Viernes, 22 de noviembre de 2024

Religión en Libertad

«Cristiada» se estrena con el título: «For Greater Glory»

La épica resistencia católica de los mexicanos bajo un laicismo cruel llega a los cines en España

For Greater Glory... misa de campaña en el campamento cristero
For Greater Glory... misa de campaña en el campamento cristero

Pablo J. Ginés / ReL

Por fin llega, este viernes, a los cines de España la película "Cristiada", que se estrenará con el mismo título que en Estados Unidos, "For Greater Glory" ( www.forgreaterglory.es , con página de Facebook aquí), y con doblaje en español peninsular.

Se trata de un drama épico, lleno de traición, batallas, romanticismo y heroísmo, y con un sincero respeto a la religiosidad de los católicos mexicanos que sufrieron la cruel persecución laicista del régimen de Plutarco Elías Calles, especialmente de 1926 a 1929.

Un director amigo de la fe y la épica
El director, Dean Wright, tiene sensibilidad para ambos cosas: la fe y la épica. Fue el responsable de efectos especiales de "Crónicas de Narnia" y "El Señor de los Anillos" y está convencido de que "Cristiada/For Greater Glory" recoge esa épica.

"Soy un gringo presbiteriano. Mi padre es pastor presbiteriano, y yo cuento una historia de mártires católicos", explicaba en una entrevista con ReL.

"Fueron unos mexicanos los que me explicaron esta historia y me dijeron que merecía ser contada. Y vi que era cierto. La mayoría de los mexicanos no sabe nada de esa época, de lo que pasó. No se enseña en las escuelas. A mí, la resistencia de aquellas personas ante la opresión me pareció heróica, me conmovió y conecté con la historia", añade Wright.

"Las protestas al principio eran pacíficas"
El cineasta tiene muy claro el orden en el que se desarrollaron las cosas en los años 20 en México.

"El Gobierno hacía algo mucho más grave que simplemente restringir el culto católico: confiscaron propiedades de la Iglesia y expulsaron a los clérigos extranjeros y prohibían casi todas las misas. Para los mexicanos la fe era su forma de vida, la parroquia era el centro de la vida en cada pueblo y abundaba la gente de confesión frecuente o comunión diaria".

"Las protestas al principio fueron pacíficas. Intentaron varias cosas: la desobediencia civil, los boicots a productos del gobierno federal, manifestaciones... Y la reacción de los federales fue enviar soldados a Guadalupe. Las tropas mataron a cien personas en una misa porque era ilegal. A partir de ahí, era difícil contener la violencia. La película no dice que la violencia sea el camino. Los personajes en la película, como en la vida real, dudan de si hacen lo correcto".



Campesinos mal armados que ganaban la guerra

"Lo asombroso es que el general de los cristeros, Gorostieta, estaba ganando la guerra a las tropas federales", señala el director.

Y era algo realmente remarcable: jamás contó con más de 20.000 hombres, a menudo sólo con la mitad. El armamento era anticuado, eran voluntarios sin formación militar, campesinos... y estaban ganando una guerra a un ejército regular.

"Los embajadores extranjeros, movidos por razones económicas, presionaron al Gobierno y éste retrocedió y retiró la mayor parte de sus medidas antirreligiosas. La paz llegó cuando el Gobierno cedió. Los cristeros no participaron en las negociaciones: muchos volvieron a casa, otros fueron perseguidos o cazados. Pero sin su acción militar ¿se habría logrado esa libertad? Yo creo que no", considera el director.

La guerra siempre es tragedia y dolor
Aunque a Wright le gusta la épica y las batallas en el cine, no se considera belicista. "En Cristiada no sólo mostramos las batallas, sino también sus consecuencias, el sufrimiento y la tragedia que trae la guerra. Eran hermanos matando a hermanos, como en la Guerra Civil americana, o la española. Como cineasta no puedo predicar y decir ´esto no debió pasar´: me limito a contar lo que pasó pero, sí, fue terrible y así lo muestro".

Una imagen de gran simbolismo es la escena de los cristeros ahorcados por los federales en los postes de telégrafos. Está basada en una fotografía real, en Jalisco.

"Es una imagen icónica de esa guerra. Sucedió así. De hecho, la película tiene muchas escenas históricas y simbólicas a la vez. No sólo me documenté, sino que viajé a los lugares de los hechos, hablé con las familias y descendientes de los protagonistas, del general Gorostieta, de algunos mártires..."

Los niños guerrilleros
Wright señala además que "los federales atacaban a familias enteras, entraban en casas y disparaban contra padre e hijos y violaban a las mujeres. Muchos niños, a veces huérfanos, huían al desierto, a la montaña, o intentaban llegar a Estados Unidos. Otros se sumaban a los cristeros. Era otra época, la gente maduraba joven. Pero en la película un personaje dice a su hijo, claramente: "no vayas a la guerra". ¿Es lícito tomar las armas si te han prohibido la libertad y tu religión? ¿Cuánto aguantar sin alzarte? Alzarse en armas fue lo que al final causó que el Gobierno tuviese que pactar. Sin eso, creo que no habría habido acuerdo. El tema de fondo, en mi opinión, es la libertad: de religión, de comercio, de familia..."

Eso sí, Wright admite en la entrevista de ReL que la película no trata el tema de la masonería. "Sé que se dice que el presidente federal, Plutarco Elías Calles, era masón. Pero en una película no hay mucho tiempo, hay que elegir los temas y nos centramos en otros asuntos", explica.

Artistas internacionales y buenos recursos
El drama épico está protagonizado por Andy García y Eva Longoria y distribuido en España por World Line Cinema. En el reparto están también el legendario Peter O’Toole, Rubén Blades, Santiago Cabrera, Catalina Sandino Moreno, Eduardo Verástegui y Karime Lozano.

Cristiada ("For Greater Glory") se rodó con unos 12 millones de dólares, convirtiéndose en la película más cara de las que jamás se hayan rodado en México y en Estados Unidos se estrenó en 757 salas: ese fin de semana atrajo más espectadores que Los Juegos del Hambre, que se exhibía en 1.100 cines.

En su estreno en EEUU contó con el apoyo entusiasta del arzobispo de Los Ángeles, José Gómez, de origen mexicano, y de la prensa católica del país, aunque la prensa generalista norteamericana tendió a ocultar la película, que llegaba en plena ofensiva de la administración Obama contra la libertad religiosa de las entidades con ideario que no quieren pagar la anticoncepción o los abortos de sus empleados.

El laicismo mexicano, precursor del chino
No resulta elegante para los laicistas del siglo XXI que recuerden la escalada laicista de Plutarco Elías Calles, que en 1926 estableció reglamentos específicamente anti-católicos, como obligar a los ministros de culto a casarse y prohibir la existencia de comunidades religiosas.

En Chihuahua se pretendió forzar a la Iglesia católica a operar con un número mínimo de presbíteros. En Tamaulipas se prohibió oficiar a los sacerdotes extranjeros. En 1925, el Estado laicista suscitó una "Iglesia Católica Nacional Mexicana", controlada y dócil y separada de Roma (como luego haría China hasta el día de hoy).

Los católicos reunieron dos millones de firmas para reformar la Constitución... y como suele suceder, al régimen laicista las firmas no le importaron nada.

Los católicos entoncen convocaron un boicot para no pagar impuestos, minimizar el consumo de productos comercializados por el gobierno, no comprar billetes de la Lotería Nacional, ni utilizar vehículos a fin de no comprar gasolina. Era un golpe duro a la economía del país.

La lucha armada
En enero de 1927 aparecieron las primeras guerrillas de campesinos armados, al grito de ¡Viva Cristo Rey! y ¡Viva Santa María de Guadalupe! Así nacían los cristeros.

Los alzamientos comenzaron en Jalisco, Zacatecas, Guanajuato y Michoacán, luego se sumó casi la totalidad del centro del país. Los cálculos más optimistas consideran que hacia 1927, las fuerzas cristeras rondaban los 12 000 efectivos y dos años después, en 1929, habían alcanzado los 20.000, aunque los obispos se mostraban contrarios a la lucha armada.

Los cristeros eran un ejército irregular, que no pagaba a sus tropas, no tenía mecanismos profesionales de aprovisionamiento, reclutamiento, entrenamiento, atención a sus heridos ni cuidado de los suyos. No reclutaban por "levas" a la fuerza: eran todos voluntarios. Y no tenían acceso a las armas de EEUU.



La pregunta de un cubano

En la presentación de la película en México, el protagonista, Andy García, de origen cubano, plantea el tema central de la película: "¿Puede un gobierno ordenar al pueblo que actúe contra su fe?".

"Nadie quiere una guerra, pero cuando a alguien le quitan el derecho a esa libertad básica, especialmente gente que tiene una fe profunda, resulta que hay gente que está dispuesta a morir por esa libertad", apuntó el artista en una conferencia de prensa. Residente en Estados Unidos desde niño, García se definió como "un producto de una situación política" que le robó su país y lo llevó al exilio; un país, Cuba, en el que piensa en cada momento.

La historia de la cinta fue concebida por el guionista Michael Love, quien contó a Efe que para escribirla estudió mucho, leyó unos 20 libros así como periódicos de la época en inglés y en español, y entrevistó a gente que vivió en ese periodo.


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