De esos dichos populares provenientes del Evangelio y uno sin tener ni idea (4)
por En cuerpo y alma
Que el lenguaje diario está lleno de modismos procedentes del Evangelio es algo que no se le oculta a nadie y en lo que ya hemos tenido ocasión de entrar en esta columna con gran acogida por parte de Vds. (pinche aquí para la primera, aquí para la segunda, y aquí para la tercera, si desea conocer anteriores entregas).
Pues bien, vamos ya con otra entrega de la serie (la cuarta), con el análisis de otras tres expresiones evangélicas de nuestra vida cotidiana.
Dad y se os dará
Que tan sólo Lucas pone en boca de Jesús y tan parecido en la forma al "pedid y se os dará" que recogen tanto Lucas (Lc. 11, 9) como Mateo (Mt. 7, 7), aunque tan distinto en significado:
“Dad y se os dará; una medida buena, apretada, remecida, rebosante pondrán en el halda de vuestros vestidos. Porque con la medida con que midáis se os medirá” (Lc. 6, 38)
Se utiliza con gran frecuencia en el lenguaje coloquial, y si bien y por desgracia puede que Dios lo haga cierto alguna vez, en este mundo cochino que vivimos la verdad es que rara vez se hace realidad, y la vida se comporta con las personas de manera muy desigual, recibiendo muchos mucho más de lo que merecen, y con mayor frecuencia aún, otros mucho menos. Yo tengo en mi haber el conocimiento de personas que se han ido a la tumba con un amplio crédito a su favor, las cuales se han muerto solas, desamparadas y hasta de sus hijos olvidadas, a pesar del mucho bien y de lo mucho que habían dado en vida, pequeños santitos de esos que uno no verá en los altares, pero no por falta de méritos.
No juzguéis a los demás si no queréis ser juzgados
Dicho que no requiere de excesivo comentario, y que el único que me suscita se refiere a todos aquéllos que juzgan la historia de las generaciones que nos precedieron y sólo parecen encontrar errores, defectos y razones para la crítica más despiadada, olvidando que con el rasero que juzgan serán juzgados, y que nuestra engolada y autocomplaciente generación sufrirá implacable la misma crítica despiadada que nosotros ejercemos, y lo que es peor, en muchas cosas, con todo merecimiento.
En el Evangelio nos quedamos con la versión de Lucas, quien pone en boca de Jesús estas hermosas y edificantes palabras:
“Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo. No juzguéis y no seréis juzgados” (Lc. 6, 36-37)
Muchos son los llamados, pocos los escogidos
Se utiliza para expresar que a todas las actividades del ser humano todos son llamados, pero el éxito, la cima y la excelencia sólo le son dados a unos pocos. En el plano religioso y tal y como parece ser lo que quiere expresar Jesús, se refiere a la salvación de los seres humanos.
Jesús cierra con esa expresión una de sus parábolas, aquélla que recoge Mateo y que se da en llamar del “banquete nupcial”, en la que un gran señor invita a los que considera sus amigos y sus iguales a las bodas de su hijo para, cuando éstos le dan plantón, constatar que no son dignos de ser invitados, y entonces ordena a sus criados invitar a las primeras personas que se encuentren en el camino, paras finalmente concluir:
“Porque muchos son llamados, mas pocos escogidos” (Mt. 22, 114)
©L.A.
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