Lunes, 25 de noviembre de 2024

Religión en Libertad

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Los 66 de Ciudad Real

por Victor in vínculis

Lo mejor de nuestra Iglesia Diocesana
 
Ya os he hablado otras veces en el blog de don Francisco del Campo Real, delegado diocesano para las Causas de los Santos de Ciudad Real. Comparto con vosotros este artículo que acaba de enviarme. Para él, como siempre, un ¡gracias! por tanto trabajado. Los mártires no dejarán de ser nunca nuestro aliento.

 
Lejos queda el 7 de mayo de 1867, día en el que Pío IX declaró Beato, junto con otros 204 mártires del Japón, a Fernando de San José, de la noble familia de los Ayala, nacido en Ballesteros de Calatrava, celebrándose en nuestra diócesis su memoria litúrgica el día primero de junio, hasta llegar el siglo XX, conocido por el siglo de los mártires.
 
En efecto; el seis de noviembre la diócesis de Ciudad Real celebra la fiesta, como testigos excepcionales de Cristo a los Beatos mártires de la “persecución religiosa” del siglo XX en España y en concreto en Ciudad Real en los primeros meses del verano de 1936, reconocidos ya por la Iglesia como testigos de la fe.
 
Los Beatos Nicéforo de Jesús y María y 25 compañeros religiosos mártires Pasionistas de Daimiel (Juan Pablo II, 1 de octubre de 1989); los Miembros de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, Beatos Pedro Bernalte y Diego García, de Moral de Calatrava (Juan Pablo II, 25 de octubre de 1992), nos ofrecen el testimonio de su fe en Jesucristo y en su amor a los más pobres y enfermos; como los Beatos Carlos Eraña, Fidel Fuidio y Jesús Hita (Juan Pablo II, el 1 de octubre de 1995), de la institución de los Marianistas en nuestra diócesis, rubrican su condición de excelentes educadores enseñando a ser fieles hasta el derramamiento de la propia sangre. El Beato José Pascual Carda Saporta, sacerdote Operario (Juan Pablo II, el 1 de octubre de 1995),  ennoblece en su martirio a nuestra Diócesis porque había sido Rector de nuestro seminario.
 
En el Pontificado de Benedicto XVI, el día 28 de octubre del año 2007 fueron beatificados en Roma 498 mártires españoles del siglo XX. Entre estos 498, se encuentran los nuevos mártires de la diócesis de Ciudad Real: el obispo Narciso de Estenaga Echevarria, al frente de todos los que en su diócesis derramaron su sangre por Cristo.
 
La figura del Sr. Obispo de Ciudad Real, Beato Narciso de Estenaga y Echevarría y la de su secretario Beato Julio Melgar Salgado, el recuerdo de los tres sacerdotes que ejercían el ministerio sacerdotal en Santa Cruz de Mudela, Beatos, Félix González Bustos, de Alcubillas; Pedro Buitrago Morales, de La Solana; Justo Arévalo Mora de Miguelturra, que al igual que su Obispo dieron su sangre por Cristo; la joven comunidad de los cinco consagrados Hermanos del Colegio de La Salle de Santa Cruz de Mudela: Agapito León, Dámaso Luís, Ladislao Luís, Julio Alfonso y Josafat Roque; el ferroviario y ejemplar padre de familia Santos Álvaro Cejudo, y el religioso Franciscano Ramón Tejado Librado, pasan a incrementar el Calendario propio de la diócesis con cuarenta y tres mártires que marcan la vida cristiana de nuestra Iglesia Local con el más esclarecido testimonio del evangelio: amar hasta el extremo.
 
No se cierra con estos nombres el número de testigos de la fe en nuestra Diócesis: a partir del día 13 de octubre del presente año gozan del reconocimiento oficial del martirio seis Trinitarios de Alcázar de San Juan, quince religiosos Claretianos del seminario de esta institución en  Ciudad Real asesinados en Fernán Caballero y una Hija de la Caridad, Beata Dolores Caro Martín natural de Granátula y asesinada en Vallecas, es decir, veintidós nuevos mártires, beatificados en el Pontificado de Santo Padre Francisco que unidos a las beatificaciones en el Pontificado del Beato Juan Pablo II y Benedicto XVI suman 66 mártires. Bajo estas líneas, el Obispo-Prior, Monseñor Antonio Algora Hernando el pasado 10 de noviembre en Alcázar de San Juan, junto con el padre Pedro Aliaga (a su derecha).

 
Más otros 131
 
Aún aguardan el reconocimiento del martirio cinco causas con un total de 131 testigos de la fe:
  • seis religiosos Franciscanos de Alcázar de San Juan
  • veinte Dominicos de Almagro
  • cuatro Jesuitas
  • el sacerdote Operario Francisco Castor Sojo López que fuera mayordomo de nuestro Seminario Diocesano y, finalmente
  • cien testigos de la fe: sacerdotes, seglares y una religiosa Franciscana, aún en su fase diocesana, con lo que la suma total de nuestros sacerdotes, religiosos y laicos podría alcanzar la cifra de 197 mártires, testigos de la Fe; lo mejor de nuestra Iglesia en Ciudad Real. 
El mensaje que nos dejan es claro. Los mártires han dado con la entrega de su vida el supremo testimonio de fe y de amor delante de todos, especialmente de sus perseguidores a quienes perdonaron, asemejándose a Cristo que aceptó libremente la muerte para la salvación del mundo; ellos son verdaderos y modélicos confesores de la fe que estimulan nuestra vida cristiana y nos mueven a vivirla con toda la autenticidad siendo nosotros, a la vez, testigos para otros de valoración, aprecio y vivencia de nuestra fe. Ellos, además de ser modélicos confesores de la fe, son intercesores principales en el Cuerpo místico de Cristo y están íntimamente unidos a nosotros en Cristo.
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