Jueves, 21 de noviembre de 2024

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De ese pobre padre que olvidó a su hijo en el coche y se lo encontró muerto

por En cuerpo y alma

 
            No es la primera vez que ocurre. Recuerdo bien, porque por aquel entonces yo veía nacer a mi hija y pensaba: “¿y si me pasara a mí?”, que hace unos diez años ya sucedió algo muy parecido, con la única diferencia de que el niño italiano muerto ahora tenía dos años, y el fallecido entonces era un recién nacido.
 
            No conozco bien las circunstancias de este padre italiano al que acaba de ocurrirle algo tan horrible en la ciudad de Piacenza. Aquél del que yo hablo, olvidó a su hijo recién nacido, al que tenía que llevar a una guardería o algo por el estilo, dentro del coche, y éste en el parking de la empresa en la que trabajaba. Y al volver a él después de la dura y seguramente larguísima jornada, se lo encontró asimismo en el coche… pero muerto. ¿Se puede imaginar alguien el dolor que sintió ese padre en aquel momento? ¿El remordimiento? ¿La desazón? ¿La angustia?
 
            Dicen que al padre italiano presa de un ataque de histeria no le podían parar entre siete personas, dicen que intentó suicidarse… Afronta ahora una pena, la que sea, por homicidio involuntario, negligencia infantil y que se yo cuantas cosas más. Para pena la que ya tiene el hombre. Si es una buena persona, y no tengo motivos para pensar que no lo sea, este hombre probablemente no volverá a ser nunca más el que fue. El dolor le corroerá las entrañas como una rata abyecta que se paseara impune por ellas. Más de una mañana se levantará con deseos de morir; con el ansia irrefrenable de no haberse conocido jamás; queriendo olvidar el maldito día en el que un despiste le hizo dejarse a su hijo en un maldito coche en el que unas horas después lo encontraba muerto. Puede que hasta finja que aquello nunca ocurrió, y más de una vez será sorprendido mientras se pellizca en la cara tratando de convencerse de que, después de todo, aquél nefasto día sólo existió en una terrible pesadilla.
 
            ¿De verdad creen Vds. que un juicio y una condena es lo que corresponde ahora? A él probablemente le parecerá que sí, como le parecerá que todo es poco para castigar su imperdonable olvido. Desde el punto de vista de la sociedad, puede que el juicio sea necesario para dirimir si, como decíamos, se trata de una buena persona, si se trata, simplemente, de un padre normal. Pero en el caso de que sea así, ¿cómo puede nadie castigar a quien ya ha sido castigado… de por vida... con una condena como la de perder un hijo de esta manera? Los que de Vds. sean padres saben que es así. Los que no le sean, también.
 
 
            ©L.A.
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