes en Chinhae (Corea) (del blog despertarelayer) Monumento a Gregorio Céspedes
(del blog postalesdesdecorea)

             Gregorio Céspedes nace en Madrid en el año 1551. Su padre era el licenciado Fernando de Céspedes y Oviedo, corregidor y juez de Granada y luego de Madrid, y su madre María de Simancas. Se trata de una familia noble como confirma el que dos sobrinos de Gregorio vistieran el hábito de la Orden de Santiago. Gregorio estudia en Salamanca, ingresando en los jesuitas en esa ciudad el 28 de enero de 1569. Tras estudiar teología es enviado por la orden a Goa, en Asia, ordenándose en la India en 1575. Dos años después, junto con 14 compañeros jesuitas, llega a Nagasaki, donde despliega una importante y eficaz labor misionera. Cuando Hideyoshi proclama el edicto de expulsión de los misioneros en 1587, Céspedes y sus compañeros se refugian en la región de Kysh bajo la protección de los daimyos cristianos.

             Unos años después el mismo Hideyoshi inicia la invasión de Corea, para lo que cuenta con daimyos cristianos de Kysh, cuyo jefe Konishi Yukinaga, bautizado como Agustín, requiere la presencia del Padre Gregorio al viceprovincial de la orden jesuita, Pedro Gómez, para asistir a los soldados católicos, una actividad que Céspedes hubo de realizar secretamente ya que persistía la proscripción emitida por el Emperador. Como quiera que sea, todo ello convierte a nuestro jesuíta en el primer occidental en poner pie en suelo coreano, cosa que hará el 27 de diciembre de 1593, cuarenta y cuatro años después de que San Francisco en 1549 se convirtiera en el primer occidental cuyo nombre conocemos en poner pie en suelo nipón. En Corea, Gregorio apenas pasará un año, ya que enterado un nipón, el general Toranosuque, principal enemigo de Agustín, de su presencia entre los soldados japoneses, ha de abandonar la península volviendo a Japón, viaje en el que se lleva a un niño coreano.

             En febrero de 1597 Céspedes presencia el gran martirio de Nagasaki, huyendo a Kokura, donde él mismo crea la residencia jesuita y donde fallecerá el año 1611.

             Céspedes era robusto, muy bien dispuesto y muy querido de cuantos le conocieron. Desde Corea, el Padre Gregorio escribe cuatro cartas que constituyen la primera crónica coreana escrita por un occidental y que junto al resto de su obra epistolar redactada durante sus treinta y cuatro años en Oriente, convierte a nuestro jesuita en uno de los grandes cronistas del Extremo Oriente. Céspedes junto con tantos otros compañeros de la Compañía, es uno de los grandes responsable de las importantes comunidades cristianas de Japón, donde un 3% de la población es cristiana y Corea, en cuya parte sur, única en la que existe libertad casi la mitad de la población es cristiana.

              En Villanueva de Alcardete, en la Mancha, pueblo natal de sus padres, un Centro Cultural lleva su nombre y el ayuntamiento le dedicó una Semana cultural del 3 al 9 de noviembre de 1991. En 1983 en la Embajada de España en Seúl se inaugura la Biblioteca Iberoamericana Gregorio de Céspesdes. Debemos el conocimiento y puesta en valor de su figura al investigador Park Chul, del Departamento de Español de la Universidad Hankuk de Estudios Extranjeros de Seúl, que fue capaz de demostrar que antes de que en 1653 el navegante y náufrago holandés Hendrick Hamel y sus 38 compañeros fueran considerados los primeros europeos en llegar a tierras coreanas, sesenta años antes lo había hecho un humilde fraile español que además, dejó escrita la primera crónica escrita por un occidental sobre el país.

  

            ©L.A.

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